El Parlamento allana el espionaje a extranjeros de visita en Francia
Bastar¨¢ el permiso del primer ministro, sin control parlamentario ni judicial, para vigilar a sospechosos, pero tambi¨¦n diplom¨¢ticos, pol¨ªticos o periodistas
La pol¨¦mica ley de servicios secretos que debate el Parlamento en Francia ha incluido una cl¨¢usula para facilitar el espionaje a los extranjeros de paso por el pa¨ªs. Bastar¨¢ el permiso del primer ministro para que los agentes puedan colocar micr¨®fonos, extraer a distancia los datos de m¨®viles u ordenadores o colocar balizas de seguimiento en sus coches. Diplom¨¢ticos, pol¨ªticos y altos cargos en visita oficial o periodistas podr¨ªan ser espiados por esta v¨ªa.
La norma ha sido introducida en el proyecto de ley mediante una enmienda en un momento tan cr¨ªtico como inusual en su tramitaci¨®n. Votado ya favorablemente en la Asamblea Nacional, el Senado introdujo varias enmiendas. Por eso, y de acuerdo con las normas parlamentarias francesas, una comisi¨®n mixta de ambas c¨¢maras se reuni¨® para consensuar el texto antes de una nueva votaci¨®n los pr¨®ximos d¨ªas en ambas c¨¢maras.
Fue esa comisi¨®n la que introdujo esta semana esa nueva cl¨¢usula por iniciativa del diputado socialista Jean-Jacques Urvoas, ponente de la norma en la Asamblea Nacional. Por una ajustada votaci¨®n de ocho contra siete, la enmienda fue incluida. De acuerdo con la misma, en el caso de extranjeros bastar¨¢ con la autorizaci¨®n del jefe del Gobierno para que cualquier extranjero no residente en Francia pueda ser espiado.
La ya pol¨¦mica ley se salta ahora un control de una comisi¨®n parlamentaria exigido para los franceses que son espiados
La ley se?ala que, como norma general, la solicitud para espiar a una persona debe ser analizada en primer lugar por una Comisi¨®n Nacional de Control de T¨¦cnicas de Informaci¨®n (dos diputados, dos senadores, dos miembros del Consejo de Estado, dos magistrados y un experto inform¨¢tico). Si no ve inconvenientes, la remite al primer ministro, que es quien tiene la ¨²ltima palabra para autorizar o denegar.
La enmienda a?adida el pasado d¨ªa 17 se?ala textualmente en el art¨ªculo L 821.1: En el caso de "la puesta en marcha en territorio nacional de una t¨¦cnica de informaci¨®n (espionaje) que no afecte a un franc¨¦s o a una persona residente habitualmente en territorio franc¨¦s, la autorizaci¨®n es concedida por el primer ministro, sin la opini¨®n previa de la Comisi¨®n Nacional de T¨¦cnicas de Informaci¨®n". Esos espionajes podr¨¢n ser solicitados por los ministros de Defensa, Interior, Econom¨ªa o Finanzas.
La v¨ªa para autorizar el espionaje a ciudadanos es ya duramente criticada por asociaciones de derechos humanos o la izquierda radical, que tachan de la ley de ¡°liberticida¡±. Incluso la Comisi¨®n Europea o el Defensor de Derechos franc¨¦s han expresado sus reservas. Ahora, las facilidades para espiar a extranjeros levantan nuevas alarmas. La distinci¨®n entre nacionales y extranjeros, seg¨²n el diputado Urvoas, es constitucional. Quienes votaron en contra de la misma opinan o contrario.
El Ministerio del Interior y el Gobierno en su conjunto, se?ala el diario Le Monde, son contrarios a esa nueva cl¨¢usula que, seg¨²n el diario, ha sido incluida a sugerencia o petici¨®n de los servicios secretos. En los tr¨¢mites que a¨²n restan para la definitiva aprobaci¨®n de la ley, el Ejecutivo tendr¨¢ que emplear una v¨ªa extraordinaria si desea eliminar la enmienda.
Lay ley legaliza las pr¨¢cticas de espionaje no solo en caso de lucha antiterrorista o de seguridad, sino tambi¨¦n para proteger los intereses estrat¨¦gicos y empresariales de Francia. El texto autoriza la recolecci¨®n masiva de datos entre los ciudadanos a partir de sus tel¨¦fonos y ordenadores, as¨ª como la captaci¨®n de informaci¨®n de los aparatos electr¨®nicos de los sospechosos y de quienes se encuentren en las proximidades.
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