Estados Unidos y Cuba reabren sus embajadas 54 a?os despu¨¦s
El paso servir¨¢ para impulsar la normalizaci¨®n de relaciones
La orden de romper relaciones diplom¨¢ticas y cerrar las respectivas embajadas en Washington y La Habana lleg¨® el 3 de enero de 1961 con el deseo expreso, al menos de la parte norteamericana, de que la situaci¨®n se solucionara pronto. ¡°Es mi esperanza y mi convicci¨®n de que en un futuro no demasiado distante ser¨¢ posible volver a encontrar el reflejo de nuestra hist¨®rica amistad en relaciones normales de todo tipo¡±, dijo el presidente estadounidense Dwight Eisenhower al anunciar que hab¨ªa decidido cortar los lazos pol¨ªticos con el Gobierno del ¡°dictador¡± Fidel Castro.
A las 00:01 de la madrugada de este lunes 20 de julio -pese a todas las diferencias, Washington y La Habana han seguido compartiendo huso horario- finalmente Cuba y Estados Unidos han dado ese paso largamente dilatado. Eso s¨ª, han tenido que pasar 54 a?os, seis meses y 17 d¨ªas, adem¨¢s de 11 presidentes estadounidenses (aunque solo dos cubanos, Fidel y Ra¨²l Castro), para que se cumpliera la ¡°esperanza¡± de Eisenhower.
La reapertura de embajadas es el gesto m¨¢s simb¨®lico de los seis meses de intensas negociaciones para iniciar el proceso de normalizaci¨®n de relaciones que siguieron al anuncio de los presidentes Barack Obama y Ra¨²l Castro, el 17 de diciembre, que hab¨ªan decidido dar un giro radical a las relaciones hostiles que marcaron la pol¨ªtica bilateral y regional del ¨²ltimo medio siglo.
No es sin embargo el fin de un proceso que las dos partes han reconocido ser¨¢ largo y tortuoso. Tanto Washington como La Habana tienen una larga lista de reclamos y demandas -empezando por el fin del embargo estadounidense que exige Cuba o la mejora de la situaci¨®n de derechos humanos que quiere ver EE UU- que prometen ocupar a sus m¨¢s altos diplom¨¢ticos por un tiempo que nadie se atreve a precisar.
Pero las dos partes coinciden en que esta segunda fase de negociaciones ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil con el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas ahora cumplido.
Llegar a este punto tampoco ha sido sencillo. La ruptura de relaciones, algo que se ven¨ªa cocinando desde la llegada al poder de Fidel Castro en 1959, culmin¨® con la demanda de Cuba de que la embajada estadounidense en La Habana limitara el n¨²mero de personal a 11, el mismo n¨²mero que ten¨ªa la legaci¨®n diplom¨¢tica cubana en Washington. En el telegrama urgente que envi¨® el entonces encargado de negocios estadounidense en Cuba al Departamento de Estado, Daniel Braddock, informando de la maniobra cubana, el diplom¨¢tico citaba a Castro diciendo que ¡°el 90 % de los funcionarios son, de todos modos, esp¨ªas¡±. Braddock opinaba que la embajada de EE UU no pod¨ªa continuar funcionando de manera efectiva con tan poco personal y recomendaba la ruptura de relaciones que acab¨® aprobando Eisenhower.
El n¨²mero de personal diplom¨¢tico, su capacidad de movimiento y sus actividades han vuelto a ser uno de los puntos m¨¢s dif¨ªciles de la negociaci¨®n para la reapertura de embajadas medio siglo m¨¢s tarde. Pese a las restricciones impuestas, la Secci¨®n de Intereses de EE UU en Cuba ha sido desde su apertura en 1977 -bajo el presidente dem¨®crata Jimmy Carter- una de las legaciones diplom¨¢ticas m¨¢s grandes de la isla, con un personal que ronda los 300 funcionarios, 50 de ellos diplom¨¢ticos estadounidenses. El personal diplom¨¢tico cubano en Washington no llega a la decena. Tras las cuatro rondas de negociaciones de alto nivel celebradas en las dos capitales desde enero, se lleg¨® a un acuerdo que Washington ha declarado ¡°satisfactorio¡±. La principal demanda norteamericana era que su personal diplom¨¢tico pudiera moverse m¨¢s all¨¢ de La Habana para contactar con la poblaci¨®n cubana sin necesidad de solicitar cada vez un permiso a las autoridades cubanas (los cubanos ten¨ªan que hacer lo mismo para salir de Washington). Finalmente, los diplom¨¢ticos solo deber¨¢n ¡°notificar¡± sus salidas, algo con lo que EE UU dice poder vivir y que compara a la situaci¨®n con otros pa¨ªses con los que mantiene relaciones diplom¨¢ticas pese a profundas diferencias pol¨ªticas.
Aunque tanto la hasta ahora Secci¨®n de Intereses de EE UU en La Habana como su par cubana en Washington son ya, desde este lunes, ¡°embajadas¡± a pleno rendimiento y funcionamiento, la ceremonia oficial de apertura solo tendr¨¢ lugar en la legaci¨®n diplom¨¢tica cubana en la capital estadounidens. Washington todav¨ªa no ha fijado la fecha para su celebraci¨®n, tambi¨¦n al m¨¢s alto nivel diplom¨¢tico, en su embajada situada en pleno Malec¨®n de La Habana.
El ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodr¨ªguez, har¨¢ un poco m¨¢s de historia este lunes al convertirse en el primer canciller de la isla que visita oficialmente Washington desde 1959. Participar¨¢ junto a una gran delegaci¨®n -hay 500 invitados- en la ceremonia de izada de bandera ante la fachada cubana, donde adem¨¢s desvelar¨¢ el cartel -escondido los ¨²ltimos d¨ªas tras una cortinilla roja- que por fin identifica a la legaci¨®n como ¡°embajada¡±. Despu¨¦s, Rodr¨ªguez se reunir¨¢ con su par estadounidense, el secretario de Estado John Kerry, en el Departamento de Estado, otro hito en el proceso de restablecimiento de relaciones. En ese edificio estar¨¢ ya tambi¨¦n desplegada, por primera vez desde 1961, una bandera cubana junto con todas las dem¨¢s de los pa¨ªses con los que EE UU mantiene relaciones diplom¨¢ticas.
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