La precampa?a argentina satura la calle de polic¨ªas
Buenos Aires duplica el n¨²mero de agentes mientras el Gobierno retrasa las estad¨ªsticas
La inseguridad se ha convertido en uno de los ejes de la campa?a electoral argentina. Y como respuesta, los pol¨ªticos llenan las calles de nuevos polic¨ªas. Solo en la provincia de Buenos Aires, tan grande como Italia, se va a pasar de los 36.000 que hab¨ªa a final de 2013 a 71.000 cuando concluya este a?o. Los candidatos llenan las vallas, los anuncios televisivos y las entrevistas electorales con mensajes contra "los jueces sacapresos", "la impunidad de los delincuentes" y se fotograf¨ªan rodeados de nuevas hornadas de polic¨ªas reci¨¦n salidos de la academia.
¡°Hemos echado a 300 comisarios¡±
Alejandro Granados es el encargado de resolver los problemas de inseguridad en la provincia de Buenos Aires. Explica que cuando lleg¨® al puesto en 2013 jugaba ¡°el partido con ocho hombres, contra los 11 de los delincuentes. Hoy el juego es de 10 contra 11¡±. Pero esos nuevos polic¨ªas reciben solo seis meses de formaci¨®n. ¡°Descubrimos que damos m¨¢s horas de clases que en EE UU. La preparaci¨®n es excelente y la prueba es que tuvimos tres casos muy rimbombantes resueltos por j¨®venes reci¨¦n graduados¡±, dice Granados. Y en la lucha contra la corrupci¨®n presume de haber mandado a casa ¡°a
300 comisarios, algunos por hechos importantes¡±. ¡°Tenemos un ¨¢rea de asuntos internos que es totalmente independiente y que, ante la m¨ªnima duda sobre un agente, lo desafecta y despu¨¦s lo investiga¡±.
Los aspirantes prometen m¨¢s polic¨ªa en este a?o electoral precisamente para combatir una extendida sensaci¨®n de inseguridad amplificada por los seis canales de noticias que durante 24 horas transmiten en directo desde los lugares de robos, tiroteos, violaciones y atropellos que asustan a los argentinos.
En su despacho de ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Granados ha puesto un crucifijo y una foto de su jefe, el gobernador bonaerense y candidato presidencial kirchnerista, Daniel Scioli. En la sala de al lado, una docena de polic¨ªas monitorea en m¨¢s de 40 pantallas la distribuci¨®n de las patrullas en los 33 municipios del Gran Buenos Aires (periferia), donde vota una cuarta parte de los argentinos.
El aumento de la plantilla de uniformados como remedio ante la delincuencia no es una estrategia que haya escogido s¨®lo la provincia de Buenos Aires, habitada por 15,6 millones de personas. Tambi¨¦n en la capital (independiente de la provincia) el alcalde y candidato presidencial conservador, Mauricio Macri, cre¨® en 2008 una fuerza policial con 5.000 agentes. En la provincia de C¨®rdoba, la segunda m¨¢s poblada despu¨¦s de la de Buenos Aires, otro aspirante a la Casa Rosada (sede del jefe de Estado de Argentina), el peronista opositor Jos¨¦ Manuel de la Sota, organiz¨® los pasados d¨ªas 2 y 3 "operativos de saturaci¨®n" en los que 1.500 polic¨ªas salieron a las calles a detener a 341 personas por 39 presuntos delitos, aunque un juez advirti¨® la semana pasada sobre arbitrariedades en esos arrestos.
Y otro protagonista de la carrera presidencial, Sergio Massa, centra todos sus mensajes pol¨ªticos en su denuncia de "los jueces sacapresos" mientras exhibe su lucha contra la inseguridad en Tigre, el municipio del que fue alcalde, antes conflictivo y ahora refugio de millonarios.
Inspiraci¨®n espa?ola
Granados asegura que viaj¨® mucho a Espa?a y se ha inspirado en su modelo para poner en marcha la polic¨ªa local. "Por supuesto que la complejidad del Gran Buenos Aires no es la misma", admite. La tasa de homicidios de Espa?a es de 0,8 anuales por cada 100.000 habitantes, mientras que en algunos municipios bonaerenses, como Lomas de Zamora, Quilmes y San Mart¨ªn, se situ¨® en 2014 entre los 11 y los 13. El Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner lleva dos a?os de retraso en la elaboraci¨®n de la estad¨ªstica nacional de cr¨ªmenes: su ¨²ltimo dato, de 5,5, el tercero m¨¢s bajo de Latinoam¨¦rica, es de 2010, pero la mayor¨ªa de los pa¨ªses ofrecen estad¨ªsticas hasta 2012.
Puede que la cifra se encuentre desactualizada porque, por ejemplo, en Rosario, la tercera ciudad de Argentina, el ¨ªndice ha subido de 10 a 20,8 entre 2010 y 2014 de la mano del avance del narcotr¨¢fico.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), una ONG de derechos humanos, se?ala que la tasa subi¨® desde 2010 en la provincia de Buenos Aires de 7,4 a 7,5 en 2012 y en la capital argentina de 5,5 a 5,7 en 2013. En C¨®rdoba se elev¨® de 3,6 en 2012 a 4 en 2014.
"Hubo una decisi¨®n de no publicar datos nacionales porque se pensaba que iban a fogonear la idea de inseguridad, pero as¨ª no se evita el debate p¨²blico sino que se empobrece, se justifican pol¨ªticas de endurecimiento y no se puede medir su impacto", lamenta Paula Litvachky, experta del CELS.
"Nos preocupa que la respuesta al problema de la seguridad sea multiplicar la cantidad de polic¨ªas con baja formaci¨®n que se insertan en instituciones degradadas, en vez de reflexionar sobre su corrupci¨®n, falta de profesionalismo y violencia institucional", a?ade Litvachky.
En la Universidad de Buenos Aires, a la investigadora Mariana Galvani le preocupa adem¨¢s que "solo se piensa en el delito menor, no en el narcotr¨¢fico, el contrabando, el desfalco al Estado u otras inseguridades que arruinan m¨¢s vidas, como la falta de trabajo, escuelas o seguridad social". Galvani opina que la pol¨ªtica procura "tranquilizar a la gente poniendo m¨¢s polic¨ªas en la calle".
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