China, una relaci¨®n a dos velocidades
Los lazos culturales entre el pa¨ªs asi¨¢tico y la regi¨®n siguen estando muy por detr¨¢s de su potencial
Shirley Xu se enamor¨® del tango argentino gracias a la brillante actuaci¨®n de Al Pacino en Perfume de mujer. Con la determinaci¨®n de querer aprender a bailarlo, se apunt¨® en 2009 a uno de los escasos cursos intensivos que ofrec¨ªan profesores oriundos del pa¨ªs en Pek¨ªn y sali¨® convencida de que ese baile entonces desconocido en China ten¨ªa camino por recorrer. Seis a?os despu¨¦s, Xu es una de las mejores bailarinas de tango del mundo ¨Cqued¨® tercera en el ¨²ltimo mundial celebrado en Buenos Aires¨C y preside la Asociaci¨®n China de Tango Argentino, cuyo objetivo es promover esta danza en el pa¨ªs.
¡°Por suerte ahora no es tan dif¨ªcil empezar a bailar. Hasta 18 ciudades ofrecen esta posibilidad y tenemos muy buenos profesores, tanto argentinos como locales. Poco a poco vamos consiguiendo que m¨¢s gente conozca el tango¡±, explica Xu antes de coger un avi¨®n a Shangh¨¢i, donde participar¨¢ en varios eventos de promoci¨®n y dar¨¢ lecciones a alumnos en la capital econ¨®mica china. ¡°Los inicios fueron dif¨ªciles¡±, reconoce. Hoy vive a caballo entre Pek¨ªn y Buenos Aires y apenas tiene tiempo de dedicarse a algo que no sea bailar.
El comercio bilateral se ha multiplicado por diez en la ¨²ltima d¨¦cada
Como el tango, varias muestras de cultura latinoamericana han aterrizado en China en los ¨²ltimos a?os. Los bares de salsa en las principales ciudades se llenan, las exposiciones de arte de estos pa¨ªses ganan peso en las programaciones de los museos y las obras de autores como Pablo Neruda, Jos¨¦ Luis Borges, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa o Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez son conocidas gracias a las traducciones al mandar¨ªn. Hasta el Nobel de Literatura chino, Mo Yan, cita recurrentemente a Garc¨ªa M¨¢rquez como uno de sus principales referentes. Son solamente pinceladas que a¨²n no alcanzan a la mayor¨ªa de ciudadanos chinos y cuyo impacto no es comparable al que ejerce la cultura anglosajona.
Los intercambios entre Am¨¦rica Latina y China en el siglo XXI han aumentado mucho. El gigante asi¨¢tico ha sido un gran defensor de la cooperaci¨®n sur-sur, aunque ha abogado por una relaci¨®n esencialmente pragm¨¢tica. Escogi¨® la regi¨®n como uno de sus grandes clientes para obtener recursos que alimentaran su desarrollo econ¨®mico y, sin duda, la estrategia funcion¨® y benefici¨® a ambas partes: las visitas pol¨ªticas de alto nivel son cada vez m¨¢s frecuentes, el comercio bilateral se ha multiplicado por diez en la ¨²ltima d¨¦cada, hasta los 263.600 millones de d¨®lares, y los pr¨¦stamos de China a la regi¨®n alcanzaron los 22.000 millones de d¨®lares en 2014, una suma mayor a la que aportaron el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo juntos.
Existe una progresiva convergencia de los votos en Naciones Unidas entre algunos pa¨ªses latinoamericanos y la Rep¨²blica Popular a medida que el comercio bilateral ha aumentado. A inicios de este a?o y, con motivo de la primera cumbre entre la CELAC y China, el presidente Xi Jinping abog¨® por fortalecer la alianza a trav¨¦s de tres motores: el comercio, la inversi¨®n y la cooperaci¨®n financiera. ¡°Impulsamos los intercambios culturales tanto como podemos, pero las prioridades de la pol¨ªtica exterior no las decidimos nosotros¡±, explic¨® un funcionario chino del Ministerio de Cultura que quiso mantener el anonimato.
Con unas relaciones cimentadas en los negocios y la gran distancia geogr¨¢fica que separa ambos territorios, los lazos culturales han quedado en un segundo plano. ¡°Hay much¨ªsimo hambre de conocer y descubrir cultura extranjera por parte de la poblaci¨®n china. En las ciudades peque?as los teatros se llenan y el entusiasmo de la gente es incre¨ªble. Y todo esto nos los estamos perdiendo por no apostar por el largo plazo¡±, dice Emilio M¨¦ndez, director del Centro de Intercambio Cultural de Latinoam¨¦rica en China, que pretende estimular los contactos en este ¨¢mbito, aunque reconoce que los latinoamericanos ¡°estamos empezando¡±.
No es la primera vez que alguien emprende un proyecto similar, pero ninguna de las iniciativas ha conseguido consagrarse como un punto de encuentro que ejerza de interlocutor entre Latinoam¨¦rica y China. ¡°Uno de los principales problemas es el cortoplacismo de las pol¨ªticas que se adoptan. Quienes trabajan en este ¨¢mbito tienen que entender que el ¨²nico fin deber¨ªa ser la cultura. Hay proyectos que empiezan con mucha fuerza pero al final se acaban dirigiendo hacia los negocios, y esto merma enormemente los intercambios¡±, asegura M¨¦ndez.
El papel de las embajadas
Ante estas circunstancias, el papel de dar a conocer la cultura latinoamericana en China ha reca¨ªdo casi exclusivamente en las Embajadas, sujetas a los vaivenes pol¨ªticos o a la austeridad impuesta desde los respectivos gobiernos. Uno de los pa¨ªses que m¨¢s logros ha cosechado es M¨¦xico, como muestran el que m¨¢s de 235.000 personas visitaron la exposici¨®n sobre cultura maya y la muestra de murales de Diego Rivera en dos de los principales museos de Pek¨ªn, el triunfo del filme mexicano El Comienzo del Tiempo en la ¨²ltima edici¨®n del festival internacional de cine de la capital china o la participaci¨®n, por quinto a?o, en la feria Art Beijing.
La cultura de Am¨¦rica Latina ha aterrizado en china con presencia en los museos
¡°La cultura es un activo muy importante para la proyecci¨®n internacional de M¨¦xico y constituye un componente imprescindible del proceso de acercamiento con China. Va a la par a la cooperaci¨®n econ¨®mica, t¨¦cnica o cient¨ªfica¡±, dice el embajador del pa¨ªs en China, Juli¨¢n Ventura. Admite, sin embargo, que mantener este nivel de intercambio cultural es un reto cuando los recursos econ¨®micos no abundan y ante un entorno cada vez m¨¢s competitivo en el que todos los pa¨ªses del mundo luchan por captar la atenci¨®n del p¨²blico asi¨¢tico.
Otro desaf¨ªo pasa por salir de Pek¨ªn y Shangh¨¢i. ¡°Todos los pa¨ªses de la regi¨®n hacen esfuerzos por presentar aspectos de su cultura en diferentes ciudades chinas, pero el impacto y la llegada de estos espect¨¢culos es muy limitado debido a la escasez de recursos y la inmensidad del pa¨ªs. Es un simple ¡®yo existo¡¯; poco m¨¢s¡±, explica un diplom¨¢tico latinoamericano con una dilatada trayectoria en China.
En cambio, el gigante asi¨¢tico ha pisado el acelerador en su estrategia de extender su influencia en el mundo sin sacar la cartera. La red de institutos Confucio en Latinoam¨¦rica ha crecido de forma abrumadora: el primero se inaugur¨® en M¨¦xico en 2006 y hoy ya son 27. Los centros, cuya principal misi¨®n es la ense?anza del mandar¨ªn, son tambi¨¦n focos importantes de difusi¨®n cultural. Am¨¦rica Latina es uno de los principales destinos de este soft power chino que empez¨® hace una d¨¦cada y que hoy ya da sus frutos con miles de estudiantes interesados en el idioma, aunque inicialmente se deba a motivos puramente econ¨®micos.
Relaciones pragm¨¢ticas
A pesar de la desigualdad en los recursos y el pragmatismo de las relaciones bilaterales, el consenso es que la curiosidad de la creciente clase media china ir¨¢ en aumento y esto beneficiar¨¢ el consumo de cultura. El inter¨¦s en alza de los j¨®venes chinos de aprender espa?ol supone tambi¨¦n una oportunidad a explotar. ¡°Al abrirse la ventana del idioma, se abre otra de forma natural: la del conocimiento de la sociedad y la cultura. Esto no puede no ser una prioridad en el futuro¡±, insiste el embajador mexicano.
Aunque este v¨ªnculo no solamente se puede conseguir con el idioma. En el caso de Shirley Xu fue el tango lo que la llev¨® a adentrarse en la cultura argentina. Ahora dice haber descubierto la m¨²sica, el cine, la historia o la gastronom¨ªa del pa¨ªs y hasta siente pasi¨®n por el f¨²tbol. Su historia es ¨²nica, pero en la China actual hay candidatos y potencial de sobra. El reto es si Latinoam¨¦rica tendr¨¢ la suficiente fuerza y visi¨®n estrat¨¦gica para capitalizar este inter¨¦s.
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