Venezuela endurece el control del mercado de alimentos
El chavismo busca centralizar la econom¨ªa, mientras la oposici¨®n denuncia que la medida aumentar¨¢ el precio de los productos
Una orden administrativa de la Superintendencia Nacional de Gesti¨®n Agroalimentaria busca llenar los anaqueles vac¨ªos de la red estatal. La medida es parte de la estrategia electoral que busca cerrar la brecha de cara a las elecciones parlamentarias de diciembre. La creaci¨®n de toda esa burocracia administrativa responde a la idea de garantizar lo que el chavismo llama ¡°la soberan¨ªa agroalimentaria¡± mediante la planificaci¨®n centralizada de la econom¨ªa. Economistas de la oposici¨®n aseguran que la medida har¨¢ que aumenten los precios de los productos.
Apremiado por el descontento de los venezolanos, el gobierno del presidente Nicol¨¢s Maduro est¨¢ tratando de evitar una derrota que le entregue el control del poder legislativo a la oposici¨®n el pr¨®ximo diciembre. La ¨²ltima decisi¨®n que busca restaurar la confianza perdida entre el electorado que le ha apoyado proviene de la Superintendencia Nacional de Gesti¨®n Agroalimentaria (SUNAGRO), que ha emitido una orden a las compa?¨ªas afiliadas a la C¨¢mara Venezolana de la industria de Alimentos (Cavidea) para que destinen un porcentaje de su producci¨®n de alimentos b¨¢sicos a los supermercados del Estado.
En lo sucesivo las presentaciones de leche, arroz, az¨²car, pasta, harina panadera, harina precocida de ma¨ªz y aceite ir¨¢n a parar a los vac¨ªos anaqueles de las redes estatales en un porcentaje que, seg¨²n la orden administrativa, oscila entre 30% y 100%. La medida supone el reforzamiento de los controles de una industria que ya es de las m¨¢s supervisadas por el gobierno. Desde hace varios a?os los alimentos b¨¢sicos no pueden movilizarse por el pa¨ªs sin la autorizaci¨®n del Sistema Integral de Control Agroalimentario (Sica), que vigila y controla mediante la emisi¨®n de una gu¨ªa de movilizaci¨®n d¨®nde se almacenan y hacia d¨®nde se distribuyen. Todos los transportistas deben tener ese documento a mano, que incluye adem¨¢s la ruta que siguen hasta su destino final, para salvar las f¨¦rreas inspecciones de las autoridades en su camino.
Ese modelo ya ha dado muestras de su agotamiento. El Estado, que cuenta con pocas divisas en efectivo para importar alimentos con el declive de los precios del petr¨®leo, no puede importar los insumos terminados que destina a las redes p¨²blicas, y pretende llenar los anaqueles con la producci¨®n privada.
M¨¢s restricciones
El modelo econ¨®mico defendido a capa y espada por el presidente Maduro se niega a entregar a la industria de alimentos los d¨®lares necesarios para que cancelen la deuda de 1.400 millones con sus proveedores, que les permitir¨ªa producir a plena capacidad.
Es de suponer que en los pr¨®ximos d¨ªas habr¨¢ menos disponibilidad de alimentos en las cadenas privadas, que son mayor¨ªa, y por lo tanto se incrementar¨¢n las largas filas frente a los supermercados privados. Cavidea asegura que en la red privada existen 113.859 establecimientos comerciales mientras que la red p¨²blica posee por 7.245 locales. Lo que ahora ocurre es lo contrario: largas filas frente a los locales regentados por el Estado y menores aglomeraciones de clientes en los supermercados privados. Pero en una entrevista concedida al diario local 2001 el ministro de Alimentaci¨®n, Carlos Osorio, neg¨® que la decisi¨®n pretenda favorecer a una red sobre otra. A su juicio, se busca una ¡°distribuci¨®n equilibrada¡± de los alimentos, de acuerdo con la capacidad y niveles de consumo de las regiones.
Los economistas vinculados con la oposici¨®n han asegurado que con esa decisi¨®n se van a encarecer a¨²n m¨¢s los productos. A falta de cifras oficiales que la confirmen, Venezuela est¨¢ inmersa en un proceso que camina hacia la hiperinflaci¨®n por la insistencia de Maduro en aferrarse a la hoja de ruta trazada por su antecesor Hugo Ch¨¢vez en su programa de gobierno llamado Plan de la Patria.
Esta medida supone adem¨¢s un intento por tratar de salvar la desventaja que el oficialismo tiene en las encuestas. El pr¨®ximo mes de diciembre se elegir¨¢n a 165 nuevos diputados y todo hace suponer, si se mantienen las cifras actuales, que por primera vez en 16 a?os el r¨¦gimen perder¨¢ el control de uno de los poderes p¨²blicos.
La guerra econ¨®mica
El economista espa?ol Alfredo Serrano, vinculado a Podemos, es el nuevo asesor del presidente Nicol¨¢s Maduro en temas econ¨®micos. Ese nombramiento confirma la intenci¨®n de Maduro profundizar el experimento de socialismo real en Venezuela, y de no acudir a los organismos multilaterales en busca de auxilio financiero. El diario El Nacional asegura que Serrano s¨ª cree en el concepto de la "guerra econ¨®mica" que explica, en la narrativa del chavismo, que la escasez y el desabastecimiento son consecuencia del modo de relacionarse que tiene la clase empresarial con el gobierno.
Para producir en ¨¦pocas de control de cambio el Estado entrega a los empresarios d¨®lares subsidiados para que importen materia prima o productos que luego ofrecen al detal. Para reponer esa mercanc¨ªa el empresariado calcula sus costos de reposici¨®n a la cotizaci¨®n del mercado negro. La diferencia entre un valor y otro genera ganancias r¨¢pidas que ning¨²n otro negocio puede dar.
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