Rick Perry anuncia su candidatura a la Casa Blanca en 2016
El exgobernador de Texas asegura que EE UU necesita un l¨ªder que diga ¡°la verdad¡±
El exgobernador de Texas Rick Perry busca una segunda oportunidad para llegar a la Casa Blanca. Con un mensaje publicado en su p¨¢gina web, el candidato republicano, que ya fracas¨® en su intento de hacerse con la presidencia de Estados Unidos en 2012, anunci¨® este jueves que renovar¨¢ su apuesta de cara a 2016 porque el pa¨ªs necesita ¡°un presidente que diga la verdad a los estadounidenses¡±.
El aspirante republicano reafirm¨® su candidatura con un discurso en una base a¨¦rea de Texas en el que prometi¨® rescindir el acuerdo nuclear con Ir¨¢n si se convierte en el pr¨®ximo presidente de EE UU, as¨ª como?aumentar la seguridad en la frontera con M¨¦xico. El primer d¨ªa de su mandato, Perry aprobar¨ªa adem¨¢s el pol¨¦mico oleoducto de Keystone y "congelar¨¢" las regulaciones pendientes de la Administraci¨®n Obama.
Perry intent¨® recordar sin ¨¦xito el nombre de la tercera agencia gubernamental que eliminar¨ªa en este debate de 2012.
Perry se suma as¨ª a los nueve candidatos que ya pugnan por la nominaci¨®n republicana. El exgobernador, con un perfil conservador y controvertido, cuenta sin embargo con algunas de las mejores credenciales econ¨®micas con las que defender sus opciones, aunque el bagaje de la campa?a de 2012 puede resultar demasiado pesado. A pesar de su ¨¦xito inicial entre los donantes a su campa?a y de la primera impresi¨®n que caus¨® este veterano de las Fuerzas A¨¦reas en la escena pol¨ªtica nacional, Perry hundi¨® sus posibilidades cuando olvid¨® en un debate cu¨¢l ser¨ªa la tercera agencia gubernamental que cerrar¨ªa para recortar gastos en caso de ser presidente. El candidato se qued¨® en blanco despu¨¦s de enumerar las dos primeras opciones y solo pudo pronunciar un ¡®oops¡¯ que todav¨ªa est¨¢ en la memoria de los estadounidenses.
Desde su renuncia, el republicano ha cambiado su imagen, lleva zapatos en vez de botas de vaquero y gafas, adoptando un estilo m¨¢s moderno. Pero su carta de presentaci¨®n es la misma: Perry fue gobernador de Texas entre 2001 -cuando su predecesor, George W. Bush, lleg¨® a la Casa Blanca- y 2014. En ese per¨ªodo fragu¨® el llamado ¡°Milagro de Texas¡±, m¨¢s de una d¨¦cada de bonanza econ¨®mica en la que el estado se convirti¨®, seg¨²n ¨¦l, en la ¡°envidia¡± del resto del pa¨ªs gracias a la creaci¨®n de 1,8 millones de puestos de trabajo -un tercio de los creados en todo el pa¨ªs- y los buenos datos econ¨®micos.
Perry logr¨® su reelecci¨®n como gobernador en 2010 con el 38% del voto hispano
Perry defiende que el cr¨¦dito es suyo y de las pol¨ªtica econ¨®micas que quiere trasladar desde Texas hasta todo el pa¨ªs. Sus detractores afirman que pudo ser m¨¢s importante el factor suerte, gracias a un ¡®boom¡¯ en el sector del petr¨®leo que nada tuvo que ver con su gesti¨®n. En los tres ¨²ltimos meses, la bajada del precio del combustible ha contribuido a la destrucci¨®n de m¨¢s de 30.000 puestos de trabajo en este sector en Texas.
Como en el caso de la econom¨ªa, el exgobernador tampoco puede confiar totalmente en otra de sus bazas, su experiencia con los hispanos en Texas. Perry critic¨® las pol¨ªticas anti-inmigrantes de Arizona, se desmarc¨® del resto de republicanos al aprobar una ley que reduc¨ªa el precio de las matr¨ªculas universitarias para indocumentados y es uno de los pocos pol¨ªticos de su partido que ha reiterado el reconocimiento a las aportaciones de los inmigrantes.
En 2010, esta estrategia se tradujo en su reelecci¨®n como gobernador con el 38% del voto hispano. Sin embargo, su rechazo a la ley del Dream Act para estudiantes indocumentados y a la pol¨ªtica migratoria de Obama para aumentar la seguridad en la frontera le han alejado de los latinos en un estado que puede resultar clave en las pr¨®ximas elecciones por los cambios demogr¨¢ficos en su electorado.
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