Las claves de la negociaci¨®n nuclear con Ir¨¢n
Tras 10 a?os de reuniones, ambas partes llegan a un entendimiento
Despu¨¦s de una d¨¦cada de reuniones por medio mundo entre representantes de Ir¨¢n y de las grandes potencias, las negociaciones sobre el programa nuclear de ese pa¨ªs est¨¢n entrando en lo que se espera sea la recta final. Este jueves ha sido anunciado que han llegado a un pacto preliminar. Aunque los implicados se dieron de plazo hasta el pr¨®ximo 30 de junio, cuando fijaron esa fecha el pasado noviembre dejaron claro que si no eran capaces de lograr un acuerdo marco para final de marzo, dif¨ªcilmente iban a poder concluir todos los detalles t¨¦cnicos en los tres meses siguientes. Estas son las claves para entender el proceso en curso.
?Cu¨¢l es el problema?
En el verano de 2002 se descubri¨® que Ir¨¢n manten¨ªa desde 1984 un programa nuclear secreto, al margen de las inspecciones del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) a las que se comprometi¨® como firmante del Tratado de No Proliferaci¨®n (TNP). Dada la desconfianza internacional hacia el r¨¦gimen surgido de la revoluci¨®n de 1979, la sospecha inmediata fue que la Rep¨²blica Isl¨¢mica trataba de hacerse con armas nucleares, algo que sus portavoces siempre han negado. Estados Unidos, la Uni¨®n Europea, Israel, los pa¨ªses ¨¢rabes y el resto de los vecinos de la Rep¨²blica Isl¨¢mica (incluso quienes mantienen buenas relaciones como Rusia y China) quieren evitar esa posibilidad y el riesgo de proliferaci¨®n que llevar¨ªa consigo.
?En qu¨¦ consiste la negociaci¨®n?
Inicialmente, se pretend¨ªa que Ir¨¢n suspendiera el enriquecimiento de uranio, que es el eje del programa at¨®mico. Esa actividad permite tanto producir combustible nuclear para alimentar una central el¨¦ctrica como material fisible para una bomba. Teher¨¢n siempre ha defendido que el TNP le da derecho a producir su propio combustible nuclear (lo que incluye enriquecer uranio), pero ha rechazado controles m¨¢s all¨¢ de ese tratado (como la ratificaci¨®n del Protocolo Adicional) para tranquilizar a quienes sospechan de sus intenciones. Adem¨¢s, los inspectores del OIEA encontraron huellas de experimentos incompatibles con un proyecto civil que los responsables iran¨ªes no han llegado a aclarar del todo.
Con el paso del tiempo, y ante la constataci¨®n de que las sanciones internacionales no lograban frenar el empe?o de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, el objetivo se ha transformado en lograr que ese pa¨ªs acepte limitaciones temporales a su programa de forma que, si decidiera fabricar una bomba, necesite al menos un a?o para hacerlo y la comunidad internacional tenga tiempo de reaccionar. A cambio, va a obtener un progresivo levantamiento de las sanciones econ¨®micas y financieras que le ha granjeado su reiterado incumplimiento de las resoluciones de la ONU que le exig¨ªan el cese del enriquecimiento.
?Qu¨¦ pa¨ªses est¨¢n involucrados?
Al principio, fue una troika europea, formada por Reino Unido, Francia y Alemania, la que intent¨® evitar que el OIEA llevara el caso iran¨ª al Consejo de Seguridad de la ONU. Posteriormente, se ampli¨® la negociaci¨®n para incluir a Estados Unidos, China y Rusia, que junto a Reino Unido y Francia son los cinco miembros permanentes de ese Consejo y tambi¨¦n los ¨²nicos pa¨ªses reconocidos como Estados con armas nucleares. De ah¨ª, que los europeos tiendan a referirse al bloque que negocia con Ir¨¢n como Grupo 3 + 3 y Washington opte por Grupo 5 + 1.
?Por qu¨¦ les est¨¢ llevando tanto tiempo?
Por la desconfianza rec¨ªproca entre Ir¨¢n y Occidente, muy particularmente EE UU, que no mantiene relaciones diplom¨¢ticas con la Rep¨²blica Isl¨¢mica desde la toma de su embajada en Teher¨¢n al principio de la revoluci¨®n. Ese obst¨¢culo qued¨® claro muy pronto: la troika europea logr¨® que Ir¨¢n suspendiera voluntariamente ¡°todas sus actividades de conversi¨®n de uranio¡± a finales de noviembre de 2004, sin embargo, no consigui¨® el gesto de Washington que esperaban los iran¨ªes. Desde entonces, las reuniones nucleares fueron m¨¢s un esfuerzo europeo por mantener abierto el di¨¢logo con Teher¨¢n que una verdadera negociaci¨®n. El factor pol¨ªtico se hizo evidente de nuevo en noviembre de 2013, cuando se anunci¨® el ¡°plan de acci¨®n¡± bajo el que se ha llegado a la actual recta final.
?Qu¨¦ han logrado hasta ahora?
Mucho en t¨¦rminos psicol¨®gicos, y poco mientras la buena voluntad mostrada por las partes no se traduzca en un documento firmado. La imagen del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, junto al ministro de Exteriores iran¨ª, Mohamad Javad Zarif, rompi¨® un tab¨² en los respectivos pa¨ªses despu¨¦s de tres d¨¦cadas largas sin relaciones diplom¨¢ticas. Ahora s¨ª que las negociaciones eran cre¨ªbles y se sentaban a la mesa los principales afectados. Pero no iba a ser f¨¢cil. Ambos se enfrentaban a poderosos intereses opuestos al acercamiento, dentro y fuera.
A¨²n as¨ª, en la recta final Zarif ha declarado que ¡°est¨¢n resueltas el 90% de las cuestiones t¨¦cnicas¡±, y Kerry ha asegurado que ha llegado ¡°el momento de tomar decisiones clave¡±. Es decir, que m¨¢s all¨¢ de consensuar cu¨¢nto uranio va a poder producir Ir¨¢n, en cu¨¢ntas centrifugadoras, el nivel de vigilancia y hasta cu¨¢ndo, es una cuesti¨®n de coraje pol¨ªtico, de sacrificar un pedazo de orgullo nacional a cambio de acabar con las dur¨ªsimas sanciones que castigan su econom¨ªa y la marginaci¨®n de la comunidad internacional.
En estos 18 meses, los negociadores han logrado consensuar un compromiso que reduce a un 40% la actual capacidad nuclear de Ir¨¢n. Sin embargo, sus negociadores rechazan que el levantamiento de las sanciones se vincule al cumplimiento de sucesivos jalones en el camino y hasta el ¨²ltimo momento est¨¢n intentando la anulaci¨®n inmediata de las sanciones a la firma del pacto.
?Qu¨¦ va a cambiar si alcanzan un acuerdo?
En lo inmediato, la percepci¨®n de Ir¨¢n como un pa¨ªs que se salta las normas internacionales y, sobre todo, su apertura a las inversiones y negocios extranjeros. No se trata s¨®lo del petr¨®leo, cuyas instalaciones sufren tres d¨¦cadas largas de atraso por la imposibilidad de acceder a tecnolog¨ªa con patentes estadounidenses. Adem¨¢s de ser el pa¨ªs con las cuartas reservas conocidas, sus 78 millones de habitantes lo convierten en un apetitoso mercado para las empresas occidentales y existe demanda interna para productos de calidad que resultaban dif¨ªciles o muy caros de conseguir debido a las sanciones.
A medida que avance el proceso de verificaci¨®n e Ir¨¢n pierda el temor a que el ¨²nico objetivo de EE UU era el cambio de r¨¦gimen, la eventual aproximaci¨®n de ambos pa¨ªses ayudar¨¢ a solucionar, o al menos contener, los numerosos problemas que afectan a Oriente Pr¨®ximo. Desde la guerra civil en Siria hasta el problema palestino, pasando por Irak, L¨ªbano o Yemen, la tensi¨®n puede reducirse considerablemente si dejan de usarse como armas arrojadizas. Pero eso no ser¨¢ autom¨¢tico, ya que el recelo que el acuerdo despierta entre los pa¨ªses ¨¢rabes, empezando por Arabia Saud¨ª, y en Israel, hacen temer intentos de sabotaje.
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