Estados Unidos pidi¨® la extradici¨®n de El Chapo d¨ªas antes de su fuga

Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, El Chapo, huy¨® de la prisi¨®n de m¨¢xima seguridad de El Altiplano 16 d¨ªas despu¨¦s de que Estados Unidos pidiera formalmente su extradici¨®n. El dato, que no hab¨ªa trascendido hasta ahora y que hizo p¨²blico la procuradora general,?Arely G¨®mez, arroja m¨¢s confusi¨®n sobre la fuga del siglo. El Chapo, al igual que el resto de narcotraficantes, se resist¨ªa con u?as y dientes a ser confiando en una prisi¨®n estadounidense y someterse a un proceso legal all¨ª. En su rechazo, demostrado por los recursos de amparo que present¨® ante hipot¨¦ticas extradiciones, pesaba no solo el miedo a un juicio de m¨¢s dureza, sino la mayor seguridad de los penales.

La posibilidad de que la extradici¨®n hubiese sido concedida inmediatamente era escasa. El Gobierno de Pe?a Nieto ha reducido su cifra notablemente respecto a su antecesor, Felipe Calder¨®n, que la practic¨® con intensidad durante la guerra contra el narco. La postura oficial del actual Ejecutivo ante el caso de Guzm¨¢n Loera era que cumpliese primero su pena en M¨¦xico. ¡°Yo puedo aceptar la extradici¨®n, pero en el momento en que yo diga. El Chapo se tiene que quedar aqu¨ª a cumplir su condena y despu¨¦s lo extradito. Unos 300 o 400 a?os despu¨¦s. Falta mucho¡±, lleg¨® a decir el anterior procurador general, Jes¨²s Murillo Karam.

Estados Unidos solicit¨® la entrega de El Chapo para su procesamiento en la Corte Federal para el Distrito Sur de California por delitos de narcotr¨¢fico. Otros cinco tribunales estadounidenses tienen causas abiertas contra el l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa. Una de ellas le imputa el blanqueo de 14.000 millones de d¨®lares a trav¨¦s de centenares de empresas.

La fuga de la prisi¨®n desbarata por el momento esta posibilidad y deja al Gobierno mexicano en p¨¦simo lugar. Su resistencia a facilitar las extradiciones, pero sobre todo su incapacidad para asegurar la custodia de su preso m¨¢s peligroso ha levantado todo tipo de sospechas. La huida, mediante un t¨²nel de 1.500 metros que desemboc¨® en la propia ducha del preso, ha puesto en evidencia, como admite el Ejecutivo, que cont¨® con la ayuda de funcionarios penitenciarios. Algo que ya ocurri¨® en su primera fuga en 2001 del penal de m¨¢xima seguridad de Puente Grande (Jalisco). En aquella ocasi¨®n se escap¨® oculto en un carro de ropa sucia. Para lograrlo, corrompi¨® a 62 funcionarios, incluido el director de la prisi¨®n.

La resistencia del Gobierno mexicano a facilitar las extradiciones, pero sobre todo su incapacidad para asegurar la custodia de su preso m¨¢s peligroso ha levantado todo tipo de sospechas

El posible nexo entre la petici¨®n de extradici¨®n y la fuga queda en el aire. La construcci¨®n del t¨²nel arranc¨® en torno a abril de 2014, mucho antes de que cristalizase la solicitud. Pero el inter¨¦s de Estados Unidos en el preso hac¨ªa previsible que m¨¢s tarde o temprano se oficializase. La? interrogante, como tantas cosas vinculadas a El Chapo, quedar¨¢ sin resolver hasta que no sea capturado.