La ONU acusa a M¨¦xico de intentar minimizar la tortura
El relator argentino que vio una pr¨¢ctica extendida de abusos en el pa¨ªs considera que el Estado trata de cuestionarle para no atajar el problema
El dur¨ªsimo informe del relator especial de la ONU que concluye que la tortura es generalizada en M¨¦xico habla de polic¨ªas corruptos y de forenses, jueces y fiscales c¨®mplices. Nadie se salva. A los aludidos, como era de esperar, no les ha hecho ninguna gracia. El autor de las recomendaciones, Juan M¨¦ndez, a quien los se?alados tachan de poco ¨¦tico y profesional a la hora de realizar su investigaci¨®n, ha contestado ahora que los ataques en su contra son una distracci¨®n que le sirven al Gobierno para minimizar el problema y no atajarlo como se merece.
El enfrentamiento, in crescendo a medida que han pasado las semanas, rompe los c¨®digos diplom¨¢ticos habituales. El canciller mexicano, Jos¨¦ Antonio Meade, ha llegado a decir que M¨¦xico no colaborar¨¢ m¨¢s con el relator. Un subsecretario de Exteriores, Juan Manuel G¨®mez Robledo, argument¨® que el significado de tortura generalizada, en derecho internacional, se considera un crimen de lesa humanidad y requerir¨ªa de la intervenci¨®n de la Corte Penal Internacional. En este caso, seg¨²n su criterio, no deber¨ªa aplicarse el t¨¦rmino. ¡°En modo alguno se puede decir que las instituciones del Estado mexicano no funcionan o no est¨¢n en un tr¨¢nsito hacia mejores est¨¢ndares¡±, agreg¨®.
El argumento choca frontalmente con las conclusiones del enviado de la ONU. ¡°Que yo califique la tortura como generalizada me parece que no es injusto ni arbitrario decirlo, y francamente no me han dado ninguna raz¨®n para cambiar de idea sobre eso¡±, declar¨® el relator al peri¨®dico Reforma. M¨¦ndez visit¨® M¨¦xico del 21 de abril al 2 de mayo de 2014 y public¨® el informe casi un a?o despu¨¦s. El resultado es demoledor.
El relator, de nacionalidad argentina, pide en ese escrito que el Gobierno devuelva al Ej¨¦rcito a los cuarteles. El expresidente Felipe Calder¨®n, al iniciar su guerra contra el narcotr¨¢fico en 2007, sac¨® a los militares a patrullar las calles y enfrentar directamente a los c¨¢rteles de la droga. En estos a?os han sido numerosos los casos de violaci¨®n de derechos humanos en los que los soldados se han visto involucrados. Las investigaciones de los casos denunciados son escasas y sin af¨¢n de encontrar la verdad.
El relator pide al Gobierno que devuelva a los militares a los cuarteles e investigue con mayor profesionalidad los casos de tortura que sean denunciados
La investigaci¨®n establece que la tortura, de la que son c¨®mplices, polic¨ªas, m¨¦dicos y autoridades ministeriales, se practica sobre todo durante la detenci¨®n para obtener confesiones relacionadas con el crimen organizado. Todos los cuerpos de seguridad la practican. Las v¨ªctimas, frecuentemente, proceden de entornos marginales. Las torturas pueden acabar en muerte o, en el caso de las mujeres, tambi¨¦n en violaci¨®n. Los captores, encapuchados, suelen estar vestidos de civil y no informan a los detenidos de sus derechos: ¡°golpean con pu?os, pies y palos; toques con dispositivos el¨¦ctricos (chicharra), generalmente en los genitales; asfixia con bolsa de pl¨¢stico; introducci¨®n de agua con un trapo en la boca, desnudez forzada, suspensi¨®n, amenazas, insultos¡±.
El Gobierno mexicano considera que el concepto tortura generalizada es un exceso y equipara, injustamente, su proceder en el ¨¢mbito de la justicia con el de otros reg¨ªmenes oscuros en los que hubo una intenci¨®n premeditada de esquilmar a la poblaci¨®n. Adem¨¢s, critica al relator por su metodolog¨ªa, ya que el informe se basa solo en 14 casos.?
M¨¦ndez ha matizado el alcance del t¨¦rmino en las explicaciones que ha dado a posteriori. Afirma no tener elementos para sostener que se trate de un crimen de lesa humanidad, aunque s¨ª de una pr¨¢ctica extendida por todo el territorio y las corporaciones militares y policiales. Por tanto, generalizada. La Corte Internacional ser¨¢ la que deba valorar si procede alguna intervenci¨®n de su parte, seg¨²n el relator. Su posici¨®n en cuanto a la calificaci¨®n, de todos modos, no es inamovible: ¡°Si me dan elementos de juicio para cambiar mi apreciaci¨®n, la cambiar¨¦. Nunca me han demostrado nada¡±.
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