T¨²nez revisa los cr¨ªmenes de sus dictaduras
El Estado ha creado una Instancia de la Verdad y la Dignidad para reparar el da?o infligido a las v¨ªctimas de sus dictaduras
T¨²nez tiene apenas medio siglo de historia como pa¨ªs independiente. Pero buena parte de esa historia est¨¢ enterrada. Hubo miles de v¨ªctimas a lo largo de dos dictaduras, gente que fue represaliada solo porque sus maridos, sus padres o hermanos estaban en la c¨¢rcel. Muchos lucharon por las libertades antes de que estallara la primavera ¨¢rabe en 2011, sufrieron la represi¨®n del Estado y nunca pudieron reclamar justicia. El bloguero Zouhair Yahyaoui, por ejemplo, fue detenido en un cibercaf¨¦ en 2002, sufri¨® prisi¨®n y torturas durante un a?o por ¡°difundir falsas noticias¡±. Muri¨® de un paro cardiaco en 2005, a los 37; un paro que su familia atribuye a los da?os que padeci¨® en la c¨¢rcel.
El d¨ªa de su muerte est¨¢ declarado en T¨²nez d¨ªa de la libertad en Internet. En su barrio han construido un centro cultural con su nombre y un enorme retrato en la fachada. En 2012, tras la huida del dictador Ben Al¨ª, el presidente Moncef Marzouki le otorg¨® a t¨ªtulo p¨®stumo la insignia de gran oficial de la Rep¨²blica. Pero sus verdugos siguen impunes. Ni su madre, Khadija Yahyaoui, ni su hermana Le?la, se decidieron nunca a reclamar justicia. Ahora, sin embargo, van a acudir ante la Instancia de la Verdad y la Dignidad (IVD) para solicitar una reparaci¨®n. Este organismo, de financiaci¨®n estatal y creado en diciembre de 2013, se ha convertido en la ¨²ltima esperanza de justicia para miles de tunecinos.
¡°Los jueces que hay en T¨²nez ahora son los mismos que condenaron a mi hermano. ?C¨®mo puedo confiar en ellos? El problema de la revoluci¨®n en T¨²nez es que hasta ahora no se ha reconocido la culpa de nadie. Nadie ha sido juzgado ni condenado¡±, explica Le?la Yahyaoui. ¡°Los verdugos no solo no reconocen su culpa, sino que no reconocen a las v¨ªctimas su deseo de pedir justicia. Si ahora albergo esperanzas es porque la Instancia de la Verdad y la dignidad la preside una persona que me merece mucho respeto: Sihem Bensedrine¡±.
Algunos cr¨ªticos atribuyen el ¨¦xito de afluencia que tiene este organismo a que todas las supuestas v¨ªctimas creen que van a recibir una reparaci¨®n econ¨®mica. Pero la presidenta, Sihem Bensedrine, lo desmiente de forma rotunda. Bensedrine es una periodista de 64 a?os que destac¨® por su activismo contra la dictadura de Ben Al¨ª, fue encarcelada dos meses en 2001 y sufri¨® torturas y exilio. ¡°La gente no quiere vengarse,¡±, se?ala, ¡°solo pretende que se sepa qu¨¦ les ha ocurrido. El saber es una catarsis, es lo que permite pasar la p¨¢gina. Adem¨¢s, los hijos de esas v¨ªctimas viven en el odio, son una presa f¨¢cil para el terrorismo. Hay que sacar ese odio del pecho. Reparar el da?o no es dar dinero, como cree mucha gente. Es algo mucho m¨¢s profundo. Yo he viajado a Barcelona varias veces y creo que una parte del problema que padece Espa?a con el nacionalismo catal¨¢n viene de las heridas mal curadas despu¨¦s de la dictadura¡±.
La Instancia de la Verdad y la Dignidad ha recogido 14.786 testimonios en seis meses. Tiene cinco a?os de plazo para concluir su trabajo.
Violaciones, torturas, asesinatos de familiares, secuestros, discriminaciones, vejaciones, casos de corrupci¨®n¡ Desde diciembre, todo el que quiera denunciar un caso en el que el Estado tunecino vulner¨® sus derechos es atendido en la sede de la IVD. Se trata de un edificio de cinco plantas situado en la capital del pa¨ªs. All¨ª todo se escucha, clasifica y estudia. Los cr¨ªmenes m¨¢s graves ser¨¢n derivados finalmente a la justicia. Bensedrine cree que la mayor¨ªa de los casos se van a resolver mediante la reconciliaci¨®n y el di¨¢logo entre v¨ªctima y verdugo. ¡°Pero el perd¨®n pasa por el reconocimiento de la culpa de las personas que cometieron cr¨ªmenes¡±, advierte Bensedrine.
La Instancia de la Verdad y la Dignidad abri¨® el mes pasado delegaciones en las ciudades de Kasserine, Sfax, Sidi Busid y Gafsa. Y en agosto se crear¨¢n otras seis oficinas en distintas localidades. En junio, a pesar del inicio del Ramad¨¢n, se recogi¨® el testimonio de 1.800 personas. A partir de septiembre habr¨¢ sesiones p¨²blicas en el que las v¨ªctimas m¨¢s famosas comenzar¨¢n a relatar sus casos.
Hay quienes sufren ataques de ansiedad al confrontar su pasado y para ellos se ha preparado una peque?a sala m¨¦dica con enfermeros y psic¨®logos. De momento, los casi 15000 expedientes clasificados se encuentran en una peque?a habitaci¨®n de cinco metros de largo por tres de ancho situada en la cuarta planta de la sede central.
Las mujeres que fueron violadas no vienen a la sede. Pero tambi¨¦n se ha pensado en ellas. ¡°Sabemos que hay zonas donde hubo muchas violaciones¡±, se?ala Sihem Bensedrine. ¡°Era un castigo colectivo: viol¨¢ndolas a ellas castigaban a toda la familia, que viv¨ªa avergonzada a partir de ese momento. Para escuchar a esas mujeres crearemos unidades m¨®viles con coches que se desplazaran a sus hogares¡±.
El periodo a investigar se inicia el 1 de julio de 1955, cuando T¨²nez contaba con cierto grado de autonom¨ªa, prosigue con la independencia (20 de marzo de 1956), contin¨²a con la dictadura de Habib Burgiba (1957-1987), con la de Zine El Abidine Ben Al¨ª (1987-2011) y termina el 31 de diciembre de 2013, tras los dos primeros a?os de transici¨®n. La Instancia de la Verdad y la Dignidad cuenta con cinco a?os para concluir su trabajo. Parece poco tiempo para un reto tan grande. Pero nadie cre¨ªa tampoco hace cuatro a?os que un organismo as¨ª pudiera funcionar en T¨²nez.
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