Insurgentes en la cocina
La proliferaci¨®n de nuevos partidos en Europa se debe m¨¢s a las expectativas frustradas que a la crisis
David Cameron y Ed Miliband, los l¨ªderes de los dos principales partidos pol¨ªticos brit¨¢nicos, invitaron a las c¨¢maras de televisi¨®n a sus cocinas el mes pasado. Hay elecciones generales el 7 de mayo en el Reino Unido y el prop¨®sito del primer ministro conservador y de su opositor laborista fue demostrar a los votantes que eran personas normales, que no eran ¡ªcomo se dir¨ªa en Espa?a¡ª casta.
No qued¨® muy claro si las dos puestas en escena dom¨¦sticas lograron el objetivo deseado ya que la cocina de Cameron en su casa familiar era del tama?o de un sal¨®n de baile y la que eligi¨® exhibir Miliband result¨® ser la m¨¢s peque?a de dos que tiene en su hogar londinense.
El diagn¨®stico que les movi¨® a sucumbir a semejante indignidad fue el siguiente: en un clima econ¨®mico de austeridad y desigualdad crece la percepci¨®n de que los dirigentes de los partidos tradicionales representan m¨¢s a las ¨¦lites que al grueso de la poblaci¨®n; esto ha provocado la proliferaci¨®n en Gran Breta?a, como en el resto del continente europeo, de partidos nuevos rebeldes (o, como los llama el Times de Londres, ¡°insurgentes¡±) que pretenden ser la aut¨¦ntica voz del pueblo; ergo hay que combatir populismo con populismo.
Con algunas variaciones locales, este cuadro es aplicable al resto de Europa desde la repentina erupci¨®n de UKIP en Gran Breta?a, del Frente Nacional en Francia, del Partido de la Libertad holand¨¦s, de los Verdaderos Finlandeses, de los Dem¨®cratas Suecos, de Alternativa para Alemania, de Podemos y Ciudadanos en Espa?a.
Espa?a es el bicho raro en este colectivo. Los nuevos partidos espa?oles no son, a diferencia de los dem¨¢s, de extrema derecha y el impacto de la crisis econ¨®mica en Espa?a ha sido marcadamente peor que en los pa¨ªses del norte. Lo interesante, sin embargo, es que la sensaci¨®n de insatisfacci¨®n general, de ansiedad y de frustraci¨®n que sufren los espa?oles se extiende por todo el Viejo Continente, independientemente de la relativa salud econ¨®mica de cada pa¨ªs. Lo cual sugiere que el an¨¢lisis convencionalmente aceptado de que el malestar europeo es explicable en funci¨®n de la desigualdad, la austeridad y la distancia entre las ¨¦lites y el pueblo no es suficiente; que hay incluso m¨¢s problemas de fondo.
Veamos el caso de Gran Breta?a, pa¨ªs cuyos indicadores econ¨®micos actuales deber¨ªan ser la envidia de Espa?a y de casi todo el mundo. Las tasas de desempleo en Gran Breta?a hoy (5,7%) est¨¢n por debajo de lo que estaban en Espa?a cuando la econom¨ªa espa?ola estaba en pleno boom.
El crecimiento econ¨®mico brit¨¢nico es el m¨¢s veloz de Europa. Los sueldos est¨¢n subiendo. Todo parecer¨ªa indicar que el Gobierno de David Cameron tiene la victoria asegurada en las elecciones generales. Pero a d¨ªa de hoy, las encuestas demuestran que no hay motivos para pensar que Cameron tenga m¨¢s posibilidades de ganar el mes que viene que Mariano Rajoy en Espa?a a fin de a?o.
Los brit¨¢nicos est¨¢n igual de deprimidos pese a los buenos datos de paro
?C¨®mo se explica que los brit¨¢nicos est¨¦n igual de deprimidos, o m¨¢s, que los espa?oles? Tan deprimidos que los medios se han inventado una palabra para definir el estado de ¨¢nimo brit¨¢nico reinante: miserabilism. Abundando en el tema, hace unos d¨ªas un comentarista pol¨ªtico del Financial Times escribi¨®: ¡°El cinismo, rozando el nihilismo, es lo m¨¢s cercano que tiene la Gran Breta?a moderna a una ideolog¨ªa nacional¡±.
Una variaci¨®n sobre lo mismo la ofreci¨® Derek Wyatt, que fue diputado laborista durante 13 a?os hasta que se retir¨® en 2010. ¡°Todos los partidos andan perdidos, sin ideas para contrarrestar el sentimiento de impotencia general¡±, dijo Wyatt en una conversaci¨®n la semana pasada. Especialmente desesperante para Wyatt, un viejo socialista, es que su antiguo distrito electoral est¨¢ en peligro de caer en manos de UKIP, cuyo l¨ªder, Nigel Farage, es una especie de Torrente ingl¨¦s que se hace fotos no en su cocina sino, siempre que puede, en un pub con una pinta de cerveza en la mano.
La cuesti¨®n es c¨®mo explicar tanta impotencia, por no hablar de incipiente locura, cuando las cifras econ¨®micas m¨¢s recientes en Gran Breta?a son tan alentadoras, cuando cualquier visi¨®n hist¨®rica de la vida demuestra que los brit¨¢nicos, como la gran mayor¨ªa de los europeos, viven m¨¢s a?os, en m¨¢s paz, gozando de m¨¢s libertad individual que nunca.
Sin embargo, como encuesta global tras encuesta global demuestra, los africanos, latinoamericanos y asi¨¢ticos ven el futuro con apreciablemente m¨¢s optimismo que los europeos. El dato es revelador. Indica que el pesimismo europeo proviene, en el fondo, de una sensaci¨®n de expectativas fallidas. En Gab¨®n o Camboya las perspectivas son tan bajas que mientras hay vida, hay esperanza. La ideolog¨ªa en Europa ser¨¢ hoy el cinismo, pero la idea dominante desde al menos la mitad del siglo pasado ha sido la del progreso permanente. La percepci¨®n hoy, acentuada por la crisis, de que nuestras condiciones de vida no siempre ir¨¢n a mejor, de que las generaciones futuras lo pasar¨¢n peor que las anteriores, han causado un desconcierto similar a la que habr¨¢n sentido los creyentes comunistas con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Los hijos se sienten frustrados, los padres se sienten culpables, el futuro es incierto y, como dec¨ªa George Orwell, en tiempos de incertidumbre la gente est¨¢ dispuesta a creer cualquier cosa.
La percepci¨®n hoy es que las condiciones de vida no siempre van a mejor
Por ejemplo, en un pa¨ªs con 300 a?os de democracia parlamentaria como Gran Breta?a hay millones de personas deseosas de convencerse de que si votan a UKIP volver¨¢n al para¨ªso perdido. Lo que niegan tanto los que van con UKIP como con los otros partidos rebeldes o los que se quedan con los partidos de siempre es que, m¨¢s all¨¢ de los males que provengan de la austeridad, o de las castas o de los inmigrantes o de la Uni¨®n Europea, existe un fen¨®meno de desplazamiento de poder econ¨®mico a Asia, e incluso a Am¨¦rica Latina o ?frica, que ning¨²n partido pol¨ªtico, instituci¨®n o insurgencia conocida es capaz de combatir. Lo alarmante es que algunos dicen que s¨ª tienen las respuestas y que, puestos a prueba, se delatar¨¢n como vendedores de falsas esperanzas, provocando m¨¢s malestar, m¨¢s descontento, m¨¢s decepci¨®n.
¡°Nadie en Europa ha demostrado el liderazgo intelectual, la imaginaci¨®n o una visi¨®n para los pr¨®ximos diez a?os¡±, dijo Wyatt, el exdiputado laborista. No excluy¨® a su partido y menos a¨²n a s¨ª mismo tras 13 a?os como diputado, etapa de su vida, confes¨®, que hizo que se le ¡°pudrieran las c¨¦lulas cerebrales¡±. Quiz¨¢ se les han podrido a todos los pol¨ªticos europeos o, peor, quiz¨¢ es que sencillamente no hay soluci¨®n. La ideolog¨ªa capitalista falla, la comunista fall¨®, la noci¨®n de progreso permanente se ha esfumado y, hasta el d¨ªa que alguien d¨¦ con una idea realmente transformadora, lo que les queda a los afortunados de la Tierra que nacieron en Europa occidental es m¨¢s cinismo y m¨¢s frustraci¨®n.
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