El pueblo que intenta vivir sin efectivo
Una peque?a localidad colombiana sustituye los pagos en efectivo por operaciones a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil
Beatriz C¨¢rdenas acaba de comprar helados para sus tres hijos sin utilizar efectivo, algo in¨¦dito para esta ama de casa que vive a una hora de camino de Concepci¨®n, un pueblo de 4.500 habitantes enclavado entre las monta?as de Antioquia, en Colombia. Mientras los ni?os comen, sentados en la acera de una calle empedrada, Beatriz revisa los mensajes de su m¨®vil con algo de incredulidad. No acaba de entender c¨®mo ha pagado los helados desde su r¨²stico aparato. ¡°Es como si mi tel¨¦fono fuera una billetera, pero temo perder dinero por no saber utilizar la tecnolog¨ªa¡±, confiesa.
Esta mujer de 37 a?os no es la ¨²nica que recela de la tecnolog¨ªa en Concepci¨®n, un municipio a dos horas de Medell¨ªn, al que se llega luego de serpentear por una carretera sin asfaltar. ¡°Pero me he arriesgado¡±, a?ade. En el fondo, se contagi¨® de sus vecinos, quienes desde hace siete meses empezaron a reducir el uso de dinero en met¨¢lico. Ahora utilizan un monedero electr¨®nico gratuito dise?ado por Davivienda, el tercer banco de Colombia, que les permite hacer transacciones de forma f¨¢cil y segura desde cualquier m¨®vil.
Hasta hace poco, los habitantes de Concepci¨®n no ten¨ªan cajero electr¨®nico y menos de la mitad de los adultos usaban una cuenta bancaria. Adem¨¢s, solo dos establecimientos comerciales permit¨ªan las transacciones electr¨®nicas. Ahora, si el due?o del supermercado, el peluquero y hasta el p¨¢rroco usan el monedero, entonces para qu¨¦ seguir utilizando el dinero en efectivo. Eso es lo que se empiezan a preguntar los m¨¢s entusiastas de esta prueba piloto de inclusi¨®n financiera en el pa¨ªs. Uno de ellos es Andrea Morales, quien paga con su m¨®vil un peque?o arc¨¢ngel decorativo en una tienda de variedades. ¡°As¨ª no te roban la platica y ni te preocupas por los billetes falsos¡±, dice, mientras ense?a a otras mujeres, con sus m¨®viles en la mano, a utilizar el sistema.
La seguridad no es un tema menor, ni siquiera en Concepci¨®n, donde el conflicto armado hace a?os que pas¨® de largo. El 6 de julio intentaron robar al alcalde, Gustavo L¨®pez, cuando faltaba poco para celebrar ¡°el d¨ªa sin efectivo¡± en el que pretend¨ªan mostrar a cientos de visitantes c¨®mo funciona su sistema, que ha sido implementado con ¨¦xito en pa¨ªses de ?frica y del que hay ejemplos en Chile, Per¨² y Ecuador. ¡°Los ladrones se quedaron con las ganas porque el dinero lo llevaba en el m¨®vil y aunque ese s¨ª me lo robaron, todo qued¨® a salvo¡±, cuenta L¨®pez.
Los habitantes de este municipio est¨¢n descubriendo los beneficios que trae, seg¨²n los expertos, dejar los billetes y las monedas en el ba¨²l de los recuerdos. M¨¢s all¨¢ de evitar robos, incentiva el ahorro y los pagos electr¨®nicos permiten construir un historial transaccional a quienes ni siquiera tienen una cuenta, lo que luego podr¨ªa traducirse en cr¨¦ditos. Ellos, por ahora, se centran en asuntos tan cotidianos como pagar el servicio del gas, el mercado, la recarga de minutos para el m¨®vil (tan popular en Colombia), y hasta la limosna de la iglesia. Tambi¨¦n se ha incrementado el servicio a domicilio a las veredas, cuyos campesinos ya no tienen que caminar hasta el pueblo para hacer sus compras. ¡°Qui¨¦n se iba a imaginar que uno pod¨ªa atender a los clientes con un m¨®vil¡±, dice una peluquera.
Y aunque hay quienes fruncen el ce?o cuando se les pregunta por el monedero ¡ª¡°a m¨ª que me paguen con billetes¡±, dice un viejo tendero¡ª, las cifras podr¨ªan mostrar que algo est¨¢ cambiando en Concepci¨®n. En este momento, cerca del 90% de los comercios aceptan el pago electr¨®nico. Las transacciones personales, que no pasaban de 100 en 2014, en los primeros seis meses de este a?o casi llegan a las 27.000.
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