Las grandes potencias e Ir¨¢n apuran el plazo para llegar a un acuerdo
Las negociaciones entre los pa¨ªses dotados del arma nuclear y Teher¨¢n vencen ma?ana
¡°Estamos trabajando duro; el plazo vence ma?ana¡±, ha declarado este lunes el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en Lausana (Suiza), donde se celebra la ¨²ltima ronda de las negociaciones nucleares con Ir¨¢n. Junto con Kerry, los ministros de Exteriores de Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania intentan que Teher¨¢n acepte l¨ªmites a su programa at¨®mico que garanticen que no busca la bomba, a cambio de retirar las sanciones que lastran su econom¨ªa. Sin embargo, despu¨¦s de 15 meses de reuniones, la recta final hacia ese esperado acuerdo se est¨¢ haciendo cuesta arriba.
La llegada de los jefes de la diplomacia de las seis grandes potencias el domingo cre¨® expectaci¨®n sobre la inminencia de resultados. Adem¨¢s de Kerry y del iran¨ª Mohammad Javad Zarif, se encuentran en Lausana el brit¨¢nico Philip Hammond, el franc¨¦s Laurent Fabius, el alem¨¢n Frank-Walter Steinmeier, el chino Wang Yi y el ruso Sergu¨¦i Lavrov. Desde entonces, las reuniones bilaterales y multilaterales a todos los niveles se han sucedido a un ritmo al que resulta dif¨ªcil llevar la cuenta, pero tambi¨¦n los rumores sobre dificultades de ¨²ltima hora.
A falta de informaci¨®n substancial sobre lo que sucede en esas conversaciones a puerta cerrada, analistas y reporteros observan las idas y venidas de los negociadores en busca de pistas. Las respuestas empiezan a repetirse. ¡°Ha habido algunos avances y algunos retrocesos en las ¨²ltimas horas¡±, se?al¨® Steinmeier citado por Reuters. Debido a lo mucho que est¨¢ en juego, y la voluntad de las partes de acabar con un problema que ya se prolonga m¨¢s de una d¨¦cada, ninguno de los participantes quiere dar malas noticias.
¡°No voy a anticipar un fracaso. Esas negociaciones van a continuar hasta el l¨ªmite¡±, declar¨®, por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, ?ric Schultz, a los periodistas que viajaban con el presidente Barack Obama a Boston en el Air Force One.
Pero la falta de progresos concretos empieza a inquietar. Cuando en enero de 2014 se puso en marcha el Plan de Acci¨®n pactado dos meses antes en la vecina Ginebra, Ir¨¢n y los Seis se dieron medio a?o, para alcanzar un acuerdo. Se intu¨ªa que tras d¨¦cadas de desconfianza ser¨ªa necesaria una pr¨®rroga. La nueva fecha del 24 de noviembre lleg¨® sin conseguirlo. Acordaron entonces una extensi¨®n final de otro medio a?o, pero Kerry ya mencion¨® que si no se lograba un entendimiento para marzo habr¨ªa pocas posibilidades de tener listos todos los aspectos t¨¦cnicos para el 30 de junio.
De hecho, el pasado febrero, el l¨ªder supremo de Ir¨¢n, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, rechaz¨® la idea de un acuerdo pol¨ªtico ahora y otro t¨¦cnico despu¨¦s, y se refiri¨® a un acuerdo ¨²nico. Incluso si se alcanza un compromiso antes de que concluya el plazo el martes a medianoche, no se tratar¨¢ de un documento definitivo, y tal vez ni siquiera se haga p¨²blico. Como ha precisado The New York Times citando a diplom¨¢ticos estadounidenses ¡°el acuerdo final requerir¨ªa meses de negociaciones sobre aspectos t¨¦cnicos que se cre¨ªan acordados pero que ahora son claramente fuente de contin¨²o desacuerdo¡±.
La geoestrategia pesa
Tanto el presidente de EE?UU como el l¨ªder supremo de Ir¨¢n han asegurado que las negociaciones nucleares no son el preludio de un ¡°gran pacto¡± geoestrat¨¦gico. Sin embargo, el contexto regional tambi¨¦n pesa sobre un posible acuerdo.
La mera percepci¨®n de que Teher¨¢n est¨¢ punto de acabar con 35 a?os de aislamiento ha influido sin duda en la decisi¨®n saud¨ª de bombardear Yemen la semana pasada. Riad y el resto de los reg¨ªmenes ¨¢rabes sun¨ªes temen que el acuerdo nuclear abra las puertas al dominio iran¨ª de la regi¨®n, tras lo que consideran su intromisi¨®n en Siria, Irak, L¨ªbano, Bahr¨¦in y Yemen.
La intervenci¨®n saud¨ª en este ¨²ltimo pa¨ªs se interpreta como una advertencia al respecto. Aunque no parece que haya tenido influencia directa en Lausana, ha puesto a Washington en la contradictoria situaci¨®n de negociar con Ir¨¢n mientras apoya el bombardeo de unos de sus aliados.
Los ¨¢rabes tambi¨¦n han enviado un mensaje con la decisi¨®n de crear una fuerza militar conjunta. Adem¨¢s, el repentino entusiasmo por la energ¨ªa at¨®mica (Emiratos ya est¨¢ construyendo dos reactores, y Arabia Saud¨ª, Jordania y Egipto han anunciado planes) hace temer el riesgo de proliferaci¨®n.
De las ¨²ltimas filtraciones se desprende que los principales escollos son el ritmo de retirada de las sanciones y los l¨ªmites a la investigaci¨®n nuclear que Ir¨¢n va a poder mantener. Pero mientras en este punto se puede buscar un trato aceptable por todos, el factor psicol¨®gico vinculado a las restricciones econ¨®micas y financieras hace m¨¢s dif¨ªcil el compromiso.
Los Seis han ofrecido un abanico de medidas que incluye el levantamiento del embargo europeo al petr¨®leo iran¨ª y de las restricciones bancarias a la vez que EE UU suspende sus medidas de castigo. Para las sanciones de la ONU, fruto de seis resoluciones condenatorias del Consejo de Seguridad, proponen sin embargo un proceso gradual vinculado a la comprobaci¨®n de que Teher¨¢n cumple sus compromisos y no intenta dotarse de armas at¨®micas.
Ir¨¢n, que siempre vio como una humillaci¨®n el env¨ªo de su dosier al Consejo de Seguridad, rechaza esta ¨²ltima provisi¨®n. Adem¨¢s de que puede llevar a?os concluir la verificaci¨®n, argumentan, las resoluciones califican su programa nuclear de ¡°amenaza para la paz y la estabilidad internacionales¡±, algo que se contradice con el esp¨ªritu del pacto que se trata de alcanzar.
Su implicaci¨®n en este proceso, prueba que Teher¨¢n ha aceptado la necesidad de hacer concesiones a cambio de su reintegraci¨®n en la comunidad internacional. Sin embargo, sus dirigentes no pueden dar la impresi¨®n de que han capitulado ante EE UU. De ah¨ª el equilibrismo que suponen las negociaciones entre limitar la producci¨®n del material at¨®mico que se usa para fabricar armas durante al menos diez a?os y permitir que los iran¨ªes mantengan sus principales instalaciones nucleares.
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