Las milicias chi¨ªes lideran la operaci¨®n para arrebatar Ramadi a los yihadistas
La arriesgada apuesta del Gobierno de Bagdad para frenar al Estado Isl¨¢mico pone en peligro el respaldo de la poblaci¨®n sun¨ª
Las milicias chi¨ªes que apoyan a las fuerzas gubernamentales de Irak han tomado este martes las riendas de la operaci¨®n para recuperar la provincia de Al Anbar (sun¨ª) de manos del Estado Isl¨¢mico (EI), seg¨²n ha anunciado un portavoz de los paramilitares. La medida revela tanto la desesperaci¨®n de las autoridades tras la captura de Ramadi por los yihadistas, como las enormes dificultades que afrontan para estructurar un Ej¨¦rcito nacional por encima de las divisiones confesionales.
¡°La Operaci¨®n Labaik Ya Husein est¨¢ dirigida por las unidades de Movilizaci¨®n Popular, en cooperaci¨®n y coordinaci¨®n con las Fuerzas Armadas¡±, ha informado Ahmed al Asadi durante una conferencia de prensa televisada.
El Ej¨¦rcito y esas unidades, compuestas de voluntarios esencialmente chi¨ªes, lanzaron el pasado s¨¢bado la ofensiva para recuperar Ramadi, la capital de Al Anbar, a un centenar de kil¨®metros de Bagdad. Ahora, sin embargo, bajo la direcci¨®n de las milicias, se ha ampliado la operaci¨®n para asegurar los accesos desde la vecina provincia de Saladino, donde el EI trata de hacerse con la refiner¨ªa de Baiji y asedia las rutas de abastecimiento.
Las ruinas de la ciudad siria de Palmira no han sufrido da?os
Las ruinas de la ciudad siria de Palmira, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, no han sufrido da?os desde que el Estado Isl¨¢mico (EI) se hiciera con su control hace una semana, ha informado este martes el director general de Antig¨¹edades y Museos de Siria, Maam¨²n Abdelkarim.
Seg¨²n ha afirmado a varias agencias, trabajadores de su departamento en la ciudad le han comunicado que ¡°est¨¢n todos bien y las ruinas no han sufrido ning¨²n destrozo¡±. No obstante, Abdelkarim se ha mostrado preocupado por que en el futuro puedan sufrir da?os.
¡°Acabaremos la liberaci¨®n de Saladino y sitiaremos Ramadi, antes de liberarla¡±, ha asegurado el portavoz. ¡°Creemos que no llevar¨¢ mucho tiempo¡±, ha a?adido.
Tal vez no. El desempe?o de esas milicias en varias zonas del norte del pa¨ªs ha probado su eficacia en el combate. El problema es el precio. Aunque tras la reconquista de Tikrit no se han tenido noticias de violaciones de derechos humanos como las denunciadas por Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch en otras zonas, su creciente peso no s¨®lo suscita recelos sobre la influencia de Ir¨¢n, sino que hace el juego a la pretensi¨®n del EI de ser el ¨²nico defensor de los sun¨ªes.
El nombre mismo elegido para la operaci¨®n, Labaik Ya Husein, es una provocaci¨®n a ojos de esa comunidad, que se ha sentido marginada desde que la intervenci¨®n estadounidense derrib¨® a Saddam en 2003 y entreg¨® el poder a la mayor¨ªa chi¨ª. La expresi¨®n, que en ¨¢rabe significa ¡°A tus ¨®rdenes Husein¡±, es una invocaci¨®n a una de las figuras m¨¢s reverenciadas por los chi¨ªes, un nieto del profeta Mahoma muerto en la batalla que desat¨® el cisma entre ellos y los sun¨ªes en el islam.
¡°No s¨¦ nada sobre esas milicias excepto que son unos bastardos sectarios, cuya violencia y extremismo no son menores que los del EI¡±, responde una analista iraqu¨ª contactada para que comente el anuncio. Tal es la animadversi¨®n que provocan incluso en ¨¢mbitos acad¨¦micos donde se podr¨ªa esperar una mayor ecuanimidad.
Quiz¨¢s para reducir las suspicacias, Moin al Kadhimi, portavoz de la Organizaci¨®n Badr, una de las m¨¢s destacadas milicias chi¨ªes, ha precisado que la reconquista de Ramadi estar¨¢ dirigida por los ¡°hijos¡± de la ciudad, es decir, sun¨ªes. Pero, tal como sucediera en Tikrit, est¨¢ por ver si logran m¨¢s que un pu?ado simb¨®lico de combatientes locales.
El Gobierno iraqu¨ª tiene prisa por recuperar Ramadi, cuya p¨¦rdida ha sido el mayor rev¨¦s militar desde el nombramiento de Haider al Abadi como primer ministro a finales del verano pasado. Al Abadi, que ha prometido echar al EI de esa ciudad en d¨ªas, acept¨® implicar a los paramilitares, algo a lo que se hab¨ªa resistido hasta ahora por temor a herir la susceptibilidad local.
La tensi¨®n por la incapacidad del Ej¨¦rcito para defender la capital de Al Anbar ha revelado diferencias con Washington. La Casa Blanca esperaba que Al Abadi fuera capaz de ganarse el apoyo de las fuerzas tribales sun¨ªes en esa provincia, como los Marines norteamericanos hicieron en 2008 para derrotar a Al Qaeda. El primer ministro, por su parte, ha pedido m¨¢s ayuda internacional para hacer frente al EI.
Algunos observadores apuntan que la ca¨ªda de Ramadi no s¨®lo plantea dudas sobre la estrategia iraqu¨ª, sino tambi¨¦n sobre la de EE. UU. Los m¨¢s de 3.000 bombardeos a¨¦reos de la coalici¨®n que dirige no han impedido que el EI consolide el califato que proclam¨® el a?o pasado entre Irak y Siria. Seg¨²n este an¨¢lisis, la decisi¨®n de no enviar tropas de tierra ha dejado un vac¨ªo que est¨¢ llenando Ir¨¢n, la principal fuente de armas y asesoramiento de las milicias chi¨ªes, y el motivo ¨²ltimo de la desconfianza de la poblaci¨®n sun¨ª y de los pa¨ªses ¨¢rabes vecinos, sin cuya ayuda resulta imposible vencer a los yihadistas.
En otra muestra de la brecha sectaria que se ha abierto en Irak, muchos de los 55.000 residentes que seg¨²n la ONU han huido de Ramadi se est¨¢ topando con problemas para encontrar refugio seguro. Al parecer, les paran en los controles de acceso a otras provincias por temor a que algunos sean infiltrados yihadistas.
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