El dif¨ªcil camino de los consensos
Colombia se juega su destino en los pr¨®ximos meses y, si quiere alcanzar la paz satisfactoria, deber¨¢ contar con todos los partidos
Cada d¨ªa son m¨¢s las voces que plantean que en estos meses, los pr¨®ximos tres o cuatro, nos estamos jugando el destino de Colombia. Es frecuente o¨ªr que no es aceptable rechazar ninguna propuesta que conduzca a poner fin a 50 a?os de conflicto y que todo lo que se haga es insuficiente. Cierto es que el presidente Juan Manuel Santos tiene la responsabilidad de buscar la paz y el mandato para hacerlo pero tambi¨¦n es cierto que las herramientas constitucionales para refrendar los acuerdos a los que se llegue con las FARC y su implementaci¨®n deben contar con el concurso de los partidos pol¨ªticos, incluidos y especialmente los de oposici¨®n.
En la mesa de La Habana es necesario acordar el sistema o modelo de justicia transicional que satisfaga a la gran mayor¨ªa de los sectores de la sociedad. Oposici¨®n y ciudadanos, los otros actores sin los cuales no ser¨¢ posible el fin del conflicto.?
El pa¨ªs debe recordar que el proceso de desmovilizaci¨®n paramilitar dej¨® enormes frustraciones precisamente porque se hizo a espaldas de la gente o frente a quienes prefer¨ªan no ver ni o¨ªr a los opositores, involucrando solo a los c¨®mplices, con las consecuencias que hoy conocemos y que son a¨²n m¨¢s profundas que la proliferaci¨®n de bandas criminales dedicadas ahora a la miner¨ªa y al micro tr¨¢fico.
Hasta la misma Corte Suprema en su momento dijo que los paramilitares no pod¨ªan recibir beneficios pol¨ªticos, ni indultos ni amnist¨ªas para sus desmovilizados. Este proceso parece tener ya la bendici¨®n de los jueces y el Papa Francisco y ya est¨¢ claro que con las FARC no habr¨¢ amnist¨ªas como tampoco piyamas de rayas ni barrotes, pero sigue siendo incierto a¨²n el mecanismo para acordar los m¨ªnimos de justicia, los tiempos de la concentraci¨®n y los lugares de la misma.
Hace bien el presidente en adelantarse a analizar los mecanismos constitucionales para implementar el buscado acuerdo con las FARC en La Habana, y aunque se difiera de la forma c¨®mo plantea ciertas ideas, algunos dicen que lanza globos a ver que tantos disparos recibe. Es importante que todos los colombianos discutan, debatan. Este proceso le ata?e a todos. Y no deben importar las diferencias de opiniones. Colombia se dividi¨® por la propuesta de una comisi¨®n legislativa especial, o Congresito, esa extra?a figura que anunci¨® el presidente Santos como alternativa para darle soporte legislativo a lo que pueda acordarse con las FARC. Ya la hab¨ªa propuesto incluso el mismo ex presidente Alvaro Uribe en diciembre de 2014 a prop¨®sito de una carta de quien fue su comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, hoy en el exilio.
Lo que se busca es crear un cuerpo legislativo que tramite las leyes relacionadas con justicia, desarrollo rural, participaci¨®n en pol¨ªtica o erradicaci¨®n del narcotr¨¢fico y dem¨¢s que surgieran de La Habana y que ese cuerpo est¨¦ integrado por los miembros de las comisiones constitucionales del Congreso, los actuales negociadores en Cuba y principalmente las FARC. Y aqu¨ª es donde est¨¢ uno de los principales temores expresados en el sentido en que podr¨ªa estarse buscando la habilitaci¨®n autom¨¢tica para que los guerrilleros de las FARC participen en pol¨ªtica.
Otra de las desconfianzas que despierta la reci¨¦n retirada propuesta, es que el Congresito termine sustituyendo temporalmente las funciones del Congreso e incluso sirva de excusa para saltarse la refrendaci¨®n popular de los acuerdos. Ya Colombia vivi¨® la experiencia de un Congresito en 1991 creado por Constituyente y ante las normas que requer¨ªa el entonces presidente Cesar Gaviria para gobernar.
El debate apenas empieza porque otra figura que ha sido analizada insuficientemente fue la propuesta, tambi¨¦n por el expresidente Gaviria, para darle facultades extraordinarias a Santos. Lo cierto es que el ambiente no parece ir en la misma direcci¨®n de construcci¨®n de consensos para que estas discusiones puedan arrojar luces. Mientras el presidente Santos lanza sus planteamientos, desde la otra orilla, el ex presidente Uribe convoca marchas contra el proceso y denuncia v¨ªa twitter que el gobierno miente para esconder los actos criminales de las FARC.?
Y en la mitad, los ciudadanos, muchos de ellos campesinos, que seg¨²n el ¨²ltimo censo nacional agropecuario en Colombia, hoy tienen menos tierra que antes, son a¨²n m¨¢s pobres. Esa brecha es la que hay que cerrar para lograr consensos aqu¨ª y en La Habana. Colombia tiene un programa para devolver las tierras de las que fueron desplazados m¨¢s de 6 millones de colombianos.?
Los consensos no significan unanimismo. De unanimismos s¨¢lvenos la democracia. Los consensos solo requieren voluntad pol¨ªtica y Colombia los necesita sobre todo para atender aqu¨ª y ahora las asimetr¨ªas de un desarrollo que nos obliga a reconocernos como ciudadanos de un solo pa¨ªs que en el Choc¨® tiene miles de habitantes sin servicios b¨¢sicos y de otra Colombia que crece por encima de los indicadores de Am¨¦rica Latina.
Diana Calder¨®n es Directora de Informativos y Hora 20 de Caracol Radio Colombia. @dianacalderonf
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