El Papa hace de la cruzada verde la clave del pontificado
Bergoglio convierte la ecolog¨ªa en el elemento que condensa sus preocupaciones sociales
Tal vez la m¨¢s atinada definici¨®n del papa Francisco fue acu?ada esta misma semana en Roma por Bill de Blasio, el alcalde de Nueva York: ¡°Es un l¨ªder que no hab¨ªamos visto antes¡±. Y ese l¨ªder ha decidido convertir la defensa del medio ambiente en la columna vertebral de su pontificado. Lo est¨¢ haciendo de una forma pr¨¢ctica, con la vehemencia de quien est¨¢ convencido de que cada atentado contra el planeta explota en el rostro de los m¨¢s d¨¦biles.
No hay m¨¢s que fijarse en la agenda de Jorge Mario Bergoglio desde el 18 de junio. Aquel d¨ªa se public¨® la enc¨ªclica Laudato si: 200 explosivas p¨¢ginas en las que el jefe de la Iglesia cat¨®lica vincula el cambio clim¨¢tico con la pobreza y la explotaci¨®n, acusa a las grandes compa?¨ªas y a los gobernantes de los pa¨ªses m¨¢s poderosos del ¡°uso desproporcionado de los recursos naturales¡± y propone un cambio radical de estilo de vida para evitar que la Tierra se siga convirtiendo en ¡°un inmenso dep¨®sito de porquer¨ªa¡±.
A continuaci¨®n, el Papa viaj¨® a tres pa¨ªses de Latinoam¨¦rica ¡ªEcuador, Bolivia y Paraguay¡ª y volvi¨® a denunciar el agotamiento del actual sistema econ¨®mico mundial: ¡°Cuando el capital se convierte en ¨ªdolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioecon¨®mico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa com¨²n¡±. Y, para cerrar un c¨ªrculo de algo m¨¢s de un mes, reuni¨® ¡ªel pasado martes en el Vaticano¡ª a m¨¢s de 60 alcaldes, entre los que destacaban los de Nueva York, Par¨ªs, Bogot¨¢, Buenos Aires y Madrid, para implicarlos en su guerra contra el cambio clim¨¢tico y las nuevas formas de esclavitud. Su objetivo declarado es que los primeros resultados puedan verse en diciembre: ¡°Tengo mucha esperanza en la Cumbre de Par¨ªs, que se logre alg¨²n acuerdo fundamental y b¨¢sico¡±.
La clave de la actuaci¨®n expeditiva del papa Francisco aparece, escrita entre l¨ªneas, en las primeras p¨¢ginas de la enc¨ªclica. Bergoglio rinde tributo a sus antecesores al se?alar que Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI ya mostraron su preocupaci¨®n, en distintos momentos de sus respectivos pontificados, por la situaci¨®n del planeta. Pero, al hacerlo, deja tambi¨¦n constancia de que aquellas palabras se quedaron en nada, esto es, de que ya pas¨® el tiempo de las palabras solas. La p¨¢gina 13 de la enc¨ªclica es un verdadero toque a rebato: ¡°Hago una invitaci¨®n urgente a un nuevo di¨¢logo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversaci¨®n que nos una a todos, porque el desaf¨ªo ambiental que vivimos, y sus ra¨ªces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. El movimiento ecol¨®gico mundial ya ha recorrido un largo y rico camino, y ha generado numerosas agrupaciones ciudadanas que ayudaron a la concienciaci¨®n. Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no solo por el rechazo de los poderosos, sino tambi¨¦n por la falta de inter¨¦s de los dem¨¢s. Necesitamos una solidaridad universal nueva¡±. No se trata del p¨¢rrafo m¨¢s impactante, pero tal vez s¨ª sea uno de los m¨¢s importantes.
Bergoglio habla ah¨ª de lo ¡°urgente¡± de la cuesti¨®n, reconoce la labor del ¡°movimiento ecol¨®gico¡± ¡ªtan denostado tantas veces¡ª y tira de las orejas a sus propias huestes acus¨¢ndolas de ¡°negaci¨®n¡± o ¡°indiferencia¡±. Si los anteriores papas eran expertos en el g¨¦nero divino, el argentino tiene calado al g¨¦nero humano.
De ah¨ª que, en las v¨ªsperas de que los alcaldes de medio mundo se re¨²nan en el Vaticano para discutir sobre el cambio clim¨¢tico, el papa Francisco env¨ªa un mensaje manuscrito al organizador del encuentro, monse?or Marcelo S¨¢nchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, y le pide que se hable tambi¨¦n de las nuevas formas de esclavitud. S¨¢nchez Sorondo explica por qu¨¦: ¡°Los dos problemas, como deja claro el Papa en la enc¨ªclica, est¨¢n relacionados. La exclusi¨®n est¨¢ ligada al problema del clima y est¨¢ ligada al problema de la trata de personas. El maltrato del planeta genera pobreza y en muchas ocasiones obliga a la gente a que se venda a cambio de un trabajo, el que sea, para dar de comer a los suyos¡±.
Frente al Papa, el alcalde de Nueva York dice sentirse impresionado. De Blasio llama a Bergoglio ¡°la m¨¢s alta autoridad moral¡± y acepta su reto: ¡°El Papa tiene raz¨®n cuando dice que nuestro actual sentido de practicidad est¨¢ cavando nuestras tumbas. La cumbre del clima puede constituir nuestra ¨²ltima y mejor esperanza¡±. El alcalde de Roma, de centroizquierda, asiente. Ignazio Marino, cercado por una organizaci¨®n mafiosa que lleva a?os saqueando la capital de Italia, se agarra al mensaje de Bergoglio: ¡°Este Papa no habla de cosas invisibles, sino de problemas reales que nos conciernen a todos. Lo hemos visto en la ciudad de Roma. Pol¨ªticos y funcionarios corruptos se han estado aprovechando de los inmigrantes para enriquecerse. Les han puesto un precio, los han visto como mercanc¨ªa, no como personas¡±.
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