El atentado en Turqu¨ªa cuestiona al Gobierno ante el auge del yihadismo
"El ataque de Suru? es una amenaza del Estado Isl¨¢mico al Ejecutivo para que no prosiga con sus redadas", opina un experto
¡°Los que est¨¢n luchando son dos sistemas antagonistas en abrazo mortal. (¡) Ninguna de las dos facciones representa nuestro concepto de civilizaci¨®n. Esta guerra no es cosa nuestra¡±. Estas palabras de Winston Churchill referidas a la guerra civil espa?ola como modo de justificar la posici¨®n del mandatario brit¨¢nico ¡ªdejar que ¡°fascismo y comunismo¡± se debilitasen mutuamente¡ª bien pueden servir para explicar parte de la negativa del Gobierno de Turqu¨ªa a implicarse m¨¢s en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico (EI).
Desde las primeras horas tras el atentado de este lunes contra un grupo de j¨®venes izquierdistas en la ciudad de Suru? ¡ªque ha dejado 32 muertos¡ª, todas las condenas de los dirigentes del Gobierno y del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) han ido acompa?ados de recordatorios de que el yihadista no es el ¨²nico terrorismo que golpea a Turqu¨ªa. Especial menci¨®n se ha hecho a las acciones armadas del ¡°separatismo¡± kurdo, aprovechando que tambi¨¦n el lunes un soldado muri¨® en un combate contra el grupo armado PKK, organizaci¨®n que mantiene estrechos lazos con la milicia kurdo-siria YPG y cuyos militantes, adem¨¢s de estar presentes en Turqu¨ªa, tambi¨¦n combaten contra el EI en Irak y Siria.
Medios cercanos al AKP, como el diario Sabah, llevan semanas alegando que las milicias kurdas ¡°son m¨¢s peligrosas que el Estado Isl¨¢mico¡±, y defendiendo la postura del Gobierno de no apoyar a quienes en Washington ya se considera que son ¡°las botas sobre el terreno¡± de la coalici¨®n para detener al yihadismo.
El problema es que en la guerra civil siria, al contrario que en la contienda espa?ola, no hay dos bandos claros, sino al menos cuatro, divididos adem¨¢s en infinidad de subgrupos en ocasiones enfrentados entre s¨ª: el r¨¦gimen de Bashar el Asad; las YPG kurdas; el Frente de la Conquista, que agrupa a rebeldes moderados e islamistas radicales y, finalmente, el Estado Isl¨¢mico. Y la posici¨®n de Ankara ha sido ir basculando entre unos grupos rebeldes y otros ¡ªhaciendo la vista gorda ante sus actividades en la propia Turqu¨ªa¡ª con el objetivo ¨²ltimo de provocar un cambio de r¨¦gimen en Siria.
De ah¨ª que varios partidos de la oposici¨®n, especialmente el pro-kurdo HDP, hayan acusado al Gobierno de haber permitido que Turqu¨ªa ¡°se convierta en base log¨ªstica del EI¡±, algo que el primer ministro, Ahmet Davutoglu, niega vehementemente: ¡°El AKP jam¨¢s ha apoyado a ninguna organizaci¨®n terrorista¡±.
Ibrahim ?evik, del think-tank T?RKSAM, justifica que el Ejecutivo turco tiene poco que hacer por la dificultad de vigilar una frontera muy porosa ¡°en la que act¨²an diversas organizaciones terroristas como el EI o el PKK¡±, empe?adas en ¡°llevar su lucha a territorio turco¡± y convertir el pa¨ªs en ¡°un nuevo L¨ªbano¡±.
¡°La intenci¨®n de Turqu¨ªa, al inicio del conflicto sirio, no era provocar el surgimiento de organizaciones como el EI, sino apoyar a islamistas moderados como los Hermanos Musulmanes, pensando que r¨¢pidamente llegar¨ªan al poder derrocando a Asad, como ocurri¨® en T¨²nez¡±, considera por su parte Hakan Yilmaz, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad del B¨®sforo: ¡°El problema es que, como todo en la vida, hay consecuencias inesperadas. Y Turqu¨ªa, en lugar de enmendar sus errores, ha seguido con su pol¨ªtica siria hasta el actual punto de no retorno¡±.
Sin embargo, en las ¨²ltimas semanas Ankara ha comenzado a actuar con mayor celo, reforzando la seguridad fronteriza y atacando las c¨¦lulas del EI en su territorio. Algo que se produce en coincidencia con dos hechos: la p¨¦rdida de la mayor¨ªa absoluta del AKP en las elecciones del 7 de junio ¡ªlo que le fuerza a buscar aliados entre una oposici¨®n contraria a su pol¨ªtica exterior¡ª y la visita de representantes estadounidenses a Ankara en un momento en que Washington exige m¨¢s de su aliado turco.
¡°El atentado de Suru? es una amenaza del EI al Gobierno para que no prosiga con sus redadas. Pero no queda otro remedio que cambiar la pol¨ªtica sobre Siria¡±, a?ade Yilmaz. De otro modo, ¡°Turqu¨ªa se pakistanizar¨¢¡±, sostiene el acad¨¦mico en referencia a la espuria relaci¨®n entre el Gobierno de Islamabad y los grupos yihadistas activos en el vecino Afganist¨¢n.
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