Israel teme otras huelgas de hambre de presos palestinos sin cargos
El recluso palestino recobra el conocimiento tras el coma que le fue inducido
La huelga de hambre de m¨¢s de dos meses de duraci¨®n del preso Mohamed Alan ha reabierto profundas divisiones en Israel, que teme una oleada de protestas entre los 340 palestinos que mantiene encarcelados sin juicio. Algunos de los ministros ultraconservadores del Gabinete de Benjam¨ªn Netanyahu han criticado al Tribunal Supremo por ¡°haber cedido al chantaje terrorista¡±.
El Alto Tribunal orden¨® la noche del mi¨¦rcoles suspender la orden de detenci¨®n administrativa que pesaba sobre Alan desde noviembre, ya que en su estado actual, tras negarse a ingerir alimentos desde el pasado 16 de junio, no supone una amenaza para la seguridad del Estado. Pero tambi¨¦n pidi¨® que permanezca como paciente en el mismo hospital de Ashkelon (sur del pa¨ªs) donde se hallaba ingresado como preso para observar su evoluci¨®n: si se demuestra que el da?o neurol¨®gico que ha sufrido es irreversible, quedar¨¢ definitivamente en libertad. Si se recupera, volver¨¢ a activarse su detenci¨®n administrativa, una forma de privaci¨®n de libertad sin necesidad de presentar cargos ni de intervenci¨®n judicial y que puede prorrogarse indefinidamente cada seis meses.
El abogado Alan, de 31 a?os y militante de la Yihad Isl¨¢mica en Nabl¨²s (Cisjordania), ha vuelto a recuperar este jueves el conocimiento tras el coma que le fue inducido la v¨ªspera por los m¨¦dicos ante el grave estado que presentaba. Los responsables del centro sanitario precisaron que el paciente sigue estando muy debilitado.
En previsi¨®n de que el progresivo deterioro de la salud de Alan tras 66 d¨ªas de huelga de hambre pueda costarle la vida, y de que la Yihad Isl¨¢mica cumpla su amenaza de atacar a Israel, el Ej¨¦rcito ha desplegado este jueves una bater¨ªa antimisiles del sistema C¨²pula de Hierro en la ciudad de Ashdod, situada tambi¨¦n en la costa mediterr¨¢nea del sur de Israel y al alcance de los cohetes de las milicias palestinas lanzados desde Gaza. Los servicios de seguridad israel¨ªes temen que se desate la violencia en el territorio palestino ocupado de Cisjordania y se desencadenen ataques desde la Franja.
Desde los sectores m¨¢s conservadores de Israel la decisi¨®n judicial de suspender la detenci¨®n del preso ha sido vista como una cesi¨®n ante las presiones palestinas. ¡°El Supremo se ha rendido ante el chantaje del terrorista Mohamed Alan, en lugar de aplicar la ley que permite la alimentaci¨®n forzada¡±, afirm¨® la ministra de Cultura, Miri Regev, en su cuenta de Twitter, en referencia a la ley aprobada el pasado mes de julio que autoriza a los m¨¦dicos a alimentar a los presos en huelga de hambre cuando su vida corra peligro. Regev pertenece al Likud, el partido de Netanyahu, y fue miembro de las Fuerzas Armadas de Israel, donde alcanz¨® el grado de general. ¡°La decisi¨®n del Supremo abre la v¨ªa a la excarcelaci¨®n de cientos de presos que pueden seguir el ejemplo de Alan¡±, precis¨®. Regev, cuya pol¨ªtica de recorte de subvenciones en funci¨®n del sesgo ideol¨®gico de artistas y creadores le ha granjeado el rechazo del mundo de la cultura israel¨ª. El ministro del Interior, Gilad Erdan, tambi¨¦n critic¨® la ¡°capitulaci¨®n¡± que a su juicio ha supuesto la resoluci¨®n del Alto Tribunal, ya que supone ¡°un arma para extorsionar a Israel¡±. Erdan arremeti¨® adem¨¢s contra el Colegio de M¨¦dicos israel¨ª por pedir a los facultativos que se negaran a acatar la ley de alimentaci¨®n forzada.
En una opini¨®n compartida por la sociedad palestina, Sahar Francis, directora de Addameer, una ONG de defensa de los presos, denuncia que la controversia actual se deriva de la grave violaci¨®n de derechos que suponen las detenciones administrativas: ¡°A Mohamed Alan se le acusa de terrorismo, pero no se conocen las acusaciones concretas que pesan sobre ¨¦l¡ y no puede defenderse¡±. Francis, cuya organizaci¨®n tiene su sede en Jerusal¨¦n Este, tambi¨¦n ve contradicciones entre la oferta que hizo la fiscal¨ªa de ponerle en libertad en noviembre, cuando vence su actual plazo de detenci¨®n, y la resoluci¨®n del Supremo, que solo levanta temporalmente su arresto y no ha tenido en cuenta los graves da?os que ha sufrido durante la larga huelga de hambre. Las organizaciones palestinas tambi¨¦n creen que el Supremo ha tardado demasiado tiempo en abordar el caso de Alan, lo que puede haber deteriorado irremediablemente su salud.
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