Andreu, el juez del mundo al rev¨¦s
Nunca llegar¨¢ a la verdad en Ruanda porque su interpretaci¨®n de lo ocurrido es poco fiable

Podemos suponer que el juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional espa?ola reaccion¨® como casi todo el mundo a los atentados yihadistas que el viernes se cobraron 66 vidas en tres continentes. Lo que no podemos suponer es que el juez Andreu, que fue noticia la semana pasada por su loable pretensi¨®n de utilizar el vigor de la ley espa?ola contra el terrorismo internacional, hubiera reaccionado con similar estupefacci¨®n hace exactamente 21 a?os cuando se estaba llevando a cabo una de las grandes atrocidades del siglo XX, el genocidio de Ruanda.
Esto es curioso por dos motivos. Primero, porque en abril, mayo y junio de 1994, cuando el juez Andreu ya era mayor de edad y estaba capacitado para leer peri¨®dicos, la gente mor¨ªa en Ruanda a un ritmo no de 66, sino de 8.000 personas al d¨ªa, liquidadas casi todas con un sadismo que supera la imaginaci¨®n del yihadista m¨¢s psic¨®pata. Segundo, porque cabe pensar que el juez Andreu algo sabe de Ruanda, ya que en 2008 inici¨® un proceso judicial contra 40 militares ruandeses que ¨¦l acusa, entre otros cr¨ªmenes, de genocidio. El juez fue noticia el lunes pasado a ra¨ªz de que uno de los 40, un general llamado Karenzi Karake, fue detenido en Londres a petici¨®n suya para que compareciera ante un tribunal espa?ol.
El problema es que el juez Andreu cometi¨® un error cuando escribi¨® su sumario hace siete a?os: se equivoc¨® de genocidio. De las 181 p¨¢ginas del sumario solo se puede desprender una conclusi¨®n: que una fuerza armada liderada por la minor¨ªa tribal tutsi se propuso exterminar a la mayor¨ªa tribal hutu. Lo cual est¨¢ tan lejos de la verdad como decir que los responsables del genocidio durante la Segunda Guerra Mundial fueron no los nazis, sino los aliados.
El sumario del juez Andreu empieza con una resumida versi¨®n de la historia de Ruanda a partir de 1990. Dice que en aquel a?o un grupo ¡°terrorista¡± inici¨® ¡°una serie de actividades de car¨¢cter criminal¡±. Se refiere al Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR), un movimiento rebelde predominantemente tutsi cuyo objetivo era derribar al Gobierno, compuesto por miembros de la etnia dominante hutu. El juez Andreu escribe en el tercer p¨¢rrafo de su sumario que en 1994, ¡°mediante la violencia¡±, el FPR obtuvo el poder. Esto es verdad, como lo es que los aliados derrotaron a los nazis ¡°mediante la violencia¡± en 1945. Lo que omite mencionar el juez Andreu es que si el FPR no hubiese tomado el poder el 4 de julio de 1994, poniendo fin a un genocidio que acab¨® con las vidas de m¨¢s de 800.000 personas en 100 d¨ªas, casi todos asesinados a machetazos, el r¨¦gimen hutu hubiera cumplido con su sistem¨¢tica misi¨®n exterminadora y matado a todos los tutsis que a¨²n quedaban vivos. Bill Clinton ha dicho que de lo que m¨¢s lamenta de sus ochos a?os en la Casa Blanca es no haber intervenido, mediante la violencia, para frenar el genocidio ruand¨¦s.
A continuaci¨®n, el juez Andreu dice en su sumario que el nuevo Gobierno del FPR pretendi¨® ¡°la eliminaci¨®n de la etnia mayoritaria¡±, o sea los hutus, afirmaci¨®n manifiestamente absurda ya que, entre muchas otras cosas, el FPR encarcel¨® a 120.000 hutus que presuntamente participaron en las masacres de los tutsis, el 90% de los cuales hoy han sido liberados.
Habl¨¦ la semana pasada con Philip Gourevitch, autor del libro m¨¢s conocido sobre el genocidio ruand¨¦s, Queremos informarle de que ma?ana seremos asesinados con nuestras familias. Gourevitch, que ahora trabaja en un segundo libro sobre Ruanda, dijo que el juez Andreu hab¨ªa presentado ¡°una visi¨®n del mundo al rev¨¦s, una ficci¨®n t¨®xica, objetivamente demencial¡±. Gourevitch me remiti¨® a un cable clasificado filtrado por Wikileaks en el que el embajador estadounidense en Ruanda en 2008 describe el sumario del juez Andreu como ¡°escandaloso y err¨®neo¡±. El cable del embajador agrega: ¡°El proceso espa?ol a los 40 militares ruandeses ofrece una versi¨®n irreconocible de uno de los episodios m¨¢s dolorosos y violentos de la historia de Ruanda, distorsionando la verdad establecida, inventando matanzas¡±.
Este diario envi¨® al juez Andreu una serie de preguntas a trav¨¦s del departamento de prensa pero no ha obtenido respuesta.
Masacres de ambos bandos
Sin embargo, no todas las matanzas a las que alude el juez Andreu tienen que haber sido inventadas. Hubo represalias violentas de parte del r¨¦gimen militar tutsi que obtuvo el poder en julio de 1994 y miles murieron. Tambi¨¦n es verdad que el r¨¦gimen envi¨® tropas a perseguir a responsables hutus del genocidio que hab¨ªan huido al vecino Congo con el prop¨®sito de volver a Ruanda y, como dec¨ªan sus l¨ªderes, ¡°acabar la tarea¡±. Hubo masacres de civiles, de ambos bandos. El mismo r¨¦gimen sigue en el poder hoy y, aunque el pa¨ªs prospera econ¨®micamente y est¨¢ en paz, sigue habiendo asesinatos espor¨¢dicos de opositores ¡ªuno de ellos, un buen amigo m¨ªo, estrangulado en la habitaci¨®n de un hotel sudafricano hace a?o y medio¡ª.
Quisiera que los responsables fueran a juicio y tuvieran su merecido castigo. Los parientes y amigos de tres cooperantes espa?oles asesinados en Ruanda en enero de 1997, la raz¨®n por la cual el juez Andreu tiene jurisdicci¨®n sobre ciudadanos ruandeses, tambi¨¦n desear¨¢n que se haga justicia. Pero no ser¨¢ posible debido a que el proceso abierto por el juez Andreu carece totalmente de credibilidad.
El juez Andreu nunca llegar¨¢ a la verdad porque la interpretaci¨®n hist¨®rica y pol¨ªtica en la que se fundamentan sus investigaciones es poco m¨¢s fiable que la interpretaci¨®n que podr¨ªa haber dado Joseph Goebbels del papel nazi en Europa entre 1939 y 1945. ?Qu¨¦ dir¨ªan los espa?oles, se pregunta uno, si un juez ruand¨¦s se propusiera investigar el ¡°genocidio¡± llevado a cabo en la Guerra Civil espa?ola y se limitara a pormenorizar las atrocidades cometidas del lado republicano, presentando a los agresores del bando franquista como inocentes v¨ªctimas? Lo que dir¨ªa todo el mundo. Que es una distorsi¨®n de la verdad, un esc¨¢ndalo, una locura y, ante todo, una ridiculez.
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