Un beso en la mejilla
Hay algo perverso cuando un gobierno con los niveles de desaprobaci¨®n que padece Pe?a Nieto se alza con la victoria
Hay algo perverso en la pol¨ªtica cuando un gobierno con los niveles de desaprobaci¨®n que padece Pe?a Nieto se alza con la victoria en las elecciones que en teor¨ªa ser¨ªan un plebiscito. Ninguna factura que pagar pese a los errores cometidos y la ausencia de cualquier acto de contrici¨®n para subsanarlos. Lejos de ser castigado, el PRI muy probablemente mejore su posicionamiento en la estrat¨¦gica C¨¢mara de Diputados a partir de los resultados de este domingo.
Y no obstante, las elecciones fueron mucho m¨¢s que eso, aunque tambi¨¦n s¨®lo eso. Un beso en la mejilla: para algunos, la confirmaci¨®n de un desaire; para otros, la sutil promesa de una pasi¨®n intestina. El triunfo de Jaime Rodr¨ªguez, El Bronco, y su pr¨®xima conversi¨®n en el primer gobernador ¡°ciudadano¡± no es poca cosa. Constituye un hito y abre la esperanza de una v¨ªa alternativa al monopolio de los partidos y sus anquilosadas dirigencias. Es cierto que El Bronco no es precisamente un miembro de Podemos y en muchos sentidos constituye la n¨¦mesis de Pablo Iglesias, el l¨ªder espa?ol. No es un ciudadano que haya dado un paso al frente desde la sociedad civil. Es en realidad un priista reciclado y enfurru?ado por no haber sido elegido candidato por su partido. Pero los motivos de Fernando de Magallanes no eran m¨¢s loables y descubri¨® una nueva v¨ªa al Pac¨ªfico, y el temperamento de Steve Jobs resultaba t¨®xico para cuantos le rodeaban pero cambi¨® nuestras vidas. Bien mirado, lo que ha hecho el Bronco es hist¨®rico, pone a temblar al sistema y revive a pol¨ªticos como Marcelo Ebrard, a Javier Corral o Manuel Clouthier, y la legi¨®n que vendr¨¢, para aspirar a los puestos que los partidos les han bloqueado.
M¨¢s que beso en la mejilla, el incremento en la votaci¨®n del PVEM es una bofetada a la democracia. Viol¨® cuanto reglamento pod¨ªa ser violado en aras de levantar su reconocimiento de marca y lo consigui¨®: pas¨® de 5 a 7% de la votaci¨®n. Y no obstante, cosas de la vida, Morena lo desplaz¨® como la cuarta fuerza pol¨ªtica en el pa¨ªs. Un peque?o desquite de los dioses que gobiernan los misterios de las urnas. Los del Verde aspiraban a alcanzar un 10%, Piojo y Ninel Conde mediante, pero el votante result¨® mucho menos villamel¨®n de lo esperado. Por fortuna.
El triunfo de?El Bronco?constituye un hito y abre la esperanza de una v¨ªa alternativa al monopolio de los partidos
El triunfo de Enrique Alfaro en Guadalajara, segunda ciudad del pa¨ªs, por la v¨ªa de un partido min¨²sculo, Movimiento Ciudadano, constituye otro misil al cuarto de m¨¢quinas de la estructura partidaria. Pero quiz¨¢ el dato m¨¢s esperanzador lo ofrece Pedro Kumamoto, ese s¨ª una versi¨®n r¨²stica pero entusiasta de Pablo Iglesias, quien con apenas 25 a?os de edad y 16.000 d¨®lares recaudados entre amigos consigui¨® convertirse en diputado en Jalisco.
Parecer¨ªan muy pocas cosas para celebrar en una elecci¨®n en la que el PRI, pese a todo, ha obtenido m¨¢s votos que cualquier otra fuerza pol¨ªtica y lo ha hecho sin necesidad de lavarse la cara. Pero son fisuras claves que en perspectiva pueden destruir la meticulosa y formidable estructura que las dirigencias de los partidos hab¨ªan montado para perpetuarse y, en ¨²ltima instancia, para cerrar el acceso al poder a cualquiera que no fuera de ellos.
El incremento en la votaci¨®n del PVEM es una bofetada a la democracia
Parafraseando a Louis Armstrong, as times goes by, a kiss is just a kiss, pero tambi¨¦n a case of do or die. Y s¨²bitamente la vida, incluso la electoral, se pone interesante.
@jorgezepedap
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.