Rapados, maniatados y vejados por opositar a maestro
Las fuerzas radicales agudizan el conflicto educativo en M¨¦xico con ataques a quienes concursan a las plazas de maestros
La tensi¨®n por la reforma educativa en M¨¦xico ha vuelto a estallar. Las violentas protestas que en junio estremecieron Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoac¨¢n, han dado paso ahora a un feroz clima de hostigamiento contra los maestros que se someten a las evaluaciones impuestas por la ley o que simplemente quieren acceder a los concursos de plazas. Estas coacciones, dirigidas por sindicatos radicales renuentes a ceder su hist¨®rico control, han desembocado en escenas in¨¦ditas de docentes y opositores rapados, maniatados y vejados por piquetes vociferantes. La escalada ha desatado todas las alertas. M¨¦xico se vuelve a enfrentar a uno de sus peores fantasmas: el conflicto educativo.
En un pa¨ªs con dos millones de maestros y 25 millones de alumnos de primaria, la educaci¨®n es un punto de enorme sensibilidad. Su bajo nivel, por detr¨¢s de Kazajist¨¢n en las evaluaciones de PISA, se ha convertido en una r¨¦mora estructural. Los estudios indican que al ritmo presente M¨¦xico necesitar¨ªa 77 a?os para alcanzar en ciencias la media de los pa¨ªses avanzados. Este retraso no s¨®lo impide la modernizaci¨®n de amplias capas sociales sino que perpet¨²a una de las lacras nacionales: la desigualdad.
En este escenario, la reforma educativa, apoyada por los principales partidos, ha chocado con los grupos radicales aglutinados en torno a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n (CNTE). Estas fuerzas, enquistadas en el agrario y olvidado sur, han hecho de la educaci¨®n su feudo. En un universo de miseria (en M¨¦xico hay 13 millones de personas en pobreza extrema), el control de los puestos magisteriales les ha permitido asegurar un m¨ªnimo sustento a familias sin otros recursos. Pero tambi¨¦n ha facilitado el crecimiento de una estructura paralela de privilegios.
Durante d¨¦cadas el poder ha transigido con este sistema corrupto e incluso ha alimentado sus redes clientelares para evitar el conflicto. Este equilibrio se ha roto ahora. La reforma intenta acabar con el clientelismo y la heredad de plazas. Para ello impone la evaluaci¨®n docente. En caso de suspender tres veces la prueba, el profesor pierde la plaza. Tambi¨¦n pone fin al automatismo de conceder el puesto a los maestros procedentes de las escuelas normales rurales, controladas por los sectores m¨¢s radicales, y abre la puerta a que licenciados de otras partes del pa¨ªs puedan competir por el empleo.
Las consecuencias del enfrentamiento son dif¨ªciles de prever, pero nadie duda de que ser¨¢n graves. El escarnio a que se han visto sometido los profesores que quer¨ªan acceder a las plazas no es m¨¢s que un aviso de lo que est¨¢ por venir. Muestra de ello es la indiferencia con que la central radical ha acogido las protestas por su actuaci¨®n. Ni siquiera la condena de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos o del sindicato mayoritario de la ense?anza, con 1.800.000 afiliados, han surtido efecto. ¡°Ning¨²n acto de intimidaci¨®n que venga del Gobierno federal va a socavar la disposici¨®n de lucha de los trabajadores para echar abajo la reforma educativa. Donde lo intenten, ah¨ª estar¨¢ la fuerza de la CNTE¡±, proclam¨® un dirigente sindical.
La coordinadora, enrocada en sus dominios, act¨²a como un poder f¨¢ctico en el sur. Con 110.000 militantes y una larga tradici¨®n de boicoteos y agresiones, mantiene un violento pulso con el Gobierno por la ruptura del monopolio docente. Semanas antes de las elecciones del 7 de junio, lanz¨® una ofensiva que puso al Ejecutivo de Enrique Pe?a Nieto contra las cuerdas. Sus huestes asaltaron aeropuertos, bloquearon carreteras y quemaron oficinas electorales. Un d¨ªa tras otro impusieron su estrategia de acoso y derribo hasta que el Gobierno, a una semana de los comicios, suspendi¨® la reforma en todo el pa¨ªs. La tregua, vista como una humillaci¨®n por los sectores m¨¢s progresistas, sirvi¨® de poco. La central mantuvo la presi¨®n, aunque el d¨ªa de las votaciones, ante el fuerte despliegue militar, evit¨® fricciones.
Pasadas las elecciones, la reforma volvi¨® a implantarse. Y el belicoso sindicato, de ideolog¨ªa ultraizquierdista, retom¨® las protestas. Pero esta vez personalizadas en los profesores que acuden a los ex¨¢menes. Para justificar sus ataques, la CNTE alega que las v¨ªctimas son polic¨ªas infiltrados. ¡°?No es un acto de provocaci¨®n infiltrar a polic¨ªas? Incluso les pas¨® poco. Que se abstenga de inmiscuirse porque ser¨¢n desnudados, amarrados y sometidos¡±, afirm¨® un portavoz del CNTE.
Los relatos de las v¨ªctimas, recogidos con amplitud por los medios mexicanos, muestran una realidad bien distinta. Maestras humilladas y con el pelo trasquilado, profesores vilipendiados y fotografiados por grupos violentos. ¡°?Por qu¨¦ me atacaron, por qu¨¦ me exhibieron, por qu¨¦ me cortaron el pelo? ?Qu¨¦ les hice?¡±, dec¨ªa entre sollozos Nayeli Mijangos, una de las pocas docentes que se atrevi¨® a dar la cara tras las agresiones. Como muchos otros, Mijangos no ha estudiado en una escuela normalista, carece de dinero para comprar una plaza y tampoco tiene familia para heredarla. Pero posee un t¨ªtulo universitario que le permite presentarse. Y eso hizo este fin de semana en Tuxla Guti¨¦rrez. Pero ni siquiera pudo entrar a la prueba. Los piquetes se lo impidieron. El conflicto est¨¢ abierto.
Denunciado un l¨ªder sindical por cobrar de dos plazas sin acudir
El conflicto educativo se prev¨¦ duro en M¨¦xico. Para finales de a?o habr¨¢n salido a concurso 70.000 plazas. Y las resistencias son profundas. El Gobierno, empe?ado en sacar adelante la reforma, ha descubierto bajo la alfombra el avispero que durante a?os el mismo PRI aliment¨®. En una primera revisi¨®n han aflorado 298.000 n¨®minas irregulares, 114.000 docentes jubilados o fallecidos que siguen cobrando, 113.000 profesores con otro puesto de trabajo, 39.000 aviadores (remunerados que no trabajan), 30.000 liberados sindicales¡
Los datos proceden de Mexicanos Primero, la ONG que lidera la modernizaci¨®n del sistema educativo mexicano y que se ha convertido en la diana de los ataques sindicales. "Los docentes est¨¢n coaccionados por una c¨²pula que es delincuencia organizada, que se dedica a delinquir para mantener sus prebendas. Son el M¨¦xico oscuro y predemocr¨¢tico que niega la transparencia", ha se?alado el presidente de Mexicanos Primero, Claudio X. Gonz¨¢lez. La ¨²ltima vuelta de tuerca en su enfrentamiento con la CNTE fue la denuncia presentada contra Rub¨¦n N¨²?ez, el belicoso jefe de la Secci¨®n 22, la fuerza de choque de la CNTE. Este cabecilla sindical tiene supuestamente dos plazas de maestro a su nombre y cobra 6.000 euros al mes sin acudir a clase.
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