Hambre oculta tras el milagro brit¨¢nico
Los recortes en el Estado de bienestar han disparado el uso de bancos de alimentos en esta legislatura
![Pablo Guim¨®n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa00af343-f7c5-486c-a36f-64d793d68cb2.jpg?auth=2090fde44dc3ebde7bf0c8161790a138d14fe6ac1aa7e387dbc197fc9f4fc50b&width=100&height=100&smart=true)
Sobre este meandro que dibuja el T¨¢mesis en el centro de Londres, conviven a codazos las dos narrativas sobre la econom¨ªa brit¨¢nica que se enfrentan en estas elecciones. Canary Wharf y Tower Hamlets. El lujo y el hambre. La pujanza de una econom¨ªa que crea empleo y deja atr¨¢s la recesi¨®n a un ritmo de crecimiento del 2,8% anual, y su miserable reverso. La caprichosa l¨®gica del urbanismo de la capital quiso que estos rascacielos se levantaran precisamente en Tower Hamlets, el barrio con m¨¢s hambre infantil del pa¨ªs, donde m¨¢s de la mitad de los ni?os vive por debajo del umbral de la pobreza.
Ocho de la ma?ana. Ejecutivos trajeados circulan por las aceras de Canary Wharf, el centro financiero que ha superado a la City como el mayor empleador de banqueros de Europa. Los habitantes de los rascacielos cobran 95.000 libras (unos 133.000 euros) de media al a?o. Los de abajo, 11.400. No es f¨¢cil mantener a una familia en Londres con eso.
A la sombra de los rascacielos, entre las viviendas sociales, los voluntarios del banco de alimentos de Tower Hamlets ordenan la comida en cajas. Este centro abri¨® en 2010, al mismo tiempo que David Cameron llegaba al 10 de Downing Street, para atender a lo que su directora, Amy Kimbangi, llama ¡°el hambre escondida¡±. ¡°Desde 2010 la demanda de este servicio aumenta cada a?o¡±, explica. ¡°Hemos pasado de alimentar a cuatro o cinco familias cada semana a 35. Es gente que paga sus alquileres, tiene trabajo, pero no es capaz de llevar comida a sus mesas. Londres es una ciudad extraordinariamente cara, y vivir con el salario m¨ªnimo aqu¨ª es pr¨¢cticamente imposible¡±.
Un pa¨ªs, dos caras
La econom¨ªa brit¨¢nica creci¨® un 2,8% en 2014, m¨¢s que la de ning¨²n otro pa¨ªs del G7. La tasa de paro est¨¢ por debajo del 6%.
Solo Portugal y Grecia, entre los 15 miembros iniciales de la UE, tienen sueldos medios m¨¢s bajos que Reino Unido.
El Gobierno de Cameron ha convertido en su prioridad reducir el d¨¦ficit (5,4% del PIB en 2014) a base de recortar el gasto p¨²blico.
Los bancos de alimentos de Trussell Trust (445 repartidos por todo el pa¨ªs, frente a 29 en 2009) distribuyeron en los ¨²ltimos 12 meses 1.084.604 paquetes de ayuda alimentaria, un 19% m¨¢s que el ejercicio pasado y 27 veces m¨¢s que hace cinco a?os.
2,3 millones de ni?os en Reino Unido est¨¢n clasificados en la pobreza relativa: viven en hogares con ingresos m¨¢s bajos que el 60% de la media nacional.
El banco de alimentos de Tower Hamlets est¨¢ afiliado al Trussell Trust, el mayor conglomerado de dispensaci¨®n de comida de emergencia de Reino Unido. En 2009 apenas contaba con 29 bancos de alimentos y hoy agrupa a 445. Esta semana ha publicado los datos actualizados de su actividad. En los ¨²ltimos 12 meses distribuy¨® 1,1 millones de lotes de comida de emergencia, cada uno suficiente para alimentar a una familia durante tres d¨ªas. Son casi 200.000 m¨¢s que en el ejercicio pasado, 27 veces m¨¢s que hace cinco a?os.
A estos datos habr¨ªa que sumar los de otros centenares de bancos de alimentos independientes que operan por todo el pa¨ªs. Colectivos de m¨¦dicos hablan de un aut¨¦ntico problema de salud p¨²blica.
Son los profesionales de la sanidad y los asistentes sociales quienes identifican a las personas necesitadas y les entregan un vale para acudir al banco de alimentos. El 44% de los usuarios de los bancos de Trussell Trust acude por problemas con las ayudas p¨²blicas. Las pol¨ªticas de austeridad han afectado a la seguridad social brit¨¢nica, uno de los pilares del Estado de bienestar construido por los Gobiernos laboristas de la posguerra. Las ayudas llegaron a funcionar como un complemento en el presupuesto de las familias, que permit¨ªa a las empresas mantener su productividad pagando unos sueldos medios que est¨¢n entre los m¨¢s bajos de toda Europa. Los recortes en el sistema han quebrado el delicado equilibrio.
Eso es lo que concluye un estudio de noviembre del a?o pasado, encargado por la Iglesia de Inglaterra, Trussell Trust y Oxfam, que relacionaba directamente los recortes en el sistema de la seguridad social con el aumento en el uso de bancos de alimentos. El informe, el m¨¢s exhaustivo realizado hasta la fecha, solicitaba cambios urgentes en el ¡°complicado, remoto y en ocasiones intimidatorio¡± sistema, para evitar que la gente caiga en la pobreza. El Gobierno desautoriz¨® el estudio al considerarlo ¡°no concluyente¡±.
La demanda de lotes de comida se ha multiplicado por 27 desde 2010
La ma?ana de Matti Letsie empieza en la puerta de atr¨¢s de un hipermercado. Es su rutina desde que el a?o pasado abri¨® el banco de alimentos independiente Connect 25 en Newcastle, al norte del pa¨ªs. Aqu¨ª recoge las provisiones que el establecimiento les dona. ¡°Es comida que, de otra manera, acabar¨ªa en la basura¡±, explica.
Con la furgoneta cargada, regresa al local junto a la iglesia King¡¯s Castle que le sirve de almac¨¦n. ¡°Empec¨¦ a trabajar en asistencia social en 2008¡±, explica. ¡°El uso de bancos de alimentos entonces era marginal, pero ahora cada vez m¨¢s gente los usa. Creo que, de la misma manera que el Gobierno trata de arreglar la deuda y llevar al pa¨ªs a una buena situaci¨®n financiera, debe buscar un equilibrio. Tienen que mirar c¨®mo afectan las cosas que hacen al hombre corriente. Hay gente que vive muy por debajo del modo de vida humano¡±.
La furgoneta aparca junto a una casa compartida por 11 exreclusos que tratan de rehacer su vida. Es el caso de John, que cumpli¨® cinco a?os por robo. Al salir de la c¨¢rcel le entregaron 30 libras y una cama en esta casa. Pero le cuesta despegar. ¡°Sal¨ª de prisi¨®n hace seis meses¡±, explica. ¡°No recibes ayudas inmediatamente, as¨ª que no tienes dinero para sobrevivir. Los bancos de alimentos han sido una bendici¨®n. Si no fuera por ellos, b¨¢sicamente, me habr¨ªa muerto de hambre¡±.
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