Trump atrae con un c¨®ctel de ¨¦xito, dinero y ret¨®rica agresiva
Los seguidores del magnate de Nueva York explican las claves de su ascenso en la campa?a republicana de 2016
Gusta porque habla claro y sin miedo a ofender. Porque es tan rico que no debe nada a nadie. Si sus negocios inmobiliarios aseguran la prosperidad para sus hijos, nietos y bisnietos, ?por qu¨¦ no puede lograrlo para todo Estados Unidos? Donald Trump, de 69 a?os, ha puesto patas arriba la pol¨ªtica norteamericana con ataques a los inmigrantes y una campa?a que oscila entre la comedia bufa y el patrioterismo populista. El magnate neoyorquino, que encabeza los sondeos a la nominaci¨®n del Partido Republicano a las presidenciales de 2016, congrega en sus m¨ªtines a miles de seguidores y curiosos.
El circo Trump desembarc¨® esta semana en Derry, un pueblo en New Hampshire. Este Estado del noreste de EE UU, de 1,3 millones de habitantes, ser¨¢, con Iowa, el escenario de la pol¨ªtica norteamericana en los pr¨®ximos cinco meses. Iowa y New Hampshire abrir¨¢n en febrero de 2016 el baile de las asambleas electivas (caucus) y elecciones primarias que deciden la nominaci¨®n en ambos partidos, el republicano y el dem¨®crata, para suceder al presidente saliente, Barack Obama.
Un espect¨¢culo que atrae a m¨¢s periodistas y multitudes de los que algunos de sus adversarios pueden so?ar. Pero el showman sabe tocar teclas sensibles en el electorado conservador, y no s¨®lo el conservador.
¡°Donald Trump ha construido un gran imperio. Es lo que necesitas para dirigir este pa¨ªs: alguien que sepa organizar y obtenga resultados¡±, dec¨ªa unas horas antes del mitin David Aucoin, un camionero jubilado de 72 a?os. Aucoin vot¨® a Obama en 2008. Ahora piensa en votar a Trump.
¡°No necesito el dinero de nadie¡±, dice Trump en el mitin, mientras sus rivales cortejan a donantes para sus campa?as.
En las elecciones primarias de 2012, Dana Webster, un panadero reci¨¦n jubilado, vot¨® a Mitt Romney, el exgobernador de Massachusetts que perdi¨® en las presidenciales ante Obama. En una escuela en Derry Webster espera que comience el mitin. ¡°Trump tiene huevos. Romney los ten¨ªa de periquito¡±, dice. El lenguaje de la trumpam¨ªa es crudo.
¡°?Alguna vez ha fracasado?¡±, le pregunta a Trump una periodista. ¡°No mucho¡±.
Trump habla de s¨ª mismo en tercera persona. No rehuye ninguna pregunta. A veces parece una parodia de las campa?as tradicionales. Un infiltrado en el Partido Republicano para impedir que uno de sus filas regrese a la Casa Blanca. Pero sus posiciones en inmigraci¨®n no est¨¢n tan alejadas de las de otros republicanos.
Una ideolog¨ªa difusa
Trump denuncia que M¨¦xico env¨ªa criminales a EE UU. Promete que obligar¨¢ al pa¨ªs a construir un muro, ¡°el mayor que jam¨¢s hayan visto, y tendr¨¢ un gran aspecto¡±. ¡°Si lo llaman el Muro Trump, tiene que ser bonito¡±. Promueve la deportaci¨®n de los cerca de 11 millones de inmigrantes sin papeles que ahora viven en EE UU.
¡°Lo siento, pero este es nuestro pa¨ªs¡±, dice el panadero Webster. ¡°Mientras [los sin papeles] est¨¢n aqu¨ª, reciben subsidios sociales, vivienda, ayuda m¨¦dica, y nuestros soldados, que regresan de ultramar, viven en la calle¡±. El mitin de Trump en New Hampshire coincidi¨® con otro de Jeb Bush. Al del exgobernador de Florida, favorito del establishment, asistieron centenares de personas; al de Trump, unos mil. Bush ¡°es una persona con un nivel de energ¨ªa bajo¡±, sentenci¨® Trump.
Desde que anunci¨® su candidatura en junio, Trump ha ofendido a los latinos con sus ideas sobre la inmigraci¨®n, a las mujeres con su ret¨®rica mis¨®gina y al senador John McCain, h¨¦roe de Vietnam
¡°Trump desconoce la palabra pol¨ªticamente correcto¡±, dice otro camionero, Ken Brand, jubilado a los 56 a?os por una lesi¨®n en la pierna. ¡°Habla directo. Dispara directo. Y no teme decir lo que, desde hace a?os, todo el mundo est¨¢ pensando en este pa¨ªs¡±.
¡ª?De qu¨¦ se trata?
¡ªEchar a todos los ilegales. Recuperar este pa¨ªs.
Y a?ade: ¡°No tendr¨¢ miedo a nadie. No recibir¨¢ dinero de nadie: financiar¨¢ ¨¦l su propia campa?a, as¨ª no deber¨¢ nada a nadie¡±.
Otra clave de la campa?a de Trump: la defensa de los trabajadores de EE UU ante las deslocalizaciones industriales.
Trump es la ¨²ltima expresi¨®n del populismo conservador en EE UU, pero a diferencia del Tea Party, el movimiento que articul¨® la oposici¨®n m¨¢s dura a Obama, sus contornos ideol¨®gicos son difusos. Mezcla el aura de empresario de ¨¦xito de Berlusconi con los tonos xen¨®fobos de Le Pen y el chovinismo de Putin.
Renia Radziszewski, de 34 a?os, viv¨ªa en Florida hasta que hace ocho a?os, al estallar la Gran Recesi¨®n, emigr¨® a New Hampshire. Trabaja de administradora en una escuela. ¡°Pesco y cazo. Tengo pistola. Soy madre soltera. He sido propietaria de una empresa. Conecto m¨¢s con los republicanos¡±, dice. ¡°De Donald Trump me gusta que sea honesto, aunque a veces sea brusco. Es real. Yo soy igual. No me importa ofender los sentimientos si lo que sale de mi boca es la verdad¡±.
Todos los entrevistados, como el 94% de la poblaci¨®n de New Hampshire, son blancos.
Nadie sabe si Trump ser¨¢ una burbuja veraniega. No ser¨ªa la primera vez. Pero hasta ahora los vaticinios sobre su hundimiento no se han cumplido. Y ¨¦l sigue viajando de un lado a otro del pa¨ªs. Se da ba?os de masas. Habla sin gui¨®n. Desconcierta a sus rivales y a la prensa. Disfruta.
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