Europa es Alemania

Un viejo debate ha quedado superado. A pesar de la crisis griega, a nadie le interesa ya saber si tenemos una Alemania europea o una Europa alemana. Europa es Alemania. O dicho de otra forma: la escasa y defectuosa Europa que tenemos se debe al liderazgo alem¨¢n y espec¨ªficamente al de Angela Merkel. Sin Alemania, ya no habr¨ªa Europa alguna, ni escasa ni defectuosa. As¨ª ha sucedido con la crisis ucrania, con la griega y ahora con la llegada de millares de refugiados, en su mayor¨ªa sirios que huyen de la guerra y de las matanzas de civiles.

Aunque los europeos apenas nos enteremos, las tres crisis tienen un car¨¢cter existencial, porque ponen a prueba la capacidad de los pa¨ªses socios para seguir juntos en el proyecto de uni¨®n cada vez m¨¢s estrecha e incluso para preservar los principios y valores que inspiran a la UE. La canciller alemana lo enunci¨® en una frase ya c¨¦lebre sobre la moneda ¨²nica: ¡°Si cae el euro, cae Europa¡±. Y ahora ha vuelto a enunciarlo respecto a la pol¨ªtica de asilo: ¡°Si Europa falla en esta cuesti¨®n de los refugiados, quedar¨¢ destruida la estrecha vinculaci¨®n con los derechos civiles universales y no tendremos la Europa que deseamos¡±.

El papa Francisco, escandalizado ante los naufragios de las pateras con refugiados e inmigrantes en el Mediterr¨¢neo, denunci¨® la globalizaci¨®n de la indiferencia al empezar su pontificado. Tambi¨¦n en la actual crisis, lo peor de todo es la europeizaci¨®n de la indiferencia, esa Europa que se encoge de hombros, se desentiende y deja caer el peso de los problemas a los pa¨ªses directamente afectados. Alemania, por el contrario, no tan solo est¨¢ propugnando las pol¨ªticas que convienen para la mayor oleada de refugiados pol¨ªticos desde la Segunda Guerra Mundial, sino que est¨¢ predicando con el ejemplo y es el pa¨ªs que m¨¢s refugiados acoge y m¨¢s se ha movilizado.

?Hay tambi¨¦n motivos de inter¨¦s en la favorable acogida de los refugiados en Alemania? Los hay, s¨ª. La demograf¨ªa alemana augura un futuro muy incierto si no llegan y se integran millones de inmigrantes en los pr¨®ximos a?os. Pero lo mismo sucede, en grados distintos, en toda Europa. El continente europeo, si quiere mantener sus valores y sus niveles de bienestar, debe convertirse en tierra de inmigraci¨®n. Ofrecer el asilo e integrar a los millones de personas que huyen de Siria puede ser por tanto una oportunidad para los europeos, para nuestros intereses, pero tambi¨¦n para la preservaci¨®n de nuestros principios y valores.

Europa no es tan solo Alemania, est¨¢ claro. Pero Alemania es la que hace la tarea europea fundamental, a la que los otros pa¨ªses solo aportan por el momento la ayuda o el complemento. Hacer Europa es ahora mismo acoger asilados en nuestros pueblos, ciudades y pa¨ªses. Si solo es Alemania quien lo hace, con la ayuda de Suecia o de Francia, nadie tendr¨¢ derecho a evocar m¨¢s tarde el peso excesivo de Alemania en las pol¨ªticas y en las decisiones. Los refugiados de la estaci¨®n de Budapest no gritan Europa, Europa, sino Alemania, Alemania.