El lugar donde se refugian los ucranios que huyen de la guerra
Svyatohirsk, localidad de 5.000 habitantes bajo control de Kiev, acoge a 10.000 desplazados
"No tengo a d¨®nde ir", dice Olga Ovsyannykova. Huy¨® de la ciudad de Donetsk, en el este de Ucrania, debido a los combates que estaban asolando la ciudad. Desde marzo vive con su hija peque?a en un centro en la localidad de Svyatohirsk, tambi¨¦n al este del pa¨ªs, que sigue estando controlada por el Gobierno de Kiev. Seg¨²n el alcalde, Alexander Dzyuba, por cada local acogen a dos desplazados. "5.000 frente a 10.000". Seg¨²n la ONU, 1,4 millones de personas han abandonado su hogar debido al conflicto y se han instalado en otro lugar del pa¨ªs. Las autoridades est¨¢n desbordadas. La labor de las organizaciones humanitarias es vital para la asistencia a quienes se ven obligados a dejar todo atr¨¢s para salvar la vida.
Ovsyannykova tiene 44 a?os. Vive con su hija, de diez, en la habitaci¨®n 222 de Holy Mountains. As¨ª se llama el centro en el que residen junto a otro centenar de personas. Su peque?o apartamento, de apenas dos habitaciones, est¨¢ al final del pasillo. El olor a la sopa que est¨¢ cocinando inunda la estancia, en la que hace un calor que cuesta soportar. ¡°Una ONG nos ayuda con la comida¡±, cuenta a varios periodistas en una reciente visita a la que fueron invitados por el European Journalism Centre. Osyannykova y su hija llegaron a la localidad en marzo, despu¨¦s de un peregrinaje por otras dos ciudades, tambi¨¦n del este de Ucrania. La ni?a juega en el sof¨¢, ajena al drama que relata su madre. Su marido permanece en Donetsk, con su hijo mayor, de 20 a?os. Es all¨ª donde tienen trabajo. ¡°Echo mucho de menos mi casa. Por supuesto que quiero volver. Pero ahora mismo no me puedo mover de aqu¨ª¡±, afirma.
La mayor¨ªa de quienes huyen piensan que se van de casa por poco tiempo. Por eso, por norma general, no suelen irse demasiado lejos de sus hogares. El 51% de los desplazados ucranios permanecen en las regiones de Donetsk y Lugansk, seg¨²n estimaciones de la agencia de la ONU para los refugiados del mes de junio. El alcalde de Svyatohirsk cree que tantas personas han elegido esta localidad porque "es un lugar seguro, tranquilo". Se trata de un destino de vacaciones en el que los residentes est¨¢n acostumbrados a la llegada de for¨¢neos. Pero no hay f¨¢bricas. Ni modo de crear empleo. "Tenemos sobre todo tiendas. Hay una alta tasa de desempleo, por eso algunos j¨®venes se van. Aqu¨ª viven muchos pensionistas", indica Dzyuba. Ovsyannykova asegura que ella y su hija han sido muy bien recibidas.
"Tenemos m¨¢s de 10 centros habilitados para acoger a los desplazados. De nuestro presupuesto no salen muchos fondos, por eso es importante la financiaci¨®n de los voluntarios y las organizaciones internacionales", contin¨²a el alcalde. En Save the Children, una ONG que tiene proyectos en la zona, discrepan de las cifras que ofrece Dzyuba. Sit¨²an el n¨²mero de desplazados en unos 8.000, y los centros habilitados para ellos, en ocho. Aunque precisan que muchos optan por alquilar una casa o una habitaci¨®n.
Pero no todos pueden permit¨ªrselo. Como Valentina Chupikova. Tiene 78 a?os. Vive en un majestuoso monasterio llamado Svyato Uspeska Lavra, en Svyatohirsk. No paga alojamiento ni comida. Todas sus pertenencias caben en una peque?a habitaci¨®n con dos camas que comparte con su hijo. Huyeron de Adviivka ¡ªal este del pa¨ªs¡ª despu¨¦s de los fuertes enfrentamientos del 25 de enero. "Recuerdo todo. Vi c¨®mo parte de las bombas destru¨ªan mi casa. Las ventanas se rompieron por la onda expansiva", dice. Se siente c¨®moda en su nuevo hogar, financiado y dirigido por la Iglesia ortodoxa. Solo hay dos normas, explica: debe llegar cada noche antes de las once ¡ªalgo que para ella no supone un problema porque su mala salud hace que le cueste mucho moverse¡ª y vestir apropiadamente, es decir, con falda larga y un pa?uelo que cubra su cabeza. "Mi pensi¨®n la recibe mi hija, que se ha quedado en Adviivka. Estamos ahorrando para poder reconstruir nuestra vivienda cuando el conflicto termine", explica. Entonces, pretende regresar. "Aqu¨ª al fin y al cabo no soy m¨¢s que una invitada. All¨ª soy mi propia hu¨¦sped".
Quienes abandonan su hogar tienen que luchar con la burocracia para poder registrarse como desplazados y recibir una pensi¨®n. El proceso es lento. Hay quien no puede inscribirse porque, a pesar de haber tenido que mudarse porque su casa ha quedado completamente destruida, no ha cambiado de regi¨®n administrativa. O quienes se trasladan a una zona que el Gobierno ucranio no reconoce bajo control de los separatistas. Los desplazados cuentan adem¨¢s que la pensi¨®n que reciben es insuficiente. "Fueron 400 grivnas [unos 16 euros] los dos primeros meses; 200 los dos siguientes, y 100 los dos siguientes", cuenta una se?ora que prefiere no dar su nombre.
Los menores que viajan sin sus padres no pueden registrarse como desplazados. Por lo que ni siquiera pueden recibir ayuda. Save the Children estima que, de los 30.000 desplazados en Slaviansk, Svyatohirsk y los pueblos de los alrededores, unos 2.800 son ni?os. El pasado enero, Nataliya se fue de Deb¨¢ltsevo sin sus padres. Su nombre es ficticio, prefiere ocultarlo. En mitad de los mayores enfrentamientos en esta localidad ¡ªcontrolada por los separatistas¡ª, la obligaron a subir a un autob¨²s y marcharse sin ellos. Cre¨ªa entonces que ser¨ªan solo tres semanas. Ya van seis meses. Est¨¢ pasando el verano en Svyatohirsk y en septiembre viajar¨¢ a Kiev para seguir estudiando. Tiene 15 a?os. Se apoya en los 27 chicos y chicas que comparten el verano con ella y los seis adultos que les acompa?an. "Al principio fue muy duro. Solo quer¨ªa llamarles por tel¨¦fono cada vez que pod¨ªa. Ahora estoy mejor. Pero nada cambia el hecho de que no puedo verles".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.