Los psic¨®logos de Estados Unidos se disculpan por avalar torturas
La principal asociaci¨®n proh¨ªbe a sus miembros participar en interrogatorios en el extranjero a sospechosos de terrorismo
Estados Unidos todav¨ªa arrastra las heridas de los a?os oscuros tras los atentados del 11-S. Los abusos en aras de la llamada guerra contra el terrorismo en un clima de miedo a un nuevo atentado propician ahora ex¨¢menes de conciencia. Catorce a?os despu¨¦s de los ataques y tras negarlo reiteradamente, la Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa (APA, por sus siglas en ingl¨¦s), la mayor del sector, ha admitido que ocult¨® su apoyo a los controvertidos programas de interrogaci¨®n a sospechosos de terrorismo llevados a cabo por la CIA y el Ej¨¦rcito estadounidense.
Los psic¨®logos dieron legitimidad a las torturas aplicadas contra los detenidos, como el ahogamiento simulado o la privaci¨®n del sue?o. Su aval fue clave para que el Gobierno de George W. Bush justificara como l¨ªcitas y legales (al estar supervisadas por profesionales m¨¦dicos) las llamadas t¨¦cnicas reforzadas de interrogaci¨®n autorizadas tras los atentados de 2001 y prohibidas por el presidente Barack Obama al llegar a la Casa Blanca en 2009.
Fruto de intereses y fidelidades laborales, la c¨²pula de la APA ¡°coludi¨®¡± con el Gobierno Bush para garantizar que las reglas ¨¦ticas de la asociaci¨®n no impidieran a sus psic¨®logos estar involucrados en el programa de interrogaci¨®n, que se desarrollaba en c¨¢rceles secretas de la CIA y prisiones militares, como la de Guant¨¢namo (Cuba).
El aval de los psic¨®logos fue clave para que el Gobierno de George W. Bush justificara como l¨ªcitas y legales las llamadas 't¨¦cnicas reforzadas de interrogaci¨®n'
Esa es la conclusi¨®n de un informe independiente solicitado por la APA el pasado noviembre tras la publicaci¨®n de un libro que detalla su contribuci¨®n a los abusos a detenidos. El informe, elaborado por David Hoffman, exfiscal general adjunto de EE UU, se difundi¨® a mediados de julio. Sus consecuencias han sido tajantes: la asociaci¨®n se ha disculpado, cuatro altos cargos se han marchado y la APA ha aprobado prohibir a sus 130.000 miembros participar en interrogatorios en el extranjero de detenidos de EE UU.
¡°Estamos profundamente trastornados por los hallazgos del informe y estamos determinados en solucionar los problemas¡±, se?ala en una entrevista telef¨®nica Susan McDaniel, la presidenta electa de la APA que lider¨® la asamblea del pasado 7 de agosto en que se aprob¨® la prohibici¨®n.
McDaniel ¡ªque nunca ha trabajado en interrogaciones¡ª afirm¨® desear que la investigaci¨®n se hubiese efectuado antes, pero evita dar cifras de psic¨®logos involucrados ni mirar al pasado. Promete una asociaci¨®n que cuente con la ¡°confianza p¨²blica¡±, pero admite que no ser¨¢ f¨¢cil revertir la mala imagen.
Portavoces del Departamento de Defensa y de la CIA consultados por este peri¨®dico declinaron hacer una valoraci¨®n del informe.
El Ej¨¦rcito estadounidense y la CIA no pueden entenderse sin la psicolog¨ªa. Los lazos son estrechos y no exentos de pol¨¦mica. Desde hace un siglo, los militares han usado el conocimiento psicol¨®gico para reclutar y ayudar a soldados, y analizar al enemigo. Durante sus 68 a?os de historia, la agencia de inteligencia ha recurrido a la psicolog¨ªa para conocer mejor la mente humana, ya sea con experimentos con LSD en los a?os sesenta para destapar mentiras o manuales sobre qu¨¦ tipo de dolor infligir en interrogatorios que se aplicaron, por ejemplo, en Centroam¨¦rica en los a?os ochenta.
Estamos profundamente trastornados por los hallazgos del informe y estamos determinados en solucionar los problemas¡± Susan McDaniel, presidenta electa de la?Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa
Tras el 11-S, dos psic¨®logos ¡ªque no eran miembros de la APA¡ª dirigieron el programa de torturas de la CIA. Seg¨²n un informe del Senado difundido en diciembre, ese programa no aport¨® informaci¨®n sobre sospechosos de terrorismo que no se pudiera haber obtenido por medios menos agresivos. La CIA y los defensores del programa esgrimen que el programa abort¨® ataques terroristas.
Stephen Soldz, director de la Escuela de Psicoan¨¢lisis de Boston y que lleva casi una d¨¦cada denunciando la contribuci¨®n de la APA a los interrogatorios, explica que esas t¨¦cnicas se basan en la llamada teor¨ªa de la indefensi¨®n aprendida desarrollada en los a?os sesenta por el psic¨®logo estadounidense Martin E. P. Seligman. Mediante experimentos con descargas de electrochoques a perros, Seligman determin¨® que llega un momento en que los perros se rinden.
La aplicaci¨®n de esa teor¨ªa a los interrogatorios, seg¨²n Soldz, alega que las torturas llevan a un ¡°momento en que el detenido pierde toda esperanza¡± y cede por completo a las peticiones de los interrogadores. ¡°Esa teor¨ªa cient¨ªfica les proporcion¨® una cobertura: ¡®No estamos torturando a gente, estamos haciendo lo que los expertos psic¨®logos dicen que es necesario para obtener informaci¨®n¡¯¡±, lamenta el psicoanalista, que public¨® en abril un informe con conclusiones similares al de Hoffman.
El documento del exfiscal adjunto apenas analiza el grado de participaci¨®n de psic¨®logos de la APA (se sabe que el director ¨¦tico entren¨® a interrogadores del Pent¨¢gono) en las agresivas t¨¦cnicas empleadas con los detenidos, calificadas como tortura por Obama. El informe se centra en el papel de la asociaci¨®n: suaviz¨® sus est¨¢ndares ¨¦ticos para permitir a sus psic¨®logos colaborar con la Administraci¨®n de Bush, lo que vulner¨® el principio profesional de no hacer da?o intencional a un paciente.
Desde hace d¨¦cadas, el Ej¨¦rcito estadounidense y la CIA mantienen una estrecha colaboraci¨®n con psic¨®logos
Con la nueva prohibici¨®n, la APA ha pedido al presidente Obama que retire a los psic¨®logos que participan actualmente en interrogatorios a sospechosos de terrorismo en Guant¨¢namo y otros lugares en el extranjero (como nav¨ªos militares).
El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, la ¨²nica organizaci¨®n independiente con acceso a Guant¨¢namo, denunci¨® en 2004 que los militares estadounidenses utilizaron intencionadamente coerci¨®n psicol¨®gica y f¨ªsica ¡°equivalente a tortura¡± contra los reos en la c¨¢rcel, abierta en 2002 en esa base estadounidense en Cuba. Tambi¨¦n revel¨® que los doctores en Guant¨¢namo comunicaban a los psic¨®logos que asesoraban a los interrogadores informaci¨®n sobre el estado mental de los presos y sus vulnerabilidades, por ejemplo determinadas fobias.
Tras la difusi¨®n del informe de Hoffman, la ONG M¨¦dicos para los Derechos Humanos ha reclamado ¡ªseg¨²n explica su analista Sarah Dougherty¡ª al Departamento de Justicia que inicie una investigaci¨®n delictiva contra la APA por su ¡°papel deliberado en garantizar¡± que los psic¨®logos pudieran participar en los abusos. Hasta ahora, sin embargo, el Gobierno de Obama no ha perseguido judicialmente ninguna de esas acusaciones de tortura.
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