Ira por una bandera confederada tras la matanza de Charleston
La controvertida bandera contin¨²a izada en la capital de Carolina del Sur donde el resto de banderas ondea a media asta. Obama dice que la bandera deber¨ªa estar en un museo
Las redes sociales en Estados Unidos se llenaron el viernes con una demanda tan corta como precisa: ¡°bajad esa bandera¡±. ¡°Esa bandera¡± es la confederada, el controvertido s¨ªmbolo de los Estados secesionistas del sur. Dos d¨ªas despu¨¦s del asesinato racista de nueve feligreses negros en una iglesia de Charleston, en Carolina del Sur, a manos de un joven blanco, ¡°esa bandera¡± segu¨ªa izada orgullosa frente al Capitolio en la capital de ese Estado, Columbia. Un fuerte contraste con las banderas federal y estatal erigidas sobre la c¨²pula del parlamento local, que ondeaban a media asta. Y con cada golpe de viento que la agitaba, aumentaba la discusi¨®n sobre si la confederada deb¨ªa ser retirada o no, uni¨¦ndose esta controversia al reavivado debate sobre el racismo en EE UU o el uso de armas.
En el trasfondo est¨¢ el significado mismo de esta bandera, un debate que lleva dividiendo al pa¨ªs desde el fin de su guerra civil (1861-65). Para sus defensores, se trata de un tributo a los que lucharon en esa contienda y un emblema de la libertad de expresi¨®n. Sus detractores la consideran un s¨ªmbolo de la esclavitud, la segregaci¨®n racial y el odio de esos supremacistas blancos con los que se identificaba abiertamente el asesino de Charleston, Dylann Roof.
Las autoridades estatales se han mostrado esquivas a la hora de atender los reclamos de arriar la pol¨¦mica bandera. ¡°Ser¨ªa como abrir la caja de Pandora¡±, dijo el congresista republicano Mark Sanford. Tambi¨¦n la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, lo calific¨® como un ¡°tema sensible¡±.
De sensible nada, respondi¨® desde las p¨¢ginas de The Atlantic el autor afroamericano Ta-Neshi Coates. ¡°El crimen de Roof no puede ser separado de la ideolog¨ªa de la supremac¨ªa blanca ni de su potente s¨ªmbolo, la bandera confederada¡±, afirm¨®. Un llamamiento al que se uni¨® el viernes Cornell Brooks, el presidente de la NAACP, la organizaci¨®n afroamericana m¨¢s influyente del pa¨ªs. ¡°La bandera confederada no puede ondear en la capital del Estado¡±, zanj¨®.
Tambi¨¦n el presidente de EE UU, Barack Obama, tiene claro qu¨¦ se debe hacer. Tal como ya ha dicho en el pasado, opina que "la bandera confederada deber¨ªa estar en un museo, y esa sigue siendo su postura", dijo el viceportavoz de la Casa Blanca, Eric Schulz.
La pol¨¦mica sobre la bandera en Carolina del Sur ha coincidido con una decisi¨®n de la Corte Suprema que, el jueves, aval¨® la decisi¨®n del tambi¨¦n Estado sure?o de Texas de prohibir en 2011 el uso de esa misma bandera confederada en las matr¨ªculas personalizadas de los veh¨ªculos.
El caso hab¨ªa llegado hasta el m¨¢ximo tribunal de EE UU despu¨¦s de que la organizaci¨®n Hijos de los Veteranos Confederados (SCV, por sus siglas en ingl¨¦s) interpusiera una demanda contra el Estado de Texas por esta decisi¨®n, que consider¨® atentaba contra su libertad de expresi¨®n.
El Departamento de Veh¨ªculos Motorizados de Texas hab¨ªa decidido prohibir el uso de la bandera confederada al considerar que su uso pod¨ªa ser ¡°ofensivo¡± para parte de la poblaci¨®n.
¡°Una parte importante de la opini¨®n p¨²blica asocia la bandera de la Confederaci¨®n con organizaciones que expresan odio hacia personas o colectivos¡±, argument¨® en su momento la instituci¨®n, a la que la Corte Suprema le ha dado ahora la raz¨®n.
En una de las fotograf¨ªas de Dylann Roof que han circulado desde que fuera identificado como el autor de la masacre de la iglesia Emanuel de Charleston, el joven posa sentado en el cap¨® de un coche con la matr¨ªcula adornada con ¡°esa bandera¡±.
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