¡°El desaf¨ªo nunca fue tan grande¡±
El cambio clim¨¢tico reta la supervivencia de los pueblos ¨¢rticos
Sentada en la mesa de un lujoso hotel de Oslo donde almuerza durante un simposio en el que se debate el futuro del ?rtico, su tierra, una mujer lapona para con un gesto de la mano al camarero a punto de echarle el caf¨¦. Saca de su bolso una taza de madera con motivos colorados, parecidos a los que decoran el traje tradicional con el que est¨¢ ataviada, y pide que se le vierta ah¨ª. Los lapones ¡ªo saami, como quieren que se les llame¡ª, asentados desde hace milenios en las regiones m¨¢s septentrionales de Escandinavia, Finlandia y en la pen¨ªnsula rusa de Kola, han emprendido una lucha para proteger sus tradiciones y su estilo de vida, amenazados por el calentamiento global y los crecientes intereses econ¨®micos en su regi¨®n. Y la defensa de sus tradiciones pasa tambi¨¦n por tomar el caf¨¦ en el recipiente adecuado.
El Consejo ?rtico cifra en 400.000 los ind¨ªgenas que pueblan la regi¨®n, el 10% de los cuatro millones de habitantes totales. Los saami, que ascienden a 135.000, constituyen una de las m¨¢s numerosas de las 40 etnias en las que se divide la poblaci¨®n aut¨®ctona.
El cambio clim¨¢tico est¨¢ amenazando su econom¨ªa: a los pescadores, que faenan sobre el hielo con antiguas t¨¦cnicas heredadas de sus antepasados, se les est¨¢, literalmente, derritiendo el suelo debajo de los pies. ¡°Los renos [cuya cr¨ªa es otra componente fundamental de la econom¨ªa] est¨¢n muriendo por enfermedades hasta ahora desconocidas¡±, explica ?ile J¨¢vo?, presidenta del Consejo Saami, una organizaci¨®n no gubernamental que participa como observador sin derecho de voto en el Consejo ?rtico. ¡°El desaf¨ªo nunca ha sido tan grande, pero estamos convencidos de que tenemos las capacidades para superarlo. El problema es que no nos dejan¡±, insiste. No se explaya, sin embargo, a la hora de aclarar cu¨¢les son los pa¨ªses con los que la organizaci¨®n que lidera consigue cooperar m¨¢s: ¡°Tenemos buenas relaciones con todo el mundo¡±, dice mientras sonr¨ªe.
La pesca y la cr¨ªa del reno, principales sustentos de los 400.000 ind¨ªgenas de la regi¨®n, est¨¢n en riesgo
Al otro lado del oc¨¦ano ?rtico la situaci¨®n no es mejor. Seg¨²n los datos de la Oficina de Estad¨ªstica de Nunavut, el Estado m¨¢s septentrional de Canad¨¢ y patria de los inuit, otros ind¨ªgenas ¨¢rticos, la tasa de paro en la regi¨®n ascend¨ªa en 2014 al 13,8%, el doble respecto a la tasa nacional del 7,2%. Entre los ind¨ªgenas, sin embargo, el desempleo sub¨ªa hasta el 19,1%. La escasez de vivienda es otro problema grave: seg¨²n el ¨²ltimo censo, llevado a cabo en 2006, 31% de los aborigenes viv¨ªa en casas compartidas por m¨¢s familias, diez veces m¨¢s respecto al 3% de la poblaci¨®n no aborigena.
Pero el problema no parece una prioridad en las agendas de las autoridades canadienses: ¡°Los ind¨ªgenas son 150.000 y est¨¢n diseminados en un territorio de cuatro millones de kil¨®metros cuadrados¡±, se limita a declarar Artur Wilczynski, embajador de Canad¨¢ ante Noruega.?
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