El Parlamento franc¨¦s da su apoyo final al espionaje sin control judicial

La controvertida ley francesa de servicios secretos, que permite el rastreo masivo de datos telef¨®nicos y cibern¨¦ticos sin control judicial, cuenta ya con el apoyo final del Parlamento. La Asamblea Nacional ha aprobado este mi¨¦rcoles las enmiendas de ¨²ltima hora de la pol¨¦mica norma, considerada ¡°esencial¡± para el Gobierno y ¡°liberticida¡± para sus detractores como diversas organizaciones de derechos humanos.

El debate ha coincidido con el esc¨¢ndalo surgido tras la confirmaci¨®n de que los m¨¢ximos dirigentes franceses, incluidos los tres ¨²ltimos presidentes, han sido espiados por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense. Sus cr¨ªticos comparan la ley con la Patriot Act estadounidense, que tras los atentados del 11-S ampli¨® las competencias de las agencias de informaci¨®n. Para tranquilizarlos, el presidente Fran?ois Hollande ha anunciado que enviar¨¢ el texto legal para su examen al Tribunal Constitucional.

De acuerdo con la nueva ley, nacida poco despu¨¦s de los ataques yihadistas de enero pasado en Par¨ªs, las operadoras de telecomunicaciones, los buscadores o las redes sociales deber¨¢n instalar una especie de cajas negras para detectar cualquier comportamiento sospechoso. Los datos as¨ª obtenidos ser¨¢n transmitidos autom¨¢ticamente a los servicios de informaci¨®n para su an¨¢lisis.

Los agentes franceses, hasta ahora no cubiertos por ley en muchas de sus pr¨¢cticas, podr¨¢n emplear los sistemas denominadas Imsi Catcher. Con ellos, se pueden captar y registrar los datos de tel¨¦fonos u ordenadores de los sospechosos y de todos los que se encuentren a su alrededor. Tambi¨¦n podr¨¢n utilizar, ahora legalmente, micr¨®fonos ocultos en lugares privados o balizas para seguir autom¨®viles. Asimismo, podr¨¢n entrar en domicilios particulares si lo consideran necesario.

Solo los comunistas y ecologistas se han opuesto a la norma criticada tambi¨¦n por organizaciones de defensa de derechos humanos

En el ¨²ltimo momento, la Asamblea ha eliminado una cl¨¢usula introducida la semana pasada por iniciativa socialista, seg¨²n la cual los extranjeros de visita en Francia pod¨ªan ser espiados con la sola autorizaci¨®n del primer ministro.

Las solicitudes para realizar las pr¨¢cticas de espionaje las podr¨¢n hacer los ministros de Defensa, Econom¨ªa, Finanzas, Justicia e Interior. Las peticiones ser¨¢n enviadas a una Comisi¨®n Nacional de Control de T¨¦cnicas de Informaci¨®n (cuatro parlamentarios, dos miembros del Consejo de Estado, dos magistrados y un inform¨¢tico). Si no ve obst¨¢culos, la Comisi¨®n enviar¨¢ las solicitudes al primer ministro, que tendr¨¢ la ¨²ltima palabra.

El sindicato de la magistratura, organizaciones de defensa de derechos y libertades o incluso el Defensor de Derechos de Francia, Jacques Toubon, han expresado su rechazo o sus reservas a la norma.

En la Asamblea Nacional, tanto el Gobierno como los principales grupos parlamentarios han defendido que la nueva ley es ¡°urgente y necesaria¡± para luchar contra el terrorismo y que respeta los derechos de los ciudadanos. Solo los portavoces de los comunistas (15 esca?os de un total de 577) y los ecologistas (18) han criticado la norma. Entre los primeros, Jean-Jacques Candelier ha asegurado que la ley supone ¡°un retroceso democr¨¢tico¡± y que funcionar¨¢ incluso como ¡°un cerrojo contra la revuelta ideol¨®gica¡±. Para la ecologista Isabelle Attard, la ley encierra ¡°la misma doctrina¡± que ha aplicado el espionaje estadounidense.