H¨¦roes o asesinos, ?c¨®mo quieren ser llamados?
El imperativo ¨¦tico de una sociedad que busca la paz es hacer justicia por los horrores
La misma semana en que fueron llamados a interrogatorio cuatro generales en retiro, entre ellos Mario Montoya, comandante del Ej¨¦rcito entre 2006 y 2008, como parte de las investigaciones sobre los llamados falsos positivos en Colombia, se conoci¨® el informe de Human Right Watch en el que se alerta sobre los riesgos de impunidad en estos casos. El documento de Jos¨¦ Miguel Vivanco incluso fue m¨¢s all¨¢ y pide a los actuales comandantes de las Fuerzas Militares y del Ej¨¦rcito, a los generales Juan Pablo Rodr¨ªguez y Jaime Lasprilla, que expliquen su papel cuando estuvieron al frente de las brigadas 4 y 8 respectivamente, en las que se investigan no menos de 100 casos.
Desaparici¨®n forzada, homicidio agravado, concierto para delinquir, involucrando reclutadores, pagando a 100 euros por v¨ªctima, son entre otros los delitos por lo que se investiga actualmente y se deber¨ªa acusar y condenar a los miembros del Ej¨¦rcito colombiano que asesinaron a civiles para presentarlos como guerrilleros o integrantes de bandas criminales o delincuentes ca¨ªdos en combate y cobrarlos como resultados operacionales para ganar reconocimiento de sus superiores y recompensas por buen desempe?o.
El imperativo ¨¦tico de una sociedad que busca la paz por la v¨ªa de reparar a las v¨ªctimas, de restituir las tierras despojadas, es hacer justicia por los horrores vividos por m¨¢s de cinco mil personas que se vieron afectadas como familiares o v¨ªctimas directas entre 2002 y 2008. Pero ese no parece ser el tema que importa. Al contrario. Lo que esta semana ha quedado claro es que al gobierno y al ej¨¦rcito los informes de las organizaciones no gubernamentales y las decisiones judiciales previas les molestaron porque consideran que son campa?as de desprestigio contra la instituci¨®n. Pidieron pruebas hasta que le toc¨® a Vivanco ir a explicarles que su informaci¨®n reposa en los expedientes de la propia Fiscal¨ªa colombiana y m¨¢s a¨²n son las propias confesiones de algunos militares involucrados.
Otros advierten que las decisiones de la Fiscal¨ªa se dan en momentos en que se lleva a cabo el proceso de paz con las FARC en La Habana con el ¨²nico prop¨®sito de documentar las responsabilidades militares para llevarlas a un acuerdo sobre Justicia Transicional, en el que muchas voces piden sean incluidos esos militares, en una especie de simetr¨ªa con los m¨¢ximos responsables de la guerrilla de las FARC, para cerrar el conflicto.
Quien ejecut¨® esos cr¨ªmenes portaba un uniforme llamado a honrar no a deshonrar
A pesar que las Cortes colombiana e internacionales han dicho claramente que esos casos deben ser investigados y juzgados por la justicia ordinaria, y as¨ª qued¨® en la m¨¢s reciente reforma al Fuero Penal Militar, el debate ahora es que esos miembros de la fuerza p¨²blica implicados en estos cr¨ªmenes, que violan las normas que ellos mismos representan, deben entrar en el mismo proceso que los miembros de las FARC, como si fueran lo mismo. Quien ejecut¨® esos cr¨ªmenes portaba un uniforme llamado a honrar no a deshonrar. As¨ª como los magistrados que roban o sobornan vestidos con sus togas o los congresistas que le entregan el alma al diablo por unos cu¨¢ntos votos. Todos esos que violan la investidura que escogieron no pueden pedir simetr¨ªas. Menos aun cuando han tratado de hacer aparecer leg¨ªtima su acci¨®n.
No creo que deban ser cobijados los falsos positivos como un tema conexo al conflicto armado con el argumento de que estaban respondiendo a resultados exigidos por sus superiores. Muchos actuaron adem¨¢s en b¨²squeda de beneficios individuales como garantizarse una salida a descansar. El asesinato a sangre fr¨ªa o el fusilamiento de un inocente no tiene motivaci¨®n pol¨ªtica alguna para incluirlo dentro de los el¨¢sticos m¨¢rgenes de la justicia transicional. No creo que la impunidad sea la f¨®rmula para cerrar el conflicto. Creo que, al contrario, lo reproduce. Pero sobre todo da?a el Estado de Derecho. Le quita dignidad a esos otros cientos y miles de soldados y generales que s¨ª honran al Ej¨¦rcito, y que quiero creer que no les interesa ser equiparados a los guerrilleros en este proceso.
Ahora bien, si la justicia transicional cae sobre los m¨¢ximos responsables, sobre los generales que ordenaron el asesinato de esos muchachos, o se hicieron los ciegos, entonces s¨ª valdr¨ªa la pena: si a cambio de justicia tuvi¨¦ramos de sus bocas la confesi¨®n, la verdad, el reconocimiento de sus delitos, el perd¨®n sincero, entonces s¨ª la justicia se convierte en un instrumento de paz. Y de eso no creo que sean capaces. Y en cambio s¨ª habremos pagado un precio muy alto para ganar la guerra que ahora no sabemos c¨®mo terminar, porque para nosotros como para ellos, entonces el fin habr¨ªa justificado los medios.
Los militares que cometieron esos cr¨ªmenes son los mismos que como el uribismo no quieren que los equiparen a los guerrilleros en una mesa de negociaci¨®n pero s¨ª piden ser juzgados con el mismo rasero de los que llaman narcoterroristas y con el mismo de los paramilitares con los que otrora se aliaron. Alguien en esa instituci¨®n tiene que pedir respeto por los decentes, por nuestros verdaderos h¨¦roes.
Diana Calder¨®n es directora de Informativos y Hora 20 de Caracol Radio Colombia. @dianacalderonf
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