La NSA ve recortado su poder por primera vez desde el 11-S
El programa de almacenamiento masivo de datos telef¨®nicos queda en suspenso a la espera de que el Congreso apruebe una reforma que impondr¨¢ l¨ªmites
Estados Unidos se prepara para adoptar los mayores recortes a la vigilancia de la NSA, la agencia de espionaje electr¨®nico, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. En la medianoche del domingo y a la espera de que en los pr¨®ximos d¨ªas el Congreso apruebe una reforma que impondr¨¢ l¨ªmites a la NSA, el programa de almacenamiento masivo de datos telef¨®nicos qued¨® en suspenso. Tanto el cierre temporal de este programa, como la nueva ley, son un freno a la progresiva expansi¨®n de la agencia en los a?os de la guerra contra el terrorismo. La reforma, que es consecuencia de las revelaciones del analista Edward Snowden, quitar¨¢ a los esp¨ªas el control de los datos y los dejar¨¢ en manos de las compa?¨ªas telef¨®nicas.
La historia reciente de la NSA (iniciales en ingl¨¦s de la Agencia de Seguridad Nacional) es la de una ampliaci¨®n creciente de su capacidad para espiar. La ¨²ltima vez que el Congreso logr¨® frenarla fue en 1978 cuando, tras el caso Watergate y otros desmanes de los servicios secretos, prohibi¨® la vigilancia en territorio estadounidense y estableci¨® controles del poder legislativo a sus actividades.
La nueva ley prev¨¦ que el programa se mantenga durante un periodo de transici¨®n de medio a?
El 11-S, unido al desarrollo de Internet y los tel¨¦fonos m¨®viles, inaugur¨® una nueva era en el espionaje electr¨®nico. La descoordinaci¨®n entre las agencias de espionaje en v¨ªsperas de los atentados de 2001 dispar¨® la alerta. Las nuevas tecnolog¨ªas abrieron un campo ins¨®lito para los criminales y para los esp¨ªas.
Unas semanas despu¨¦s de los atentados, la Administraci¨®n del republicano George W. Bush empez¨® a recopilar en secreto registros de llamadas telef¨®nicas. Era una pieza m¨¢s en el rompecabezas de medidas antiterroristas, algunas en una zona de penumbra entre la legalidad y la ilegalidad. En 2006, Bush logr¨® la legalizaci¨®n del programa, aunque sigui¨® siendo secreto hasta que en 2013 Snowden, un exanalista subcontratado por la NSA, lo revel¨®.
El debate que Snowden abri¨® hace dos a?os desemboca ahora en uno de estos dramas legislativos ¡ªnegociaciones ag¨®nicas, plazos incumplidos¡ª que han marcado la presidencia del dem¨®crata Barack Obama. Esta vez han sido dos republicanos los que se han enfrentado y han provocado el bloqueo, y ambos son senadores por Kentucky: el l¨ªder de la mayor¨ªa en el Senado, Mitch McConnell, y el aspirante presidencial Rand Paul.
McConnell quer¨ªa prolongar la secci¨®n 215 de la Patriot Act. Este texto amparaba el almacenamiento de los datos telef¨®nicos ¡ªn¨²mero de tel¨¦fono, hora y duraci¨®n de la llamada¡ª por parte de la NSA, pero expiraba el 1 de junio. Paul ¡ªl¨ªder del ala libertaria de la derecha estadounidense, contraria a la intrusi¨®n del Estado en la vida privada¡ª quer¨ªa dejar expirar la ley. En un t¨¦rmino medio, Obama y una mayor¨ªa de congresistas, dem¨®cratas y republicanos, defend¨ªan una nueva ley, la USA Freedom Act, ya adoptada por la C¨¢mara de Representantes. Esta ley, sin cuestionar la autoridad de los esp¨ªas para vigilar las comunicaciones privadas, supone el primer intento serio, desde 1978, de poner coto a la NSA.
De la ley patri¨®tica a la de la libertad
La Patriot Act, o ley patri¨®tica adoptada tras el 11-S, amparaba el programa de almacenamiento de datos telef¨®nicos de la NSA. El programa, declarado ilegal a principios de mayo, por un tribunal de apelaciones, expiraba el 1 de junio.
Al no haberse aprobado a¨²n la USA Freedom Act o ley de la libertad, que mantendr¨ªa los programas de vigilancia pero les impondr¨ªa l¨ªmites, la NSA dej¨® este lunes en suspenso el almacenamiento de llamadas. Las investigaciones iniciadas antes pueden continuar.
La Administraci¨®n Obama ha avisado de posibles efectos catastr¨®ficos para Estados Unidos si se queda sin capacidad de recopilar datos. Obama, al defender la NSA, cit¨® la amenaza de Al Qaeda y del Estado Isl¨¢mico. Pero hasta ahora no se ha demostrado que el programa haya servido para desarticular ninguna trama terrorista
El plazo de la medianoche del domingo lleg¨® sin acuerdo para prolongar la secci¨®n 215. La NSA perdi¨® la autoridad legal para recopilar llamadas telef¨®nicas de los residentes en EE UU. Por primera vez quedaba clausurado un programa que las dos ¨²ltimas administraciones han juzgado esencial para proteger al pa¨ªs de amenazas terroristas.
El cierre de este programa ¡ªy de otros dos que sirven para vigilar a lobos solitarios y para pinchar los tel¨¦fonos a sospechosos que cambian con frecuencia de aparato¡ª es temporal.
El domingo, unas horas antes de la hora l¨ªmite, McConnell cedi¨®, admiti¨® que carec¨ªa de apoyos suficientes para prolongar la secci¨®n 215 y apoy¨® una votaci¨®n preliminar de la USA Freedom Act, que avanz¨® con 77 votos a favor y 17 en contra. La votaci¨®n final, pendiente de posibles enmiendas, se puede celebrar a partir de este martes. Entretanto, el almacenamiento de datos telef¨®nicos seguir¨¢ en suspenso. Una vez aprobada la USA Freedom Act, el programa volver¨¢ a funcionar.
La nueva ley prev¨¦ que el programa se mantenga durante un periodo de transici¨®n de medio a?o. A partir de este momento, los datos sobre las llamadas permanecer¨¢n en manos de las compa?¨ªas telef¨®nicas, no del Gobierno de EE UU. La NSA necesitar¨¢ la autorizaci¨®n del tribunal secreto. La ley exige m¨¢s transparencia en los procedimientos de este tribunal.
La USA Freedom Act busca un punto medio entre los halcones que colocan la seguridad nacional como prioridad y quienes temen que los excesos del espionaje recorten las libertades civiles. Los estadounidenses coinciden con esta visi¨®n. Un 54% se opone al control de la NSA de los datos de tel¨¦fono e Internet, seg¨²n el Pew Research Center. Al mismo tiempo, casi la mitad cree que las pol¨ªticas antiterroristas son insuficientes para protegerles.
El opositor m¨¢s feroz de los esp¨ªas es republicano
Rand Paul, oftalm¨®logo y senador por Kentucky, ha vuelto a demostrar por qu¨¦ es un electr¨®n libre en su partido, el republicano, dominado en los ¨²ltimos a?os por los halcones en pol¨ªtica exterior y los partidarios en privilegiar la seguridad nacional frente a las libertades civiles. Paul encabez¨® este fin de semana el esfuerzo por liquidar los programas del Patriot Act ¡ªla ley patri¨®tica, adoptada tras los atentados de 2001¡ª que permiten a los esp¨ªas de la NSA recopilar y almacenar los datos de las llamadas telef¨®nicas de miles de residentes en EE UU.
Lo consigui¨®. Desde las 00.01 de este lunes, este y otros programas de vigilancia est¨¢n en suspenso. Paul proviene de la tradici¨®n libertaria. En Estados Unidos el significado de esta palabra es distinta que en otros pa¨ªses. Un libertario es un conservador que recela de Estado, tanto si se trata de recaudar impuestos o regular la econom¨ªa, como a la hora de espiar a sus conciudadanos. Paul es el m¨¢s influyente entre quienes creen ilegales las actividades de la NSA. Suele apelar a la Cuarta Enmienda de la Constituci¨®n, que protege a los ciudadanos ante registros injustificados.
¡°Poco a poco¡±, dice Paul, ¡°hemos dejado que nuestra libertad se nos escape de las manos¡±. Algunos colegas le acusan de albergar motivos espurios. Paul es candidato a la nominaci¨®n para las presidenciales de 2016. Responsabilizar, como ha hecho, a los halcones de su partido del ascenso del Estado Isl¨¢mico no le ayuda. El senador John McCain le acusa de usar la NSA para recaudar fondos. Para un libertario, no hay mejor argumento de campa?a que una buena pelea contra Washington.
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