¡°Volar en los Alpes era su pasi¨®n¡±
Amigos del copiloto narran la afici¨®n que ten¨ªa Andreas Lubitz por esa zona monta?osa
El club a¨¦reo LSC Westerwald, a las afueras de la peque?a localidad alemana de Montabaur, al oeste del pa¨ªs, ofrece la cara m¨¢s luminosa de Andreas Lubitz, el copiloto supuestamente responsable de la cat¨¢strofe a¨¦rea producida el pasado martes en un vuelo de Barcelona a D¨¹sseldorf. Hace 14 a?os que Lubitz hab¨ªa empezado a hacer en este club a¨¦reo de Montabaur, donde viven sus padres, sus pinitos en el aire. All¨ª ten¨ªa amigos, parec¨ªa un chico tan normal como cualquier otro y daba rienda suelta a lo que m¨¢s le gustaba: volar. Pero, a la luz de los acontecimientos, los gustos que Lubitz desarroll¨® en este club estremecen y se asemejan a una macabra burla del destino.
¡°Volar en los Alpes era su pasi¨®n¡±, asegura Dieter Wagner, compa?ero del club a¨¦reo. Los Alpes es el lugar que Lubitz eligi¨® para estrellar el avi¨®n de Germanwings (GWI9525), filial de Lufthansa, que pilotaba y que se llev¨® por delante a 149 v¨ªctimas inocentes. Y es tambi¨¦n el lugar en el que ¨¦l prefer¨ªa volar. ¡°Hace un par de a?os estuvimos con ¨¦l un grupo de amigos. Y sobrevolamos una zona a pocos kil¨®metros del lugar donde se estrell¨® el avi¨®n de Germanwings¡±, a?ade Wagner, cuya sobrina era amiga de Lubitz y le acompa?aba en sus pr¨¢cticas en el sur de Francia con vuelo sin motor.
Ernst M¨¹ller, tambi¨¦n miembro del club LSC Westerwald, da m¨¢s datos que hacen pensar en la tr¨¢gica predilecci¨®n de Lubitz por los Alpes. ¡°Yo tambi¨¦n estuve con ¨¦l varios veranos en esa zona cercana a la ciudad francesa de Sisteron. Es una zona muy conocida para los amantes del vuelo sin motor por sus monta?as y sus corrientes de viento ascendente¡± a?ade M¨¹ller.
Los amigos y conocidos de Lubitz y su familia solo parecen dispuestos a hablar de su pasi¨®n por volar. Johannes Seemann, el pastor de la Iglesia Paulus, donde la madre del copiloto trabaja como organista, prefer¨ªa guardar silencio. Solo confirmaba que lleva al frente de la iglesia evang¨¦lica de Montabaur desde hace cuatro a?os y que conoce a la madre, pero no al hijo por el que le preguntan todos los periodistas. ¡°Les recordamos que esto es la casa de Dios y que aqu¨ª estamos obligados a guardar silencio. Le pedimos respeto para la familia y para nosotros¡±, respond¨ªa la mujer del pastor desde el umbral de la casa en la que viven, justo al lado de la iglesia.
En el gimnasio que frecuentaba Lubitz tampoco quer¨ªan dar mucha informaci¨®n. ¡°Solo te puedo decir que era un tipo tranquilo. Era una persona que no llamaba la atenci¨®n¡±, contaba este viernes uno de los habituales. Quiz¨¢s la explicaci¨®n m¨¢s convincente de todas la daba antes de cruzar un sem¨¢foro Thomas, que se dedica a dar sermones en los funerales. ¡°Todo el mundo dec¨ªa que era un chico muy ambicioso. La ¨²nica explicaci¨®n que encuentro es que por motivos de salud se viera obligado a dejar su trabajo y no pudiera aceptarlo. Quiz¨¢s quiso acabar con todo por tener que renunciar a volar¡±, a?ade. Y para ello escogi¨® el sitio que ¨¦l m¨¢s quer¨ªa: los Alpes.
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