Un empleado griego: ¡°El pacto no puede ser peor¡±
Los griegos temen los efectos del pacto y culpan a Berl¨ªn de la dureza de las condiciones
¡°Terrible¡±, ¡°No puede ser peor¡±, ¡°Desastroso¡±, son algunos de los ep¨ªtetos que dedican los atenienses al nuevo acuerdo alcanzado por el Gobierno griego con sus socios del Eurogrupo tras las maratonianas reuniones del fin de semana. Y, sin embargo, la mayor¨ªa de los consultados se?ala que la culpa de la dureza de las exigencias recae casi exclusivamente en Alemania y no en la estrategia negociadora del primer ministro griego, el izquierdista Alexis Tsipras.
¡°Son tr¨¢gicas¡±, dice con un hilillo de voz la se?ora Vangelia cuando se le pregunta por las nuevas medidas de austeridad que deber¨¢ aprobar el Gobierno heleno antes del mi¨¦rcoles para que sus socios acepten otorgar el tercer rescate a Grecia. A sus 72 a?os, mientras arrastra las piernas con dificultad en la calurosa ma?ana, teme que su pensi¨®n se vea ¡°a¨²n m¨¢s recortada¡±. El 60% de las pensiones en Grecia son inferiores a los 700 euros, despu¨¦s de varias rondas de reducciones, y a partir del a?o que viene, el Ejecutivo deber¨¢ rebajar el coste de su sistema de jubilaci¨®n en el equivalente al 1% del PIB. Pero la anciana, que porta sobre el cuello el ¨¢guila bic¨¦fala emblema de la muy conservadora Iglesia Ortodoxa de Grecia, no guarda rencor a Tsipras: ¡°Es un buen mozo, el gobernante m¨¢s joven que hemos tenido. La culpa es de los alemanes, sobre todo del ministro ese de Finanzas, como se llame¡¡±.
Otro que espera ante un banco para retirar su dosis diaria de efectivo (60 euros), es el exministro de Nueva Democracia Theorodos Damianos, algo m¨¢s optimista sobre el pacto alcanzado esta ma?ana: ¡°La situaci¨®n era muy mala por culpa del refer¨¦ndum. Pero Tsipras negoci¨® bastante bien y consigui¨® mantenernos en la Eurozona. Quiz¨¢s por ser el m¨¢s joven de todos los gobernantes pudo aguantar las 17 horas de reuni¨®n¡±, bromea. Sobre si su partido apoyar¨¢ al Ejecutivo en la aplicaci¨®n de estas duras medidas, el pol¨ªtico conservador no deja lugar a dudas: ¡°Ya habr¨¢ tiempo para las cr¨ªticas, ahora esto es una cuesti¨®n nacional¡±.
Hay otros pensionistas que defienden parte de las medidas, como Kostas Papastergiadis, contable de una gran empresa que acaba de jubilarse a¨²n sin saber cu¨¢nto cobrar¨¢: ¡°Si se hubiese reformado el sector p¨²blico durante el primer rescate, no habr¨ªan tenido que aplicar las tijeras al privado y a las pensiones¡±. Pero, como muchos otros griegos, cree que las medidas han sido m¨¢s duras por el color pol¨ªtico del Ejecutivo de Atenas: ¡°Europa no soporta ver aqu¨ª un gobierno izquierdistas y Tsipras no puede hacer nada porque tiene encima la UE y a Alemania¡±.
En el mismo barrio, un distrito de clase media venida a menos con la crisis, dos comerciantes ¨CNick y Fotis- conversan a la puerta de la papeler¨ªa de este ¨²ltimo, pues apenas hay trabajo: ¡°Con estas medidas, en tres meses la mayor¨ªa de los negocios de esta calle habr¨¢n cerrado¡±, opina Fotis. ¡°Bastar¨ªa que nos dejasen 5 a?os sin austeridad y pudiendo bajar los impuestos para que el consumo se recupere, la econom¨ªa resucite y luego podamos devolver la deuda. Pero no, al contrario, vamos hacia atr¨¢s¡±, tercia Nick, que trabaj¨® como emigrante durante dos d¨¦cadas en EE UU y se arrepiente de haber regresado a su Grecia natal: ¡°La responsabilidad de estas medidas no es de Tsipras, sino de los anteriores gobernantes que eran todos unos corruptos. ?Ay si tuvi¨¦semos ahora todo el dinero que se llevaron al extranjero! No podr¨ªan habernos forzado a trav¨¦s del corralito, como han hecho. Ahora nuestra ¨²ltima esperanza es que en Espa?a gane Podemos, para tener un Gobierno aliado¡±.
¡°Era o Grexit o este acuerdo¡±, murmura Apostolos Vuliotis mientras observa las portadas de los diarios colgadas de un quiosco frente a la Universidad: ¡°A Tsipras no le quedaba otra, ahogado por el Banco Central Europeo, que es un arma en manos de los alemanes. Y las siguientes v¨ªctimas ser¨¢n Espa?a e Italia¡±. Este joven m¨¦dico march¨® el a?o pasado a Londres a completar sus estudios pero, visto lo visto, dice que no piensa regresar, pues la situaci¨®n empeorar¨¢ con esta nueva ronda de ajustes.
¡°Se trata de medidas de austeridad muy severas¡±, afirma Theo, empleado en una compa?¨ªa financiera que, al contrario, reparte las culpas tanto al Gobierno de Tsipras ¨C¡°No se han dado cuenta de que no ten¨ªan aliados¡±- y a la Uni¨®n Europea, que ¡°lleva a?os imponiendo medidas equivocadas¡±. El ¨²nico consuelo, dice mientras guarda cola frente a un cajero autom¨¢tico, es que el acuerdo ¡°ser¨¢ un primer paso¡± para abrir los bancos ¡°gradualmente¡±, aunque cree que los controles de capital continuar¨¢n.
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