La hora del cambio en la OEA
Una organizaci¨®n todav¨ªa sumergida en las estructuras de Comando y Control, lejos de las organizaciones modernas de hoy
"En mis 9 a?os en esta organizaci¨®n nunca hubo un Cabildo Abierto, un dialogo franco y directo con el Secretario General", dijo una funcionaria ante nuestra sorpresa, durante un foro participativo que organizamos, tras mi asunci¨®n como Secretario General.
Es que la OEA es una organizaci¨®n todav¨ªa sumergida en las estructuras de Comando y Control, lejos de las organizaciones modernas de hoy basadas en el conocimiento y el aprendizaje continuo. Hacia all¨ª tenemos que ir en un proceso que ser¨¢ gradual para poder ser sostenible.
La pr¨®xima Asamblea General, la numero 45 y la primera para m¨ª como Secretario General, deber¨ªa ser un punto de inflexi¨®n, el primer paso en asumir las responsabilidades que a cada uno le corresponden en el proceso de realinear la OEA para poder ser el foro pol¨ªtico del hemisferio que asegure m¨¢s derechos para cada vez m¨¢s gente en las Am¨¦ricas.
Tendremos un dialogo abierto con los cancilleres del hemisferio sobre el futuro de la organizaci¨®n hemisf¨¦rica y como ya les he adelantado mi administraci¨®n se ha comprometido que para finales de 2015 ha de entregar los nuevos lineamientos estrat¨¦gicos que basados en la gu¨ªa de los ministros constituir¨¢n la base del realineamiento institucional.
Los pa¨ªses han hecho un esfuerzo muy grande para el logro de acuerdos en materia de visi¨®n estrat¨¦gica y as¨ª recorrer un camino de transformaci¨®n que genere m¨¢s legitimidad, confianza y la seguridad de que se trata de un espacio compartido con equidad donde las voces son escuchadas y tomadas en cuenta. Este esfuerzo inspira mi acci¨®n.
Debemos ser, y yo me comprometo a serlo, inflexibles en el respeto a los DDHH y la Democracia. No habr¨¢ dobles est¨¢ndares durante mi administraci¨®n, y deberemos ser ejemplo en nuestra casa primero, en transparencia, tolerancia, dialogo y rendici¨®n de cuentas para poder exigirle algo a los dem¨¢s.
Es hora de dejar de etiquetarnos los unos a los otros y buscar lo que nos es com¨²n
No podemos caer en aquello de "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago". Por ello, es hora de dejar de etiquetarnos los unos a los otros y buscar lo que nos es com¨²n.
Y ello no es poca cosa, un hemisferio que en el marco de regiones que arden en llamas, exhibe una trayectoria de paz y democracia que otros envidian. No es para conformarse, es cierto, hay imperfecciones, hay crispaci¨®n, enfrentamientos que parecen no tener fin, y a ellos debemos tenderle una mano para acerar posiciones, limar desconfianzas y generar certidumbre para todos.
La OEA, adem¨¢s de ser el ¨²nico espacio que re¨²ne a todos los agrupamientos regionales, tiene un enorme potencial para prestar servicios de calidad en ¨¢reas de seguridad, gobernabilidad, justicia, anticorrupci¨®n, ¨¦tica en las pol¨ªticas p¨²blicas y sistemas electorales, entre otras.
Es por ello que junto a los pa¨ªses, y al personal de la organizaci¨®n buscaremos realinear la gesti¨®n hacia resultados tangibles en esas ¨¢reas, y en las iniciativas que hemos de trabajar junto a otras multilaterales:
? Escuela de gobierno para funcionarios p¨²blicos y de la sociedad civil
? Sistema regional de prevenci¨®n de conflictos
? Sistema Panamericano de Educaci¨®n
? Seguridad Ciudadana en las Am¨¦ricas
? Gesti¨®n de desastres en Centroam¨¦rica y el Caribe
Una organizaci¨®n todav¨ªa sumergida en las estructuras de Comando y Control, lejos de las organizaciones modernas de hoy
He dicho que no he llegado a Washington a administrar una OEA en crisis, sino a facilitar su renovaci¨®n, un proceso que deber¨¢ estar basado en el dialogo constante, en la b¨²squeda de consensos con todos los grupos regionales y pa¨ªses que conforman la organizaci¨®n para que pueda ser sostenible.
Durante este periodo, deberemos concentrarnos en las ¨¢reas de acci¨®n prioritaria y abandonar viejas pr¨¢cticas de agregar mandatos que luego no tienen como instrumentarse y quedan en el papel.
Queremos una OEA que contribuya a potenciar nuestro hemisferio en el ¨¢mbito global, mostrando que las Am¨¦ricas, son en realidad parte de la soluci¨®n a los problemas globales desde el cambio clim¨¢tico, hasta la intolerancia religiosa o la crisis alimentaria.
Hacia all¨ª vamos, hacia el cambio y la 45 Asamblea ser¨¢ ese primer paso indispensable de confianza mutua que nos permita recorrer ese camino juntos.
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