De Rohan¨ª a Rohan¨ª

Hoy, con Hasan Rohan¨ª como presidente de la Rep¨²blica de Ir¨¢n, se culmina un proceso de negociaci¨®n que auspiciamos los europeos cuando el mismo Rohan¨ª era el negociador, en calidad de secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional. La Uni¨®n Europea ha estado desde el principio en la mesa de negociaciones y eso debe hacernos sentir muy orgullosos.

En esta ocasi¨®n la importancia del ¨¦xito se mide tambi¨¦n por las consecuencias que hubiera tenido su fracaso. No haber alcanzado un acuerdo hubiera significado la imposibilidad de alcanzar la estabilidad en Oriente Medio. Y, visto lo que ha ocurrido en los ¨²ltimos d¨ªas, tambi¨¦n hubiera supuesto la ruptura de pr¨¢cticamente el ¨²nico consenso que hay entre los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que integran el P5+1.

Habr¨ªa sido de una gravedad extrema romper el consenso ante un tema tan importante como es la proliferaci¨®n nuclear y en un momento en el que la unidad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas parece perderse.

Los t¨¦rminos del acuerdo, que m¨¢s adelante se recoger¨¢n en una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, obligan a Ir¨¢n a limitar durante 15 a?os el enriquecimiento de uranio hasta un m¨¢ximo de 3,67% (cuando para fabricar una bomba nuclear es necesario hacerlo al 90%), a reducir su stock de uranio y el n¨²mero de centrifugadoras. La Administraci¨®n Obama dispone de sesenta d¨ªas para que el Congreso de Estados Unidos apruebe el acuerdo y cuenta con 290 votos seguros, por lo que el apoyo parece estar garantizado.

El acuerdo, aunque estrictamente nuclear, debiera suponer una mejora en las relaciones entre Estados Unidos e Ir¨¢n que puede dar lugar a muchos m¨¢s avances de los que se recogen en el texto. La normalizaci¨®n del programa nuclear de Ir¨¢n puede propiciar las conversaciones con Arabia Saud¨ª y llevar a la colaboraci¨®n en cuestiones esenciales, como la lucha contra el Estado Isl¨¢mico y la cooperaci¨®n en otros conflictos de la regi¨®n.

Para muchos, Ir¨¢n puede convertirse en un gigante militar tras el levantamiento de las sanciones. Merece la pena recordar que su gasto militar en 2014 fue de 15.000 millones de d¨®lares, aproximadamente un 9% de lo que destinaron a ese fin los pa¨ªses del Golfo. Arabia Saud¨ª, en solitario, lo supera m¨¢s de diez veces. Pongamos las cosas en perspectiva.

Soy consciente de los obst¨¢culos que se pueden presentar, pero el acuerdo negociado es, sin duda, la mejor salida. Tras este primer entendimiento nace la esperanza de llegar a muchos m¨¢s acuerdos que, aunque requieran tiempo, son vitales para la estabilidad en la regi¨®n.