El muerto que denunci¨® al reportero
Una interrogaci¨®n sobre el no hecho y la no noticia que establecen el no valor de la vida de aquellos que un tipo de periodismo se autoriza a deshumanizar
?¡ª?Eres mayor o menor de edad? ¡ªle pregunta el reportero de televisi¨®n a un chico tendido en la calle, con la cara en el asfalto y las manos esposadas tras la espalda.
?¡ªMenor ¡ªle responde el chico.
¡ª?Qu¨¦ edad?
¡ª16
¡ª?Y t¨²? ¡ªle pregunta el reportero a otro chico, en las mismas condiciones.
¡ª16
¡ª?D¨®nde viv¨ªs?
Ellos responden.
¡ªDiecis¨¦is a?os los dos. Aqu¨ª hay otro m¨¢s. (La c¨¢mara enfoca a otro joven tendido en el asfalto, con la cara en el suelo) Vamos a saber de este de aqu¨ª tambi¨¦n. (Pone el micr¨®fono cerca de la boca del chico.) ?Cu¨¢ntos a?os tienes?
Silencio
El reportero intenta llamar la atenci¨®n del joven toc¨¢ndolo con un dedo.
Silencio
¡ªEste de aqu¨ª parece que est¨¢ herido. Este de aqu¨ª, Bareta, (risita) por incre¨ªble que parezca fui a entrevistar a un t¨ªo que ya estaba muerto (risita). Est¨¢ aqu¨ª, este se muri¨®. Est¨¢ aqu¨ª, se muri¨® aqu¨ª ahora. No tenemos a¨²n sus documentos para saber si es menor o mayor.
Esta es la transcripci¨®n de un v¨ªdeo que fue noticia en los portales brasile?os e internacionales a finales de mayo. La noticia era lo que se defini¨® como ¡°rid¨ªculo¡± o ¡°metedura de pata¡± por parte del reportero del programa Toler?ncia Zero, de la TV Atalaia, del estado de Sergipe, que est¨¢ afiliada a la TV Record. Los textos explican, con m¨¢s o menos detalles, que los tres j¨®venes se hab¨ªan llevado el coche de un cliente de una peque?a estaci¨®n de lavado de coches, hab¨ªan atracado una tienda de comestibles, hab¨ªan chocado con varios coches durante la persecuci¨®n policial y hab¨ªan intercambiado tiros con la polic¨ªa. El escenario era un barrio pobre, de los suburbios, con calles sin pavimentar. La noticia era lo extravagante: el periodista que no se hab¨ªa dado cuenta de que el joven estaba muerto y hab¨ªa intentado entrevistarlo. Y, como esta era la noticia, el v¨ªdeo, de m¨¢s de nueve minutos, con el reportaje completo, se public¨® en los portales con versiones con un minuto o menos y que recortaban la escena de la ¡°entrevista con el muerto¡±.
?C¨®mo se produce la alquimia social y pol¨ªtica necesaria para que la muerte de algunos se convierta en entretenimiento?
Incluso este recorte podr¨ªa haber despertado algunas preguntas. La primera: ?Por qu¨¦ se ignora la seriedad la muerte de alguien y lo que se identifica como ¡°hecho¡±, con potencial de convertirse en ¡°noticia¡±, es tan solo el ¡°rid¨ªculo¡± del reportero? La segunda: ?Por qu¨¦, entre tantas preguntas posibles, inclusive sobre c¨®mo todo sucedi¨®, el reportero elige hacerles tan solo tres preguntas a los chicos inmovilizados en el suelo: ¡°?Eres mayor o menor de edad?¡±; ¡°?Qu¨¦ edad tienes?¡±; ¡°?D¨®nde vives?¡±?. El reportero escoge preguntar sobre la edad y sobre el territorio. ?Por qu¨¦?
En estos momentos, el Poder Legislativo brasile?o discute la reducci¨®n de la edad de responsabilidad penal. El presidente de la C¨¢mara de los Diputados, Eduardo Cunha (PMDB-RJ), ya ha anunciado que pretende llevar la propuesta, de reducir de 18 a 16 a?os la edad de responsabilidad penal, a votaci¨®n en el pleno hasta finales de junio. Cunha, que, con el apoyo de la llamada "Bancada BBB" (Bala, Buey y Biblia), ha puesto los proyectos m¨¢s conservadores en la agenda del Congreso, tambi¨¦n ha declarado que va a proponer la realizaci¨®n de un refer¨¦ndum sobre esa cuesti¨®n. En estos momentos, organizaciones nacionales e internacionales vinculadas a los derechos humanos y a los derechos de los ni?os y los adolescentes, ex ministros de Derechos Humanos e incluso artistas de varias ¨¢reas se movilizan para mostrar que la adopci¨®n de esta Propuesta de Enmienda Constitucional ser¨ªa un paso atr¨¢s, que no reducir¨ªa la criminalidad y que violar¨ªa a¨²n m¨¢s los derechos de los adolescentes. Entonces, la pregunta sobre la edad, por parte del reportero, podr¨ªa f¨¢cilmente suscitar alguna pregunta. Tanto como la del territorio: ¡°?D¨®nde viv¨ªs?¡± ¡ªpodr¨ªa indicar la necesidad del reportero de exponer a qu¨¦ estrato de la sociedad pertenec¨ªan los sospechosos de atraco.
?Qu¨¦ alquimia pol¨ªtica y social hace que la muerte de algunos se convierta en algo ¡°natural¡±, hasta el punto de que el hecho, y luego la noticia, sea el ¡°rid¨ªculo¡± del periodista?" Que un reportero entreviste a un muerto no es ni un poco banal. Puede provocar varias preguntas, empezando por: ?Qu¨¦ hace que un reportero de un programa policial no reconozca a un muerto cuando est¨¢ delante de uno, tan acostumbrado como est¨¢ a ver cuerpos sometidos en el suelo y a someterlos con su micr¨®fono? Pero, ?por qu¨¦ se borraron esas preguntas y el episodio se convirti¨® tan solo en algo ¡°curioso¡± o ¡°bizarro¡± o ¡°rid¨ªculo¡±? Si ese muerto en el suelo hubiese sido blanco, vestido con ropa cara, en una zona ¡°noble¡± de Aracaju, ?a¨²n ser¨ªan esas mismas las preguntas del reportero? ?Y esa muerte a¨²n ser¨ªa un no hecho? Si la respuesta sobre el territorio de origen de los chicos inmovilizados fuese una direcci¨®n de clase media, ?la ¡°metedura de pata¡± del reportero a¨²n ser¨ªa la noticia sobre la noticia? Si fuese un joven rico, ?las im¨¢genes de su cuerpo estirado mientras lo esquivan, lo tocan con la punta de los dedos o saltan sobre ¨¦l a¨²n se emitir¨ªan, se reproducir¨ªan y se replicar¨ªan sin ning¨²n clamor sobre la falta de respeto al muerto y a aquellos que lo aman?
La noticia sobre la noticia, los ojos sobre los ojos, es el rid¨ªculo del reportero. En algunos portales, se public¨® en las secciones de ¡°entretenimiento¡± o ¡°TV¡± o ¡°diversi¨®n¡±. Podemos concluir, entonces, que hay muertos que se convierten en entretenimiento. Para llegar al v¨ªdeo de un minuto o menos fue necesario que alguien viese el v¨ªdeo completo, el de m¨¢s de nueve minutos. Y, a partir de ¨¦l, eligiese y recortase la parte considerada ¡°noticia¡±. O el ¡°hecho¡± que merec¨ªa convertirse en ¡°noticia¡± dentro del reportaje del programa Toler?ncia Zero.
Ahora es necesario entender qu¨¦ no era hecho y qu¨¦ no era noticia para aquellos que tomaron esa decisi¨®n. Qu¨¦ qued¨® fuera de ese recorte.
?Por qu¨¦, exactamente, el reportero felicita cuatro veces a la polic¨ªa, mientras hay un joven muerto en el suelo?
Antes de mostrar el reportaje, las escenas, el presentador del programa Toler?ncia Zero, Otoniel Rodrigues Amado, m¨¢s conocido como Bareta, ¡°agente de la polic¨ªa civil, locutor de radio y presentador¡±, avisa que va a ¡°mostrar la realidad que vive este pa¨ªs hoy¡±. Y enfatiza el valor de lo que se va a mostrar, al decir que es ¡°exclusivo¡±. A continuaci¨®n viene el reportaje completo. En ¨¦l, el reportero felicita a la polic¨ªa cuatro veces por el ¡°trabajo r¨¢pido¡±, una antes de entrevistar al muerto y otras tres despu¨¦s. Se da a los tres j¨®venes en el suelo como atracadores y se les llama apenas ¡°elementos¡±, mencionando la ¡°defunci¨®n¡± de uno de ellos. La versi¨®n de la polic¨ªa es la ¨²nica escuchada.
Tan pronto como se da cuenta de que ha intentado entrevistar a un muerto, el reportero da una risita, aparentemente de verg¨¹enza. Pero sigue adelante y no se preocupa m¨¢s por el ¡°elemento¡± que sufri¨® la ¡°defunci¨®n¡±, ya que este no puede confirmar si era ¡°menor¡± o ¡°mayor¡±. Muestra el maletero del coche y afirma que lo que est¨¢ all¨ª fue robado. Y contin¨²a: ¡°Podemos ver que hay un paquete de cigarrillos aqu¨ª dentro, un bolso...¡±. Se detiene en el agujero de bala en el parabrisas, en el lado del conductor, que alcanz¨® el coche de polic¨ªa. El reportero afirma que fue un tiro dado por los atracadores. Hace bastante hincapi¨¦ en que un agente de polic¨ªa podr¨ªa haber muerto: ¡°Para ustedes que est¨¢n en casa vi¨¦ndonos, es importante ver el peligro que corre un polic¨ªa¡±.
Al comienzo de la pieza, el reportero le pregunta a un polic¨ªa si los tres estaban armados. El agente dice: ¡°Aparentemente, s¨ª¡±. Incluso sin estar seguro, el reportero afirma que hubo ¡°intercambio de tiros¡±. A continuaci¨®n, menciona que la polic¨ªa ¡°est¨¢ buscando el arma¡±. Poco despu¨¦s, muestra un rev¨®lver en manos de un polic¨ªa: ¡°Mira el tama?o del 38...¡±. Y sugiere que fue el arma que se utiliz¨® en el atraco. Felicita dos veces m¨¢s a los polic¨ªas: "Enhorabuena por el trabajo r¨¢pido que hicieron. Se ve que son elementos peligrosos, porque no pararon y le dispararon a la polic¨ªa. As¨ª que, Bareta, felicita a la polic¨ªa¡±. La c¨¢mara muestra una vez m¨¢s al chico muerto. ¡°Est¨¢ aqu¨ª uno de los elementos, que muri¨® aqu¨ª en el intercambio de tiros¡±. Por ¨²ltimo, felicita a la polic¨ªa por cuarta vez: ¡°?Enhorabuena!¡±. Y luego pasa al entrevistador: ¡°Jurandir Ara¨²jo, directamente desde Jap?ozinho, para Toler?ncia Zero¡±.
Todo eso qued¨® fuera del recorte hecho por los portales que dieron la noticia del ¡°rid¨ªculo¡± del reportero. No caus¨® espanto. Y, as¨ª naturalizado, no fue reconocido como un ¡°hecho¡± o como una ¡°noticia¡±. La ¡°metedura de pata¡± podr¨ªa haberse utilizado como motivo para se?alar los dem¨¢s agujeros del reportaje, que culminaron en la entrevista con el muerto. En ese caso, habr¨ªa periodismo cr¨ªtico acerca de los reportajes ofrecidos por este tipo de programas de televisi¨®n y sus implicaciones. Pero se ignor¨® esa parte. Y... ?por qu¨¦??
Qu¨¦ podr¨ªamos considerar extra?o antes para entender qu¨¦ llev¨® al reportero a tratar de entrevistar a un muerto: 1) la versi¨®n de la polic¨ªa acerca de los acontecimientos es la ¨²nica escuchada; incluso para los sospechosos vivos, a los que se trata, de comienzo a fin, como culpables, las ¨²nicas preguntas se refieren a la edad (para establecer si cada uno de ellos era ¡°mayor¡± o ¡°menor¡±) y al territorio (lugar donde viven); 2) el reportero no presenta pruebas para afirmar que: los tres eran atracadores, el arma utilizada en el crimen les pertenec¨ªa y el disparo que alcanz¨® el vidrio del coche de polic¨ªa hab¨ªa salido de esa arma, que estar¨ªa en manos de uno de los tres. Incluso as¨ª, hace todas esas afirmaciones de forma categ¨®rica. Aunque todo se comprobase en el futuro, en el momento del reportaje el periodista no presenta esas pruebas. El episodio hab¨ªa acabado de suceder y la investigaci¨®n, si ocurri¨®, estar¨ªa apenas comenzando; 3) el reportero prefiere usar la palabra ¡°elemento¡± para referirse al muerto y a los detenidos, optando as¨ª por no usar palabras que los humanicen, como ¡°joven¡±, ¡°chico¡±, ¡°hombre¡±, etc.; 4) no hay ninguna preocupaci¨®n por investigar las circunstancias de la muerte del joven; pero hay una gran preocupaci¨®n por mostrar el peligro que la polic¨ªa corri¨®. Es decir: el muerto no es importante; aquellos que podr¨ªan haber muerto, s¨ª. La letalidad concreta de la polic¨ªa, ya que ¨¦l mismo afirma que el chico muri¨® en un tiroteo, no se cuestiona; la letalidad hipot¨¦tica, s¨ª. Y el hecho se convierte en el no hecho.
Valdr¨ªa la pena preguntar a¨²n: ?por qu¨¦, exactamente, el reportero le da la enhorabuena a la polic¨ªa cuatro veces?
No debemos olvidarnos jam¨¢s de que este tipo de periodismo se practica en canales de televisi¨®n que son concesiones p¨²blicas
Algunos ¡ªo incluso muchos¡ª pueden argumentar que ¡°este tipo de periodismo es as¨ª, no hay de qu¨¦ espantarse¡±. Bueno, si realmente es as¨ª, hay que recordar que ese mal periodismo se practica en varios programas como este, vistos diariamente por millones de brasile?os, que forman su opini¨®n a partir de ¡°reportajes¡± como este. As¨ª como gu¨ªan sus vidas por la convicci¨®n de que lo que all¨ª se presenta es ¡°la realidad¡±. No debemos olvidarnos jam¨¢s de que este tipo de periodismo se practica en canales de televisi¨®n que en Brasil son concesiones p¨²blicas.
Pero hay m¨¢s cosas que quedaron fuera del recorte que repercuti¨® en varios portales dentro y fuera de Brasil.
El reportero, al que el presentador llama ¡°Cavernoso¡±, sale de escena. La imagen es de nuevo el estudio. ¡°Bareta¡±, el presentador, se hace cargo. Si el intento del reportero de entrevistar a un muerto le llam¨® la atenci¨®n o suscit¨® conversaciones entre bastidores, no se sabe. En el aire, ignora el episodio. Empieza d¨¢ndole la enhorabuena al equipo de reportaje ¡°por un flagrante de estos¡±. Algunas im¨¢genes se repiten. El presentador informa que ¡°el coche ten¨ªa tres elementos, dos menores y uno mayor, el mayor falleci¨®¡±. Comenta las im¨¢genes diciendo que chocaron con varios coches antes de que la polic¨ªa los detuviese. Luego afirma: ¡°Quiere decir, estaban buscando lo que encontraron. Uno se fue al diablo y los otros dos a chirona, los dos menores. Quien busca encuentra. Est¨¢ ah¨ª el trabajo de la polic¨ªa. Quiero felicitar a la polic¨ªa por una acci¨®n peligrosa de esas, una acci¨®n peligrosa, en la que podr¨ªa haber fallecido un agente tambi¨¦n.
El presentador termina el bloque con un discurso. En ¨¦l, incentiva a la gente a presionar a los pol¨ªticos para que aprueben el proyecto de reducci¨®n de la edad de responsabilidad penal de los 18 a los 16 a?os:
¡°Estoy a favor de un pared¨®n (ruido de fusilamiento) P¨¢ P¨¢ P¨¢¡±, dice el presentador
¡ªPara que vean c¨®mo est¨¢n les cosas. Hay dos menores de esos ah¨ª detenidos (imagen de los chicos esposados, estirados en el suelo), miren el coche del cliente c¨®mo qued¨® (imagen del coche), miren los dos ah¨ª (imagen de los chicos), dentro de poco van al CENAM (Centro de Atenci¨®n al Menor), hacen un mot¨ªn, huyen y ah¨ª se acab¨® y est¨¢ todo bien, y el t¨ªo ah¨ª. La historia es esa. Est¨¢ as¨ª, de esa forma. Nadie aguanta m¨¢s impunidad. Espero que esa ley llegue pronto, que esa ley sea aprobada por el pueblo brasile?o. No es por los pol¨ªticos, no, es por el pueblo. El pueblo quiere que el menor responda. Se acab¨®. Que responda a los diecis¨¦is a?os. Para que los metamos en la c¨¢rcel, para que, si no van a mejorar, al menos, respondan. Ah, pero se va a encontrar una forma, no s¨¦. Hay mujeres de 16 a?os que ya dan de mamar, ya han formado una familia, ?no? Con 16 a?os puede tener hijos, vota, ?no? ?Por qu¨¦ no puede responder por el crimen que practica? El pueblo brasile?o debe exigirles a los pol¨ªticos que aprueben esta ley y que pongan a esos menores de edad, a partir de los 16 a?os, en manos de la justicia, para que respondan por la parte que les toca. La historia es esa. ?No? Acabar con el atrevimiento de esos desgraciados. Enhorabuena a la Polic¨ªa Militar por el trabajo, por la acci¨®n. Pod¨ªa haber sido un polic¨ªa all¨ª muerto de un tiro en la cabeza. Ese sufri¨® la defunci¨®n all¨ª (imagen del joven muerto). ?Qui¨¦n va a pagar los da?os del coche? La familia no tiene ni dinero para eso. La historia es esa. Se queda solo en eso, ?no, Ligia? (hablando con la productora y directora del programa, que no aparece en c¨¢mara). La cosa en este pa¨ªs se queda en eso. Ya han visto la CBF [Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol], el ¨¦xito de la CBF, todos detenidos. T¨ªo, yo nunca he visto un pa¨ªs con tanta corrupci¨®n como este pa¨ªs tiene. Estoy a favor de un pared¨®n. Y aquella justicia de prrrrrrrrrrrrrrrrrr (hace ruido de fusilamiento). P¨¢ P¨¢ P¨¢. Cay¨® todo. Vale la pena gastar las balas. Entierra a los animalitos all¨ª. Hasta luego.
Para los que dieron la noticia sobre la noticia, el discurso del presentador tampoco caus¨® espanto. Entre los diversos extra?amientos que podr¨ªan haber surgido est¨¢ el de que, para defender la reducci¨®n de la edad de responsabilidad penal, el presentador afirma que los adolescentes no responden por los cr¨ªmenes que practican. Pero la realidad es muy diferente, ya que las medidas socio educativas establecidas en el Estatuto del Ni?o y del Adolescente (ECA, por su sigla en portugu¨¦s), inclusive con restricci¨®n de la libertad, est¨¢n previstas para adolescentes a partir de los 12 a?os. Son frecuentes, por cierto, las denuncias de violaciones de los derechos b¨¢sicos en las instituciones que acogen a adolescentes en conflicto con la ley, muchas de ellas c¨¢rceles disfrazadas. Los investigadores de este campo han repetido que lo que falta no es el castigo, sino medidas, tambi¨¦n previstas en la ley, que hagan posible que los adolescentes encuentren alternativas de vida fuera de la delincuencia. Ya al comienzo, el presentador dice que los tres ¡°elementos¡± estaban ¡°buscando lo que encontraron¡±, ¡°uno se fue al diablo y los otros dos a chirona, los dos menores¡±. Despu¨¦s, prefiere olvidarse de eso y vender la idea de la ¡°impunidad¡±.
Para producir la realidad deseada, es necesario desinformar
Para reforzar la defensa de la reducci¨®n de la edad de responsabilidad penal, incluso el presentador juzga a los chicos que aparecen en el reportaje y los condena como atracadores. Hace tambi¨¦n un ejercicio de futurolog¨ªa, al decir que se amotinar¨¢n y quedar¨¢n en libertad, con el objetivo de convencer a la poblaci¨®n de que el problema de la violencia en Brasil se deber a la ¡°impunidad¡± de los adolescentes infractores. Incluso afirmando que no sabe si ¡°va a mejorar¡± o si se ¡°va a encontrar una forma¡±, defiende la necesidad de mandar a los adolescentes a la c¨¢rcel¡±, sin mencionar la alta tasa de reincidencia observada en el sistema carcelario, marcado por el hacinamiento, que ya supera el medio mill¨®n de presos adultos. En nombre de la justicia, el polic¨ªa y presentador defiende la venganza.
Para producir la realidad deseada es necesario no informar, sino desinformar. Y tambi¨¦n ocultar: al dar por sentado un mot¨ªn y una fuga para los vivos, al lamentar los ¡°da?os al coche¡± en vez de la p¨¦rdida humana, que no reconoce como una p¨¦rdida, al darle valor a la muerte que no ocurri¨®, que ser¨ªa la de un polic¨ªa, se oculta la violencia mayor. No el presunto atraco, sino el muerto. El hecho es el hombre muerto, pero el periodismo se invoca tanto para ocultar el hecho como para negar la humanidad.
El reportaje emitido antes sirve para legitimar el discurso que el presentador dar¨¢ a continuaci¨®n. As¨ª es como todo se cierra, desde la primera pregunta, a los vivos y al muerto, de qu¨¦ edad tiene cada uno, si es ¡°mayor¡± o ¡°menor¡±. El periodismo se pone al servicio de esa alquimia de transmutaci¨®n: la farsa se convierte en ¡°verdad¡±. Del p¨²blico se exige creencia, no cr¨ªtica. Adhesi¨®n, en vez de interrogaci¨®n. Certeza, en vez de duda. Par¨¢lisis, no movimiento. Mucho ruido para que nada cambie. As¨ª es como surge el mito de los ¡°presentadores que dicen DE VERDAD lo que piensan, que tienen el coraje de decirlo TODO¡±. Se confunde ah¨ª el grito con el contenido, la estupidez con la valent¨ªa, sin ninguna indagaci¨®n sobre sus due?os y se?ores. En nombre de la justicia gritada, somos testigos de c¨®mo reporteros y presentadores infringen la ley que dicen defender sin que pase nada. La indignaci¨®n vac¨ªa, a la que se ha dejado sin contenido ni consistencia, est¨¢ programada para que el ganado siga a paso sincronizado hacia el matadero.
Esa desinformaci¨®n calculada se pone al servicio de la producci¨®n de la realidad: una mayor¨ªa a favor de la reducci¨®n de la edad de responsabilidad penal, por diversas razones, pero tambi¨¦n porque se la convence ¡ªy le gusta la comodidad de que la convenzan¡ª de que el problema de la violencia en Brasil se debe a los adolescentes delincuentes e impunes. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta del instituto Datafolha, un 87% de la poblaci¨®n adulta de Brasil est¨¢ a favor de la reducci¨®n de la edad de responsabilidad penal.
No genera espanto que un presentador, en una TV abierta, concesi¨®n del Estado, a la hora de comer, defienda el ¡°pared¨®n¡±. Y simule un fusilamiento. Eso no se convierte en la noticia sobre la noticia, producida por un periodismo que se considera mejor que lo presentado. Eso no espanta a la sociedad ni a las instituciones. Lo importante es el intento de entrevistar al muerto.
?Cu¨¢l es la historia, tomando prestada una de las jergas del presentador de Toler?ncia Zero?
Hay un hombre muerto en el lugar del crimen, pero, vaciado de humanidad, nadie parece reconocerlo
El silencio del muerto. A este muerto no lo tratan ni la noticia, ni la noticia sobre la noticia, como a un hombre. Para ¨¦l no tiene cabida ninguna pregunta humanizante, ni en la noticia ni en la noticia sobre la noticia. El muerto no tiene nombre ni historia. El muerto solo tiene cuerpo. Es el cuerpo la ¨²nica barrera encontrada por el micr¨®fono puesto en su cara, por el dedo del reportero, que lo toca para llamar su atenci¨®n.
Su muerte es el no hecho. A¨²n as¨ª, el silencio se convierte en barrera y potencia. El silencio es lo que rompe la secuencia de farsa del guion y denuncia al reportero, aunque la denuncia que hace la codifiquen otros hacedores de noticias apenas como ¡°rid¨ªculo¡± o ¡°metedura de pata¡±. Pero el silencio persiste. Ante ¨¦l, hay que esquivar el cuerpo, en lo concreto y en lo simb¨®lico. Esquivarlo para que contin¨²e invisible. Hay un muerto en el lugar del crimen. Pero, vaciado de humanidad, nadie parece reconocerlo.
Es necesario contrastar los hechos cotidianamente, contrastar qu¨¦ es noticia, en todas las calles de este pa¨ªs. Si este es el ¡°mundo perro¡±, contado por el ¡°periodismo basura¡±, ?en qu¨¦ lugar est¨¢n aquellos que apenas se omiten y aumentan la altura de los muros para no contaminarse?
El perro m¨¢s peligroso es el que se cree un ser humano.
Eliane Brum es escritora, reportera y documentarista. Autora de los libros de no ficci¨®n Columna Prestes - el Contrario de la Lenda, La Vida Que Nadie ve, El Ojo de la Calle, La Ni?a Quebrada, Mis Desacontecimentos y del romance Una Dos. Web: desacontecimentos.con Correo electr¨®nico: elianebrum.coluna@gmail.com Twitter: @brumelianebrum
Traducci¨®n: ?scar Curros
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