Los voluntarios armados de Ucrania se resisten a someterse al Estado
Los veteranos fogueados en el frente tienen poco respeto por los l¨ªderes pol¨ªticos
Los dirigentes de Ucrania tratan de someter a los batallones de voluntarios, que han sido clave en la lucha contra los insurgentes apoyados por Rusia. La tarea se plantea complicada, pues los veteranos, fogueados en el frente, tienen poco respeto por los l¨ªderes pol¨ªticos, a los que ven como incapaces de realizar reformas radicales. En abril hab¨ªa 40 batallones de voluntarios integrados por 25.000 personas, seg¨²n calculaba el periodista Vladislav Bul¨¢tchik en ostrov.org. La mayor¨ªa de estos grupos de diversa ideolog¨ªa se formaron en el Maid¨¢n (la revuelta que hizo huir al presidente V¨ªctor Yanuk¨®vich en febrero de 2014). Algunos batallones casi llegaron a ser ej¨¦rcitos privados, como el Dneper 1, financiado por Igor Kolomoiski, oligarca y exgobernador de Dnepropetrovsk.
En oto?o, Ucrania comenz¨® a poner orden en las unidades de voluntarios y les dio a elegir entre subordinarse al ministerio de Defensa, al de Interior o a la Guardia Nacional (fundada en marzo de 2014). La mayor¨ªa encontr¨® su encaje, pero algunos se resisten a¨²n a la disciplina que Kiev pretende imponerles.
Ucrania est¨¢ inundada de armas. El 11 de julio en Muk¨¢chevo, una localidad de los C¨¢rpatos, milicianos del Sector de Derechas (SD) se enfrentaron a tiros con la escolta de un diputado local y la polic¨ªa. Tres muertos, varios heridos y varios milicianos fugitivos (que el SD se niega a entregar) fueron el balance de este caso es considerado un episodio de la pugna por controlar el contrabando en la frontera con Eslovaquia y Hungr¨ªa. El SD, una organizaci¨®n nacionalista radical con un componente pol¨ªtico y otro militar, se resiste a disolverse en las estructuras defensivas del Estado. Su l¨ªder, Dmitri Y¨¢rosh, logr¨® algo m¨¢s del 2% en las presidenciales de 2014.
Para poner orden, Kiev mand¨® como gobernador a los C¨¢rpatos a Guennadi Moskal, el general de la polic¨ªa, que antes fue gobernador de Lugansk, la provincia oriental que, como Donetsk, est¨¢ bajo control parcial de los secesionistas.
Precisamente en el frente de Lugansk se niegan a abandonar sus posiciones de primera l¨ªnea los combatientes del batall¨®n de voluntarios Aidar, al que Moskal acus¨® en primavera de robos y asaltos. Tambi¨¦n Amnist¨ªa Internacional involucr¨® a Aidar en secuestros, detenciones ilegales, malos tratos, robo, extorsi¨®n y posibles ejecuciones de prisioneros. El primer comandante del batall¨®n, Andr¨¦i Melnichuk, diputado de la Rada Suprema (parlamento estatal) desde octubre, ser¨¢ juzgado de cargos como secuestro y asalto tras ser privado de su inmunidad por la c¨¢mara. Al mando de Aidar, lo reemplaz¨® un militar, pero parte de la formaci¨®n¡ªhoy el ¡°batall¨®n de asalto n¨²mero 24¡± del ministerio de Defensa¡ªdesacat¨® la orden de retirarse del frente.
Los milicianos reconocen haber ocultado armas (incluido un carro blindado) para que no les fueran requisadas
En la segunda mitad de julio, esta corresponsal convers¨® con tres combatientes de Aidar en Artemovsk, en la provincia de Donetsk. P¨¢vel, Igor y Volodymir iban en traje de camuflaje y no abandonaron sus ametralladoras durante nuestra cita en una terraza de la localidad controlada por Kiev. Los voluntarios dijeron temer que el frente se hiciera ¡°vulnerable¡± si pasaban a la retaguardia. ¡°No estamos por la soluci¨®n militar, pero entendemos que algunos problemas de la paz se resuelven con la guerra y seguimos luchando por nuestra independencia, como en el Maid¨¢n¡±, afirmaba P¨¢vel, un oriundo de Donetsk. ¡°Podemos vencer si nos equipan¡±, a?ad¨ªa.
Los voluntarios fueron los primeros en organizarse y oponer resistencia ¡°a las unidades militares entrenadas y equipadas por Rusia enviadas a Donb¨¢s a principios de abril de 2014¡±, explicaba P¨¢vel y recordaba que, por entonces, Alexander Turch¨ªnov, el presidente interino de Ucrania, se negaba a movilizar y a armar a los voluntarios del Maid¨¢n.
¡°Rusia equip¨® y entren¨® a los miembros de los BERKUT, las fuerzas de intervenci¨®n especial [de Ucrania] y a los polic¨ªas que huyeron desde Kiev a Crimea. Los rusos formaron dos batallones en la antigua base de infanter¨ªa de Marina de Ucrania, en Kerch, y los mandaron a Donb¨¢s [la regi¨®n carbon¨ªfera formada por Donetsk y Lugansk], donde a principios de abril ya funcionaba un grupo especial ruso que se hac¨ªa pasar por una milicia popular¡±, manifest¨® P¨¢vel. ¡°Hartos de esperar en vano a que nos movilizaran, formamos nuestros propios batallones¡±, sentenci¨®.
En 2014 los voluntarios fueron los primeros en organizarse y oponer resistencia a los secesionistas en el Donb¨¢s
Aidar se ha apoyado en los activistas civiles que le han regalado alimentos, equipo, visores nocturnos, chalecos y mirillas, pero esta generosidad se resiente de la crisis econ¨®mica, seg¨²n explic¨® ?gor. ¡°El ministerio de Defensa nos trata como a perros callejeros a los que alimenta de vez en cuando¡±, comparaba P¨¢vel. ¡°Cuando nos necesitan, vienen a pedirnos ayuda, pero cuando arrebatamos armas a los separatistas, los del Servicio de Seguridad (SBU) nos las confiscan y los fiscales vienen explicarnos que las armas deben permanecer guardadas incluso en primera l¨ªnea de frente, y que, si nos disparan, debemos solicitar los fusiles en el almac¨¦n y firmar un recibo¡±. Los voluntarios reconocen haber ocultado armas (incluido un carro blindado) para que no les fueran requisadas. ¡°Para darnos armas viejas exigen tanto papeleo que es mejor arrebat¨¢rselas al enemigo. Durante veinte a?os los arsenales han sido saqueados y nadie lo not¨® y ahora nos dicen que robamos municiones¡±, se?alaba ?gor.
El batall¨®n Aidar tiene m¨¢s de 1.000 personas, aseguran los combatientes, seg¨²n los cuales el ministerio de Defensa se demora en pagar los sueldos (el equivalente de algo m¨¢s de 200 euros al mes para un soldado raso) y no les concede las prestaciones de los soldados regulares. El ministerio de Defensa exige rendir cuentas de las armas disponibles antes de autorizar la transferencia del equipo, seg¨²n contaba Rambo, un veterano de Aidar, en Kiev. El combatiente, que prefer¨ªa no identificarse, mostraba la foto de los camiones desfondados que le fueron entregados y se re¨ªa ante el v¨ªdeo de tres carros blindados, uno de los cuales arremet¨ªa contra los otros para hacerlos arrancar.
Los combatientes denunciaban la situaci¨®n de inv¨¢lidos y lisiados.¡°No quieren expedir certificados de que nuestros chicos fueron heridos en el frente¡±, dice Volodymir. ¡°De forma artificial rebajan el n¨²mero de bajas, porque ¨¦stas dan mala imagen y el presidente Poroshenko quiere mostrar que su plan de paz da resultado, aunque los acuerdos de Minsk han costado muchas vidas¡±, afirmaba P¨¢vel.
De forma intermitente, los voluntarios van a Kiev a protestar ante las sedes de la Administraci¨®n, pero hasta ahora no tienen el poder de convocatoria para el nuevo Maid¨¢n con el que amenazan a los pol¨ªticos.
Ignorados defensores de la patria
La indiferencia administrativa afecta a los voluntarios ca¨ªdos por Ucrania. En octubre, el doctor Sergu¨¦i Gorbenko perdi¨® a su hijo de 19 a?os. Sviatoslav fue mortalmente herido en el aeropuerto de Donetsk, adonde lleg¨® tras alistarse en secreto en el Sector de Derechas. Un acta de defunci¨®n certifica la muerte de Sviatoslav, pero la ley vigente no permite registrarlo post mortem como ca¨ªdo por la patria, lo que priva a su familia de las prestaciones y el reconocimiento que le corresponder¨ªan de haber sido el hijo un soldado regular, seg¨²n explica el doctor. "Si Sviatoslav no muri¨® en la guerra, entonces es que me lo asesinaron", dice Gorbenko en Kiev, donde reside. El m¨¦dico, que atendi¨® a los heridos en el Maid¨¢n de Kiev, se siente humillado por la burocracia y por la hipopocres¨ªa. Los l¨ªderes del Estado gustan de fotografiarse repartiendo medallas, pero no protegen a sus defensores, se?ala.
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