Las milicias libias alertan: ¡°Los gadafistas est¨¢n apoyando al Califato¡±
El enviado de la ONU para el conflicto se re¨²ne en Misrata con 30 guerrilleros de 15 milicias
El enviado de la ONU para el conflicto libio, el espa?ol Bernardino Le¨®n, estuvo este lunes unas horas en Misrata (Libia) para reunirse con unos 30 guerrilleros de 15 milicias, algunos de los cuales tienen ¨®rdenes internacionales de detenci¨®n. El encuentro con estos hombres, con poder sobre el terreno, es clave para que cuaje el acuerdo de unidad nacional entre los dos bandos que se disputan el poder.
El aeropuerto de Misrata solo dispone de un avi¨®n que pueda volar. Las aeronaves de Muamar el Gadafi est¨¢n obsoletas y la ciudad se encuentra inmersa en una crisis econ¨®mica que las autoridades locales no tratan de disimular. Ah¨ª es donde el enviado especial de la ONU para el conflicto Libio acaba de aterrizar procedente de T¨²nez. La ONU prepar¨® el viaje con la calificaci¨®n de alto riesgo. Misrata es el principal objetivo del Estado Isl¨¢mico en Libia. Y Le¨®n es otro objetivo claro. Pero esa reuni¨®n solo se pod¨ªa celebrar ah¨ª porque si algunos de esos hombres pisara T¨²nez ir¨ªa a la c¨¢rcel.
Los guerrilleros llegan a la cita en pleno ayuno de Ramad¨¢n. Despojados de armas, algunos podr¨ªan pasar como estudiantes universitarios. Se sientan en una mesa copresidida por el alcalde de Misrata, Mohamed Shtewi, y por el espa?ol Le¨®n. Cuatro de ellos toman nota en cuadernos y folios, dos se sientan con las gafas de sol sobre la frente y la mayor¨ªa viste en manga corta, con sandalias y vaqueros.
Son altos dirigentes de las guerrillas de Mahdoub, Halbus y la famosa Brigada 166, la que tuvo un papel destacado en la victoria sobre Gadafi, la misma que hace un mes perdi¨® el control de la ciudad de Sirte frente al Estado Isl¨¢mico. La ONU est¨¢ a punto de sentar a los dos Gobiernos de Libia en Marruecos para que firmen un preacuerdo de unidad nacional. Llegar a ese punto ha costado cuatro borradores y un a?o de gestiones en plena guerra civil. Pero el acuerdo ser¨ªa papel mojado si no lo refrenda la gente que tiene las armas, los que combaten sobre el terreno. Y buena parte de las armas del Gobierno de Tr¨ªpoli, que es quien controla el 80% del pa¨ªs, aunque no est¨¦ reconocido por la comunidad internacional, las tiene esa misma gente que acude al encuentro.
Uno a uno van planteando sus inquietudes al enviado de la ONU: ?Qui¨¦n presidir¨¢ ese Gobierno de unidad nacional? ?C¨®mo se formar¨¢ el nuevo Ej¨¦rcito? ?Quedar¨¢n ellos relegados de esas Fuerzas Armadas? ?C¨®mo se va a combatir el terrorismo del Estado Isl¨¢mico? ?Y c¨®mo luchar contra las mafias de la inmigraci¨®n ilegal? ?Van a recibir ayuda de la comunidad internacional?
La reuni¨®n se prolonga casi cuatro horas. En un receso, uno de los guerrilleros, que prefiere no aportar su nombre, se?ala: ¡°Queremos que el nuevo presidente sea un libio que viva en Libia, que no venga de fuera. Y que no sea famoso. Necesitamos una cara nueva en quien confiar. Entonces no habr¨¢ problemas en entregar las armas¡±.
La comunidad internacional les ha dejado claro que el tiempo de pactar un Gobierno de unidad ha llegado al l¨ªmite. Que el Estado Isl¨¢mico se beneficia del caos y el pa¨ªs est¨¢ al borde de la ruina. ¡°Y es verdad¡±, se?ala otro guerrillero de Misrata. ¡°El Estado Isl¨¢mico se est¨¢ haciendo cada vez m¨¢s fuerte en Sirte. Sobre todo, porque les apoyan los gadafistas. Sirte es la ciudad de Gadafi. Y los gadafistas nos odian a los de Misrata porque nosotros fuimos quienes matamos a Gadafi. Ellos les est¨¢n dando a Daesh [siglas del Estado Isl¨¢mico en ¨¢rabe] apoyo y dinero. Sin los gadafistas, Daesh caer¨ªa enseguida. Pero Misrata no puede ser la ¨²nica que combata al terrorismo. Necesitamos ayuda de las otras ciudades libias¡±.
Varios milicianos indican que el Estado Isl¨¢mico recibe ayuda de Boko Haram, el grupo yihadista de Nigeria, que ha secuestrado a cientos de mujeres. ¡°Ellos han tra¨ªdo 50 mujeres a los terroristas del Estado Isl¨¢mico en Sirte¡±, afirma uno de los guerrilleros.
Misrata, la tercera ciudad del pa¨ªs en n¨²mero de habitantes y la m¨¢s poderosa en el aspecto militar, acusa los efectos de un a?o de guerra civil. Las autoridades municipales, presentes en la reuni¨®n, confiesan que ya no saben qu¨¦ maquinar para conseguir dinero. Sobre los guerrilleros tambi¨¦n pesa el cansancio. ¡°Vida personal no tenemos, la guerra es nuestra ¨²nica vida¡±, confiesa uno de ellos. ¡°Pero no nos podemos permitir el lujo del cansancio. Porque entonces dejar¨ªamos que este pa¨ªs caiga en manos de una dictadura como la de Gadafi o en las del Estado Isl¨¢mico¡±.
Al final de la reuni¨®n, Bernardino Le¨®n se lleva la gran noticia del d¨ªa: esos dirigentes piensan reunirse horas m¨¢s tarde, despu¨¦s del ayuno de Ramad¨¢n, con las guerrillas de Zint¨¢n, brazo armado del otro Gobierno libio, el que tiene su sede en la ciudad de Tobruk y est¨¢ reconocido por la comunidad internacional. Misrata y Zint¨¢n arrastran una enemistad legendaria, que se remonta al siglo XIX. Y sin embargo, este lunes por la noche, los guerrilleros de ambas ciudades hablar¨¢n sobre c¨®mo gestionar la seguridad en Tr¨ªpoli una vez que se firme el acuerdo para un Gobierno de unidad nacional. Falta, entre otras cosas, que la C¨¢mara de Representantes de Tobruk apruebe el cuarto borrador de Le¨®n. Pero la mayor¨ªa de los combatientes de Misrata ya han levantado el pulgar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.