Los derechos b¨¢sicos a los que transexuales y travestis no acceden
Los problemas de acceso a la salud y la inserci¨®n en el mercado laboral, parte de las luchas
Cada vez que Ariel Nolasco, 21, va al cine, necesita explicar su vida entera al taquillero. Esto se repite en cualquier establecimiento que pida su carn¨¦ de identidad para dejarle pasar, cuando va al m¨¦dico o al banco.
Ariel es transexual. Sus documentos a¨²n la muestran con una foto desactualizada y con el nombre y sexo masculinos asignados cuando ella naci¨®. "Lo que m¨¢s necesito es cambiar mi nombre¡±, cuenta. "Porque entonces si muero no voy a ser enterrada como hombre."
La historia de Ariel es muy parecida con la de centenas de transg¨¦neros cuyos nombres sociales no constan en sus documentos. En Brasil, para conseguir cambiar el nombre y el sexo en el DNI hay que presentar un informe de un psic¨®logo y otro de un psiquiatra que atestig¨¹en que la persona ¡°sufre de transexualismo¡±, t¨¦rmino clasificado en el Cat¨¢logo Internacional de Enfermedades. Se exigen igualmente cartas de amigos confirmando que ellos conocen a la persona con su nombre social, adem¨¢s de fotos del solicitante comprobando su apariencia f¨ªsica. El proceso puede tardar hasta un a?o.
Yo siempre sufr¨ª discriminaci¨®n en el trabajo. Es palpable el maestar en los hombres. ?SAbes lo que es ir a trabajar y que nadie te mire a la cara? es como si fueses un fantasma
Daniela Andrade, activista trans y consultora de desarrollo
Julia, de 29 a?os, ya tiene toda la documentaci¨®n en manos. "El momento de ense?ar mi documento es muy tenso, porque es antiguo, y a¨²n estoy con barba", cuenta. "Una vez el encargado de seguridad en una fiesta pens¨® que le hab¨ªa ense?ado por error el DNI de mi novio. Eso cuando no quieren poner mi nombre social en la ficha de consumici¨®n. Entonces me doy media vuelta y me voy.¡±
Yo siempre sufr¨ª discriminaci¨®n en el trabajo. Es palpable el maestar en los hombres. ?SAbes lo que es ir a trabajar y que nadie te mire a la cara? es como si fueses un fantasma Daniela Andrade, activista trans y consultora de desarrollo
Este a?o, una resoluci¨®n de la Secretar¨ªa de Derechos Humanos recomend¨® que estudiantes transg¨¦neros puedan escoger qu¨¦ uniforme y qu¨¦ ba?o usar - masculino o femenino- y que sean llamados por sus nombres sociales. La medida tiene un peso brutal para las trans. "Hoy, el 90% de la poblaci¨®n trans trabaja en la prostituci¨®n porque no tuvo una educaci¨®n formal", afirma Keila Simpson, vicepresidenta trans de la Asociaci¨®n Brasile?a de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales (ABGLT). "Si no existe esta facilidad para los trans en las escuelas, lo cierto es que abandonan los estudios.¡±
La travesti Valeryah Rodrigues, de 35 a?os, dej¨® la escuela en el quinto a?o, tras ser agredida docenas de veces por sus compa?eros. ¡°Solo ahora puedo volver a estudiar, por medio de Transciudadania", cuenta. El programa del Ayuntamiento de S?o Paulo trata de reinsertar transexuales y travestis en la sociedad. Para ello, dos escuelas municipales, cuyos profesores y empleados pasaron por cursos de formaci¨®n, reciben alumnas y alumnos trans que cursan diferentes a?os. La mayor¨ªa, m¨¢s del 80%, no hab¨ªa ni terminado la ense?anza b¨¢sica. Paralelamente a las clases, los alumnos y alumnas tienen cursos sobre derechos humanos, pintura, danza y teatro, adem¨¢s de recibir una ayuda de 827,40 reales (unos 200 euros) por mes.
Empleo
Daniela Andrade, de 35 a?os, es activista trans y consultora de desarrollo en una empresa del sector de tecnolog¨ªa. Graduada en computaci¨®n y letras, trabaja con el an¨¢lisis y desarrollo de sistemas hace cerca de 15 a?os. Cre¨®, junto a M¨¢rcia Rocha y Paulo Bevilacqua, la web TransEmpregos, una p¨¢gina volcada a la divulgaci¨®n de ofertas en el mercado de trabajo para travestis y transexuales, por conocer ¨C por propia experiencia ¨C las dificultades para la contrataci¨®n de personas trans por parte de las empresas. ¡°Cuando empec¨¦ a enviar curr¨ªculos como mujer not¨¦ que las respuestas de los departamento de recursos humanos cayeron mucho, porque es un segmento muy machista. Pero cuando vas a la entrevista y descubren que se trata de una mujer trans, es a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. La mayor¨ªa de los lugares te dispensa", dice.
Daniela cuenta que aunque siempre se haya sentido mujer, fue s¨®lo con 25 a?os cuando pas¨® a usar formalmente el nombre femenino en el trabajo. Durante mucho tiempo us¨® su nombre de pila por temor a estar cometiendo un delito al identificarse en el curr¨ªculo con un nombre que no fuera el del registro. ¡°Usaba mi nombre masculino porque dec¨ªan que estaba cometiendo un crimen, que era falsedad ideol¨®gica que usar otro nombre... Despu¨¦s investigu¨¦ y descubr¨ª que no es as¨ª. Desgraciadamente, existe mucha desinformaci¨®n todav¨ªa¡±, dice Daniela, que solo recientemente consigui¨® cambiar sus documentos.
Adem¨¢s de la dificultad en conseguir empleo en el mercado formal, otro obst¨¢culo es la discriminaci¨®n sufrida despu¨¦s incluso de la contrataci¨®n, por sus propios compa?eros de trabajo. "Siempre sufr¨ª discriminaci¨®n en el trabajo. Es palpable el malestar en los hombres. Ya escuch¨¦ gente preguntar: '?Por qu¨¦ este traveco [t¨¦rmino despreciativo para travesti] est¨¢ trabajando aqu¨ª? ?Porque no es peluquero?¡¯. O decir que quer¨ªa 'partir la cara a ese traveco'. ?Sabes lo que es ir a trabajar y que nadie te mire a la cara? ?Qu¨¦ nadie te d¨¦ los buenos d¨ªas? ?Hablar lo imprescindible contigo? Es como si fueras un fantasma", se desahoga.
Derechos trans en Latinoam¨¦rica
Hasta 1997, las cirug¨ªas de cambio de sexo estaban prohibidas en Brasil. Solamente en 2008 el Gobierno oficializ¨® las cirug¨ªas de la designaci¨®n sexual, implantando el llamado 'proceso transexualizador' por medio del sistema p¨²blico de sanidad. Actualmente, cinco hospitales est¨¢n habilitados: Hospital de Cl¨ªnicas de la Universidad Federal de Goi¨¢s; Hospital de Cl¨ªnicas de Porto Alegre; Hospital Universitario Pedro Ernesto, de la Universidad Estadual de R¨ªo de Janeiro; Fundaci¨®n Facultad de Medicina de la USP; y el Hospital de Cl¨ªnicas de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE).
Para cambiarse el nombre en Brasil, hay que entrar con una acci¨®n judicial y presentar al menos dos informes m¨¦dicos atestiguando que la persona es transexual y que vive como una mujer ¨Cu hombre¨C hace por lo menos dos a?os. La transexualidad hoy est¨¢ reconocida como un 'trastorno de identidad', por eso es necesario presentar un informe que compruebe dicho 'trastorno'. Tambi¨¦n se solicitan documentos con fotos y cartas de amigos declarando que conocen a la persona tal y como ella se presenta.
En Argentina, los que poseen seguro m¨¦dico tienen la cobertura de la aseguradora para realizar la cirug¨ªa. El resto de la poblaci¨®n que depende del servicio p¨²blico de salud puede operarse en los hospitales p¨²blicos de manera gratuita.
Para cambiarse el nombre no es necesario ir hasta un notario. Los interesados deben solamente acercarse a una especie de oficina p¨²blica de registros con una declaraci¨®n y el testimonio de un funcionario del local, informa Alejandro Reb¨®ssio.
En Chile, las cirug¨ªas no son realizadas ni por el sistema p¨²blico ni por el privado. Un juez determina los requisitos necesarios para autorizar el cambio de nombre. Puede pedir una evaluaci¨®n psicol¨®gica y psiqui¨¢trica, y, a criterio del propio magistrado, puede exigirle tambi¨¦n que la cirug¨ªa haya sido realizada. La persona que quiera cambiar su identidad debe comprobar estar viviendo en transici¨®n desde hace cinco a?os y presentar testigos.
Gracias a un reportaje del programa de televisi¨®n 'Contacto', del Canal 13, que demostr¨® por primera vez la realidad de una ni?a transexual en Chile, se produjo un gran cambio de mentalidad en la sociedad chilena. El caso de Andy, cuyo colegio acaba de ser multado por no aceptar que ella asistiera a las clases como ni?a, provoc¨® la reacci¨®n de muchos padres que se atrevieron a asumir la condici¨®n de sus hijos e hijas, informa Roc¨ªo Montes.
Colombia subsidia las cirug¨ªas de cambio de sexo, que son hechas en caso de hermafroditas menores de edad y en casos como cuando la Corte Constitucional orden¨® que se operase a una joven diagnosticada con 'trastorno de identidad sexual'. Las aseguradoras de salud est¨¢n obligadas a hacer las cirug¨ªas despu¨¦s de que un hombre consiguiera en la Justicia el Derecho a la Identidad Sexual, en 2012. La Justicia entendi¨® que, en este caso, las intervenciones no son est¨¦ticas, sino definitivas para la construcci¨®n de la identidad.
Desde junio ¨²ltimo, para cambiar el nombre en los documentos basta con irse a un notario. Antes de eso, era necesario someterse a ex¨¢menes f¨ªsicos para comprobar el cambio de sexo. Hoy, el tr¨¢mite dura alrededor de cinco d¨ªas. Pero esto ha generado dudas, como por ejemplo: si un hombre cambia de sexo, ?cu¨¢l es la identidad con la que ¨¦l deber¨ªa jubilarse? En Colombia, las mujeres tambi¨¦n se jubilan antes que los hombres.
Tambi¨¦n existen dudas si, en el caso de que el cambio de sexo se haya realizado, dos personas del mismo sexo podr¨ªan casarse. Esto tambi¨¦n est¨¢ en debate en Colombia, informa Elisabeth Reyes.
El Gobierno de M¨¦xico no financia las operaciones de cambio de sexo. En la Ciudad de M¨¦xico, por ejemplo, el Gobierno subsidia solamente en algunos casos el tratamiento hormonal, pero no va m¨¢s all¨¢ de eso. Sobre el cambio de nombre, cada uno de los 31 estados tiene sus propias leyes. Pero desde marzo ¨²ltimo el D.F. adopt¨® un tr¨¢mite simple. Antes de esta fecha, las personas que deseasen cambiar legalmente su g¨¦nero deb¨ªan recurrir a un juzgado especial en el Tribunal de la Familia. El proceso pod¨ªa tardar hasta seis meses, inform¨® Paula Chouza.
En Per¨², el sistema p¨²blico de salud no subsidia a las cirug¨ªas. Para poder cambiar el nombre en el documento de identidad es necesario un proceso judicial. El juez debe realizar una observaci¨®n en el certificado de nacimiento -que indica que el cambio obedece a una decisi¨®n judicial promovida por el interesado. Con esto, la persona solicita el cambio de nombre y sexo en el Registro Nacional de Identificaci¨®n y Estado Civil (Remiec). Naaminn C¨¢rdenas, el primer transexual qu¨¦ solicit¨® al Remiec el cambio de nombre y sexo (de masculino para femenino), consigui¨® la alteraci¨®n en 2011, tras un tr¨¢mite de ocho a?os en la justicia. Una comunicaci¨®n del Remiec afirma que seg¨²n el C¨®digo Civil, cualquier cambio o adici¨®n de nombre de una persona, que incluye otros datos como sexo, solo podr¨¢ ser realizada por motivos justificados y mediante autorizaci¨®n judicial, informa Jacqueline Fowks.
Bolivia no reconoce legalmente la transexualidad. Los c¨®digos de familia recientemente aprobados permiten que los padres escojan qu¨¦ apellido ¨Cpaterno o materno¨C vendr¨¢ primero, pero no hablan de cambio de sexo. Por tanto, no existe apoyo estatal a las cirug¨ªas. El ¨²nico caso p¨²blico de cambio legal de sexo fue el de Roberta Benzi, que tiene cerca de 50 a?os y que es de clase alta. Ella entr¨® en la justicia hace m¨¢s de una d¨¦cada para conseguir una identidad con sexo femenino y denunci¨® abusos de la Polic¨ªa en el proceso. Las pocas transexuales que existen est¨¢n casi todas en los sectores populares y siguen usando sus documentos con las identidades que les fueron asignadas al nacer, lo que las ponen en situaci¨®n de vulnerabilidad, informa Fernando Molina.
Admite que, en algunas ocasiones, tuvo que prostituirse cuando se encontr¨® sin empleo y sin opciones de trabajo, con cuentas a pagar - una realidad que, seg¨²n la Asociaci¨®n Nacional de Travestis y Transexuales (Antra), alcanza el 90% de la poblaci¨®n trans en Brasil. "No todo el mundo hace eso por desesperaci¨®n. Pero para m¨ª eso era un acto de violencia mucho m¨¢s grande conmigo misma", dice. ¡°Nunca par¨¦ de buscar empleo en el mercado formal.¡±
Hoy consultora de desarrollo en una empresa de tecnolog¨ªa, la activista a¨²n estudia desarrollar otros proyectos para ampliar el acceso de personas trans al mercado de trabajo. Pero, a pesar de su exitosa carrera, revela sentir el "peso de la responsabilidad" para no equivocarse. "Siento siempre que no me puedo equivocar. Porque si me equivoco, me llevo a todas las comunidades trans conmigo. Las personas van a decir 'ah, es porque es una mujer trans' y eso va a cerrar las puertas en la empresa para otras personas despu¨¦s de m¨ª. Entonces siento que cargo un peso muy grande para no cometer ning¨²n error.¡±
Sanidad
El Hospital de Cl¨ªnicas en S?o Paulo suspendi¨® este mes el proceso que ven¨ªa haciendo desde 2008 para seleccionar transexuales que desean realizar la cirug¨ªa de cambio de sexo, t¨¦cnicamente denominada cirug¨ªa de transgenitalizaci¨®n. De acuerdo con Alexandre Saadeh, coordinador del Ambulatorio de Trastorno de Identidad de G¨¦nero y Orientaci¨®n Sexual del Instituto de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de S?o Paulo, la lista de espera era tan grande que se volvi¨® insostenible incluir nuevas citas. "Nuestra lista de espera, que hoy tiene 200 nombres, dura entre 10 y 15 a?os¡±, dice. "No pod¨ªa crear m¨¢s expectativa en personas que tal vez nunca podr¨¦ atender.¡±
Desde 2008, el SUS (Sistema ?nico de Salud) costea cirug¨ªas en ocho hospitales del pa¨ªs. Adem¨¢s de las operaciones, existe un seguimiento psicol¨®gico para adultos y ni?os y tratamientos hormonales para adolescentes y adultos. Hasta finales del a?o pasado, 243 personas fueron operadas por el SUS, seg¨²n el Ministerio de Sanidad. "Quiero hacerme la cirug¨ªa, pero voy a hac¨¦rmela por lo privado", cuenta Julia. "Por lo p¨²blico tarda mucho y puede que ni llegue a suceder", dice.
"Si no fuese por una cuesti¨®n estructural, de falta de inversi¨®n, el proceso entre la b¨²squeda del hospital y la salida del centro quir¨²rgico durar¨ªa entre dos a?os y medio y tres a?os", explica Saadeh. "No basta con ser transexual, hay que estar preparado para la cirug¨ªa que no es reversible.¡±
Aunque no existan n¨²meros oficiales, la mayor¨ªa de los transg¨¦neros identifica en la infancia que su cuerpo, nombre y forma en c¨®mo lo tratan no coincide con la manera en c¨®mo se siente. Como esta cuesti¨®n se detecta muy pronto, el Hospital de Cl¨ªnicas de S?o Paulo y el de Rio Grande do Sul realizan un trabajo volcado exclusivamente hacia ni?os y adolescentes.
Actualmente, 65 adolescentes y 20 ni?os participan del programa en S?o Paulo. Para recibir el seguimiento adecuado, pasan por una selecci¨®n. "Cerca del 15% son rechazados en ese momento", explica Alexandre Saadeh. "O porque son diagnosticados con alguna enfermedad, como la esquizofrenia, o porque a veces es una cuesti¨®n de los padres que quer¨ªan un hijo o una hija del otro sexo" y el ni?o comienza a comportarse para corresponder a esa expectativa.
Los seleccionados reciben atenci¨®n de psicoterapia a lo largo de dos a?os. "Al llegar a la pubertad, tenemos que tomar una decisi¨®n: comenzar un tratamiento hormonal o bloquear el eje hipot¨¢lamo-hip¨®fisis", dice Saadeh sobre la gl¨¢ndula que libera las hormonas durante la pubertad. La cirug¨ªa s¨®lo se permite despu¨¦s de los 21 a?os. En la red privada, seg¨²n Saadeh, llega a costar 40.000 reales (unos 10.000 euros).
Seg¨²n Suzana Livadias, coordinadora del Espacio Trans del Hospital de Cl¨ªnicas de Pernambuco, la cirug¨ªa en s¨ª no es lo m¨¢s importante. "Independientemente de la cirug¨ªa, entendemos que es necesario hacer un seguimiento" dice. "La intenci¨®n de nuestro equipo no es la de convencer a nadie.¡± El HC de Pernambuco est¨¢ autorizado desde octubre del a?o pasado a hacer las cirug¨ªas. Susana afirma que la previsi¨®n para este a?o es que 20 operaciones sean hechas hasta finales del a?o.
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