Locos por la transparencia
Bachelet se enfrenta a un desaf¨ªo inesperado: la corrupci¨®n
Cuando Michelle Bachelet decidi¨® enfrentar su segunda candidatura presidencial, el enemigo a combatir parec¨ªa evidente: la desigualdad. Iniciado su segundo a?o de gobierno, las cosas han dado un vuelco. Le ha salido al camino otro, totalmente insospechado: la corrupci¨®n. Si bien la excelente posici¨®n de Chile en los rankings de Transparencia Internacional desaf¨ªa esta idea, la percepci¨®n al respecto parece estar desatada.
Los recientes esc¨¢ndalos por fraude tributario y financiamiento de la pol¨ªtica que involucran a las empresas Penta y Soquimich han generado conmoci¨®n. Se los califica como "la crisis de confianza institucional m¨¢s grave desde el retorno a la democracia". S¨²mese a ello el caso Caval, que vincula al hijo de la mandataria con un controvertido negocio inmobiliario acerca del cual se investigan posible tr¨¢fico de influencias e informaci¨®n privilegiada.
La presidenta ha nombrado a un Consejo Asesor Presidencial del que se esperan medidas que deslinden la pol¨ªtica de los negocios, as¨ª como el dise?o de estrategias para minimizar los conflictos de inter¨¦s. Al mismo tiempo, ha cursado instructivos y solicitado propuestas a su Comit¨¦ Pol¨ªtico y a los partidos. Sin embargo, dirigentes y analistas reclaman insuficiencia, asoci¨¢ndolo a un vac¨ªo de liderazgo que mantienen atado a la testosterona. Existe la expectativa, incluso en el caso de una presidenta con un estilo validado internacionalmente como ella, que golpee la mesa con tono severo.
Chile destaca por su modelo de representaci¨®n pol¨ªtica acorde con el elitismo competitivo, con ¨¦nfasis en la rendici¨®n de cuentas
La centralidad que ven¨ªa teniendo la educaci¨®n a partir de las movilizaciones estudiantiles de 2011 ha cedido frente a la transparencia. ?A qu¨¦ obedece este cambio? La probidad est¨¢ incorporada en la cultura pol¨ªtica a trav¨¦s de una administraci¨®n p¨²blica que ha introducido su promoci¨®n desde 1950, abonando la intolerancia at¨¢vica de los chilenos frente a la corrupci¨®n. Pero tambi¨¦n existen otros factores que podr¨ªan explicar el frenes¨ª por la accountability, tan s¨®lo equiparable con otro valor que se desprende del ideario liberal: la meritocracia.
Dentro del continente, Chile destaca por su modelo de representaci¨®n pol¨ªtica acorde con el elitismo competitivo, con ¨¦nfasis en la rendici¨®n de cuentas, donde el ciudadano es visto m¨¢s como consumidor que activista y con oportunidades muy escasas para el ejercicio de la democracia semidirecta. Las elecciones vienen mostrando un declive en participaci¨®n. El malestar, entonces, se drena a trav¨¦s de canales alternativos. Un ejemplo son las redes sociales, en cuyo uso el pa¨ªs es l¨ªder regional. En ellas las desconfianzas, tanto en el gobierno (que asciende a 70% seg¨²n la OCDE) como la interpersonal, que es la m¨¢s baja de los pa¨ªses de dicha organizaci¨®n, corren como reguero de p¨®lvora en forma de sospecha. Ello se facilita por el amplio acceso a internet y su maridaje con los medios. El 66% de los chilenos cuenta con conexi¨®n permanente y el 73% lo hace desde sus tel¨¦fonos m¨®viles.
As¨ª como se suele se?alar que los problemas de la democracia se arreglan con m¨¢s democracia, se repite que los de falta de transparencia se solucionan con m¨¢s transparencia. ?Ser¨¢ tan as¨ª? Sacar algo de la opacidad ?implica necesariamente prevenir y frenar la corrupci¨®n? Vivianne Blanlot, presidenta del Consejo para la Transparencia, reconoce la importancia de la regulaci¨®n porque reduce las malas pr¨¢cticas pero no las elimina, cosa que se observa incluso en los pa¨ªses con los mayores ¨ªndices de transparencia. Por lo dem¨¢s, en el v¨ªnculo entre pol¨ªtica y transparencia puede encontrarse una relaci¨®n similar a la que hace Bernard Crick entre pol¨ªtica y democracia. En su libro En defensa de la pol¨ªtica?afirma que "aunque la democracia sea compatible con la pol¨ªtica (de hecho, hoy la pol¨ªtica podr¨ªa existir dif¨ªcilmente sin ella), en muchas ocasiones la pol¨ªtica necesita ser protegida de las reivindicaciones de exclusividad de determinadas acepciones de la democracia que pueden conducir al despotismo de las democracias populares o a la anarqu¨ªa del Congo".
As¨ª como se suele se?alar que los problemas de la democracia se arreglan con m¨¢s democracia, se repite que los de falta de transparencia se solucionan con m¨¢s transparencia
La taumaturgia que se le atribuye a la transparencia encuentra su equivalente en la exaltaci¨®n de otro valor: la autonom¨ªa. Frente a los problemas que va enfrentando la pol¨ªtica, se sugiere su soluci¨®n mediante la creaci¨®n del respectivo poder aut¨®nomo dentro del aparato estatal, independiente del poder pol¨ªtico. El modelo es el Banco Central. A nivel del debate p¨²blico, se ha planteado dicha posibilidad para el Servicio de Impuestos Internos y el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas, adem¨¢s del Servicio Nacional del Consumidor, una Agencia de Evaluaci¨®n de Calidad de las Pol¨ªticas P¨²blica e, incluso, una dedicada a las infraestructuras.
De dicha f¨®rmula, s¨®lo se revelan bondades. Aparece revestida con el ropaje de la t¨¦cnica y por su orientaci¨®n al largo plazo, m¨¢s all¨¢ de los ciclos electorales, olvidando sus trade-offs. Aumenta la fragmentaci¨®n, por lo que incide en la p¨¦rdida de orientaci¨®n estrat¨¦gica de los gobiernos pero tambi¨¦n al vaciamiento de la pol¨ªtica, al sustraerle progresivamente ¨¢mbitos de competencia. ?No ser¨¢ esto una variante, ciertamente m¨¢s sutil, de la anti pol¨ªtica?
Mar¨ªa de los ?ngeles Fern¨¢ndez Ramil es analista pol¨ªtica. Twitter @Mangeles_HM
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