Dimite el jefe del Ej¨¦rcito argentino, criticado por su papel en la dictadura

La cercan¨ªa de las elecciones en Argentina est¨¢ desbloqueando asuntos que parec¨ªan inamovibles. El Ej¨¦rcito argentino anunci¨® por sorpresa que C¨¦sar Milani, el jefe del Ej¨¦rcito y personaje clave del poder kirchnerista, pasa a retiro ¡°por motivos personales¡±. Esta es la versi¨®n oficial pero parece evidente que la presidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, ha decidido prescindir en plena campa?a electoral de uno de sus hombres m¨¢s fieles pero a la vez m¨¢s pol¨¦micos, ya que distintas organizaciones de derechos humanos y referentes de la izquierda han criticado a Milani por su presunta participaci¨®n en actos de represi¨®n durante la dictadura, en la desaparici¨®n de una persona y las torturas a otra. Adem¨¢s est¨¢ denunciado por supuesto enriquecimiento il¨ªcito.

Las denuncias contra ¨¦l se han ido consolidando aunque la justicia todav¨ªa no ha tomado la decisi¨®n de llevarlo a juicio. Esto era lo que argumentaban hasta ahora los kirchneristas, incluso los m¨¢s vinculados a los derechos humanos, para defender la decisi¨®n de la presidenta de mantener a Milani despu¨¦s de que aparecieran las denuncias hace un a?o y medio.

Milani no es solo un personaje clave como l¨ªder del Ej¨¦rcito. En plena batalla interna dentro de los servicios secretos argentinos, que termin¨® con la destituci¨®n de Antonio Stiusso, el hombre fuerte del espionaje argentino durante 20 a?os y muy cercano a los Kirchner al principio de su mandato, la presidenta encarg¨® a Milani organizar un servicio de espionaje militar alternativo al civil y controlado por ella, que hab¨ªa perdido el poder sobre el otro servicio.

En plena batalla entre estos esp¨ªas se produjo el 18 de enero la muerte del fiscal Nisman, un hombre cercano a Stiusso, lo que recrudeci¨® la guerra interna. Stiusso acab¨® fuera del pa¨ªs y sigue en paradero desconocido, mientras Milani en teor¨ªa sal¨ªa reforzado. Los primeros an¨¢lisis sin embargo destacan que Milani supon¨ªa un problema de imagen para el kirchnerismo y para el candidato oficialista, Daniel Scioli, y su vicepresidente, Carlos Zannini, el hombre de m¨¢xima confianza de la presidenta. Kirchner estar¨ªa as¨ª soltando lastre para facilitar la victoria en las elecciones.

De hecho la presidenta ha tomado otras decisiones que de alguna manera tratan de despejar el camino de Scioli hacia la presidencia, siempre eso s¨ª rodeado de kirchneristas y muy controlado para que no se aleje del camino marcado por ella. Kirchner ha sacado de las listas electorales a Amado Boudou, el vicepresidente y exministro de Econom¨ªa, procesado en varios asuntos de presunta corrupci¨®n. Ella nunca lo forz¨® a dimitir y todav¨ªa hoy sigue siendo su vicepresidente, sale en todas las fotos y representa a Argentina en actos en el exterior, pero lo ha sacado de las listas en un gesto claro de distancia. Tampoco est¨¢ en esas listas otro persona pol¨¦mico como el ministro de Exteriores, H¨¦ctor Timerman. Parece evidente que Kirchner suelta lastre despu¨¦s de a?os muy pol¨¦micos.

La presencia de Milani en la c¨²pula del poder kirchnerista desde hace dos a?os generaba una enorme tensi¨®n dentro de este grupo. Los Kirchner han hecho una bandera de la pol¨ªtica de derechos humanos y han colocado a muchos hijos de desaparecidos en su estructura de poder. Todos ellos cambiaban la cara al ser preguntados por Milani. Mart¨ªn Fresneda, secretario de Estado de Derechos Humanos e hijo de desaparecidos, se?al¨® el mes pasado a EL PA?S: ¡°La presidenta me orden¨® llevar a la Justicia cualquier indicio contra Milani. No podemos ir por delante de la justicia. Pero en cuanto la justicia avance en alg¨²n sentido la presidenta tomar¨¢ una decisi¨®n¡±. Juan Cabandi¨¦, diputado e hijo de desaparecidos, tambi¨¦n apel¨® a la presunci¨®n de inocencia pero con una evidente incomodidad. La justicia a¨²n no ha avanzado, pero la presidenta ha tomado la decisi¨®n que muchos en la izquierda le reclamaban.