Merkel sufre una rebeli¨®n en sus filas al aprobar el rescate a Grecia
El Parlamento alem¨¢n da luz verde a la ayuda al pa¨ªs heleno El debate escenifica la divisi¨®n en las filas de los democristianos
El nuevo acuerdo europeo de salvamento financiero para Grecia se abri¨® este mi¨¦rcoles paso en Berl¨ªn, una plaza especialmente ¨¢spera para saludar el que ya es el tercer plan de rescate, despu¨¦s de dos sonoros fracasos. Aunque la canciller Angela Merkel, que no intervino en la sesi¨®n, sufri¨® la mayor rebeli¨®n en sus filas, el Parlamento alem¨¢n dio luz verde. Pero no hay a¨²n bendici¨®n en Washington: el FMI no pondr¨¢ un d¨®lar m¨¢s sin un plan de alivio de la monta?a de deuda griega, m¨¢s de 300.000 millones de euros que equivalen al 90% de su PIB.
El plan para Grecia, de 86.000 millones de euros, fue aprobado holgadamente en el Bundestag gracias al apoyo casi incondicional de los diputados socialdem¨®cratas y de los Verdes. Alemania aporta un 27%, unos 17.000 millones. Pero la votaci¨®n volvi¨® a reflejar que en las filas del grupo parlamentario democristiano, el de Angela Merkel, existe un n¨²mero considerable de rebeldes que no est¨¢n dispuestos a seguir apoyando la pol¨ªtica de la canciller respecto a Grecia. 63 diputados democristianos votaron en contra de la ayuda a Atenas (tres m¨¢s que hace un mes), tres se abstuvieron y 17 se ausentaron.
La amenaza latente de sus diputados convenci¨® a Merkel de adoptar una medida in¨¦dita. Por primera vez desde que el Parlamento alem¨¢n tiene la misi¨®n de aprobar las ayudas a Grecia, la canciller decidi¨® no intervenir para pedir el voto a los diputados y dej¨® en manos del ministro de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, la tarea de evitar una nueva y peligrosa revuelta en las filas del grupo parlamentario democratacristiano, que podr¨ªa haber causado grietas profundas en la autoridad de la canciller. Merkel no hizo uso de la palabra para evitar que su autoridad quedara cuestionada si la revuelta aumentaba. Al final, de los 584 diputados presentes en la sesi¨®n (de un total de 631) 453 votaron a favor, 113 en contra y 18 se abstuvieron.
Sch?uble, m¨¢ximo representante del sector duro del Eurogrupo y que lleg¨® a plantear una ¡°salida temporal¡± de Grecia del euro, defendi¨® este mi¨¦rcoles el plan de ayudas, bajo la condici¨®n de que los ajustes ¡°son irrenunciables¡± para seguir en la eurozona.
La incorporaci¨®n del FMI a este programa reforzar¨ªa su credibilidad y facilitar¨ªa las cosas a nivel interno en algunos pa¨ªses, como Alemania. Por ello, los l¨ªderes europeos han estado defendiendo en los ¨²ltimos d¨ªas su convencimiento en que el Fondo va formar parte del programa, pero la instituci¨®n de Washington reitera que no se unir¨¢ a esta nueva misi¨®n sin un plan que garantice la sostenibilidad de la deuda griega a largo plazo, un extremo que ahora cuestiona. La semana pasada la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, fue clara: el programa de reformas es un avance pero falta la pata del pasivo.
El ¡°alivio¡± de Atenas
La palabra ¡°alivio¡±, esa que no se cae del vocabulario de los pol¨ªticos a la hora de defender que Grecia pueda seguir pagando lo que debe, se puede traducir b¨¢sicamente de tres formas: transferencias (m¨¢s dinero para Grecia), quita (reducci¨®n de lo que se debe a los acreedores) o una extensi¨®n de los plazos de pago, que ya se acord¨® en el pasado. Las dos primeras son complicadas porque recaen exclusivamente sobre los contribuyentes europeos. La tercera es pol¨ªticamente m¨¢s asumible en la zona euro. Por eso Sch?uble insisti¨® en que los tratados europeos no permiten una quita de la deuda griega pero se mostr¨® a favor de buscar otras medidas que supongan un alivio de la deuda y ah¨ª podr¨ªa entrar el juego de los plazos.
El ministro alem¨¢n insisti¨® en que ¡°para el Gobierno es indispensable que el FMI siga participando¡±. ¡°No existe una garant¨ªa de que todo funcione bien y hay buenas razones para desconfiar y votar en contra¡±, se?al¨® tambi¨¦n durante su discurso, en una clara alusi¨®n a los disidentes de su partido. El Sch?uble de este mi¨¦rcoles opt¨® por un tono mucho m¨¢s conciliador que en la negociaci¨®n con Atenas: ¡°Ser¨ªa irresponsable no permitir un nuevo comienzo para Grecia¡±, advirti¨® especialmente a los suyos.
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