La identidad armenia renace en las calles de Turqu¨ªa
La comunidad cristiana diezmada por el genocidio en 1915 recupera cierta presencia
Aram Hacikyan pone la m¨¢xima concentraci¨®n cuando agarra la cuerda con la que hace sonar las campanas de la iglesia de Surp Giragos. Sus ojos parecen perdidos, absortos en un tiempo pasado. ¡°Cuando ta?en, lo hacen por todos los muertos. Para m¨ª, supone una mezcla de sentimientos, de emociones, de felicidad¡±. No es de extra?ar, ya que Aram, de 55 a?os, es uno de los pocos armenios que queda en Diyarbakir (sudeste de Turqu¨ªa) de lo que hace un siglo era una comunidad de 65.000 almas (hoy son 50.000 en todo el pa¨ªs). Y, por primera vez en su existencia, puede vivir su identidad armenia libremente. Ya no es Veh?et, el nombre propio musulm¨¢n que, como muchos otros armenios, se vio obligado a utilizar en p¨²blico durante a?os por miedo a ser insultado o perseguido. Ahora es Aram, un nombre armenio, y es, orgullosamente, el campanero de Surp Giragos.
La historia de c¨®mo Aram recuper¨® su identidad puede parecer tan asombrosa al europeo occidental como com¨²n es en estas tierras regadas durante siglos por sangrientos conflictos. En 1915, el Gobierno otomano orden¨® la deportaci¨®n de los armenios (una comunidad cristiana) a los desiertos de Siria. En la persecuci¨®n que sigui¨® muri¨® cerca de un mill¨®n. De los antepasados de Aram s¨®lo se salvaron su abuelo y la hermana de este, que fueron adoptados por una familia kurda. ¡°Muchos ni?os sobrevivieron porque los acogieron familias musulmanas; hay gente que no lo sabe y otros que s¨ª, pero lo ocultan por miedo, especialmente los que trabajan como funcionarios del Estado. Si no hubiese sido por esos kurdos buenos, hoy no quedar¨ªan armenios en Turqu¨ªa¡±.
Aram no es el ¨²nico ciudadano de la Rep¨²blica de Turqu¨ªa que ha recuperado sus ra¨ªces. En los ¨²ltimos a?os, especialmente tras el asesinato del periodista turco-armenio Hrant Dink en 2007, muchos han dado un paso al frente. La prestigiosa abogada turca Fethiye ?etin logr¨® contactar con sus parientes armenios, emigrados a Estados Unidos, tras confesar su abuela que era una superviviente del genocidio; el m¨²sico Yasar Kurt se bautiz¨® cuando a los 40 a?os descubri¨® su identidad armenia, e incluso un columnista turco tan nacionalista como Bekir Coskun reconoci¨® este mes haber sido criado por una armenia que hab¨ªa sobrevivido a las matanzas y siempre llev¨® consigo el dolor sufrido.
Preguntarse por los antepasados armenios ya no es un tab¨² como antes, reconoce el periodista Ertugrul Mavioglu: ¡°Dado que mi familia es de Kayseri (una provincia en la que antes de 1915 exist¨ªa una gran poblaci¨®n de armenios), le pregunt¨¦ a mi padre si nosotros ten¨ªamos sangre armenia y me contest¨®: ¡®Claro que nuestra familia tom¨® a mujeres armenias para casarse con ellas, pero eso s¨ª, nosotros a ellos no les dimos ninguna de nuestras chicas¡±.
"Dado que nos llamaban infieles, decid¨ª ser uno de ellos, y a los 15 a?os determin¨¦ que ser¨ªa cristiano"
El abuelo de Aram fue criado como musulm¨¢n, y aunque despu¨¦s de la guerra regres¨® a su aldea natal, hasta sus ¨²ltimos d¨ªas sigui¨® rezando y comport¨¢ndose como un fiel mahometano. En la aldea, quienes hab¨ªan sobrevivido al intento de exterminio, se convirtieron al islam y as¨ª prosiguieron su vida durante las siguientes generaciones. El padre de Aram tambi¨¦n vivi¨® y muri¨® como musulm¨¢n. ¡°Pese a ello, los de otros pueblos nos llamaban g?vur (infiel)¡±. As¨ª pues, pregunt¨® el porqu¨¦ a los ancianos de la aldea, algunos de los cuales hablaban un idioma que entonces le resultaba incomprensible, el armenio, cuando no hab¨ªa forasteros a la vista. Y entonces, redescubri¨® su historia: ¡°Dado que nos llamaban infieles, decid¨ª ser uno de ellos, y a los 15 a?os determin¨¦ que ser¨ªa cristiano¡±.
Celebraci¨®n mundial
Dignatarios de todo el mundo asistir¨¢n ma?ana en Erev¨¢n a la conmemoraci¨®n del centenario del genocidio armenio o Meds Yeghern, entre ellos el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, y el ruso, Vlad¨ªmir Putin. El papa Francisco, al que las autoridades armenias esperaban convencer, finalmente no estar¨¢ presente, aunque ya dio muestra de su apoyo en la misa dominical del pasado d¨ªa 12, al utilizar la palabra ¡°genocidio¡± para definir ¡°aquel exterminio despiadado y loco que sufrieron¡± los armenios otomanos.
Si bien lo hizo citando las palabras de su antecesor Juan Pablo II, el posicionamiento de Bergoglio le vali¨® duras recriminaciones desde Turqu¨ªa, que si bien reconoce el sufrimiento de los armenios, se niega a considerar su deportaci¨®n como un genocidio. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el mismo que fue capaz de ofrecer condolencias a los armenios en el Meds Yeghern de 2014 para unos meses despu¨¦s utilizar la palabra armenio como insulto, avis¨® al Papa de que ¡°no vuelva a cometer el mismo error¡±. Al cabo de unos d¨ªas, cuando el Parlamento Europeo aprob¨® una resoluci¨®n de condena del genocidio armenio, el jefe de Estado turco respondi¨®: ¡°Por un o¨ªdo me entra y por otro me sale¡±. La mitad de los pa¨ªses de la UE reconocen el genocidio armenio (en Espa?a lo han hecho algunas autonom¨ªas).
Adem¨¢s, el Gobierno turco ha querido eclipsar las ceremonias del genocidio armenio trasladando a este fin de semana la conmemoraci¨®n del centenario de la batalla de Gal¨ªpoli, que Turqu¨ªa habitualmente celebra el 18 de marzo. A estos actos han sido invitados mandatarios de todo el mundo.
De eso hace ya cuatro d¨¦cadas. Pero hasta hace bien poco, Aram no fue capaz de decir abiertamente que era armenio. ¡°Hab¨ªa una presencia muy fuerte de la religi¨®n isl¨¢mica y ten¨ªamos que decir que ¨¦ramos musulmanes para sentirnos seguros¡±, lamenta; ¡°ahora hay mucho m¨¢s respeto por las diferencias¡±. El Ayuntamiento de Diyarbakir ¡ªgobernado por un partido nacionalista kurdo¡ª ha financiado buena parte de la restauraci¨®n de la iglesia armenia y ha promovido la integraci¨®n, pese a que los propios kurdos tuvieron un papel principal en las masacres de armenios desde el siglo XIX. ¡°Los kurdos de ahora ya no son como los de antes. No es que haya habido una evoluci¨®n en su mentalidad, ?ha sido una verdadera revoluci¨®n!¡±.
En el Imperio Otomano, los armenios eran una comunidad vibrante que dio numerosas personalidades y algunos de sus miembros llegaron a ocupar cargos en el Gobierno. Sin embargo, esto no se hab¨ªa repetido en todo el periodo republicano de Turqu¨ªa hasta que el actual primer ministro, Ahmet Davutoglu (islamista moderado), nombr¨® al armenio Etyen Mah?upyan su asesor jefe. Adem¨¢s, tres de los cuatro principales partidos pol¨ªticos presentan candidatos armenios a las elecciones de junio, algo impensable hace dos d¨¦cadas.
M¨¢s all¨¢ de las medidas pol¨ªticas ¡ªcomo la reapertura de iglesias armenias¡ª, se trata de un proceso de normalizaci¨®n que se est¨¢ produciendo en el seno de la sociedad civil: debates acad¨¦micos, art¨ªculos period¨ªsticos, encuentros de organizaciones turcas y armenias, obras art¨ªsticas¡ Es el caso del espect¨¢culo de danza moderna Family Tree, surgido del dolor de la familia de uno de sus autores, el armenio Mihran Tomasyan, y que tras pasar por Berl¨ªn, Friburgo (Alemania) y Erev¨¢n (Armenia) se ha representado en Estambul. ¡°Por supuesto, todav¨ªa hay tab¨²es. Cuando dices la palabra genocidio notas en la mirada de la gente que preferir¨ªa que no dijeses esa palabra¡±, explica la coautora de la producci¨®n, la turca Duygu G¨¹ng?r. ¡°Pero tal y como el goteo continuo del agua erosiona la piedra, as¨ª tenemos que hacer: seguir contando nuestras historias para romper los tab¨²es¡±.
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