La crisis de los refugiados agrieta a la Uni¨®n
Las contradicciones de la UE afloran ante la reuni¨®n de ministros que abordar¨¢ el futuro de los refugiados que llegan al continente
En v¨ªsperas de la reuni¨®n de ministros europeos del lunes, la Uni¨®n Europea dividida, se desgarra en sus contradicciones. Por un lado, uno de los pilares de la Uni¨®n: la libre circulaci¨®n de personas. Por otro, la ausencia de una pol¨ªtica de asilo com¨²n y la pugna por la distribuci¨®n de refugiados en los Estados Miembros.
El pasado abril, las capitales europeas se vieron sacudidas por espasmos de indignaci¨®n ante la propuesta de Jean Claude Juncker para hallar una ¡°clave de distribuci¨®n¡± de 5.000 solicitantes de asilo llegados a las costas mediterr¨¢neas. En junio, la cifra hab¨ªa aumentado hasta los 40.000, lo que convenci¨® a los Estados miembros de la necesidad de un acuerdo que facilitara la redistribuci¨®n de forma voluntaria. Ahora rondamos los 160.000. Y en v¨ªsperas del encuentro de ministros, a causa de la presi¨®n de Berl¨ªn, Roma, Par¨ªs y del Ejecutivo europeo la mec¨¢nica de reparto de las cuotas ha perdido todo rasgo de voluntariedad y excepcionalidad para asumir los de obligatoriedad y permanencia. Aunque solo sea para equilibrar una estad¨ªstica que, como ha recordado el ministro franc¨¦s del Interior, Bernard Cazeneuve, hoy cinco pa¨ªses ¡ªAlemania, Francia, Italia, Suecia y Reino Unido¡ª soportan el peso del 75% de las solicitudes de asilo.Alemania, de forma unilateral se prepara para recibir a 800.000 solicitantes de asilo este a?o.
En la geograf¨ªa de nuestra dividida Uni¨®n, destaca el llamado Grupo de Visegrado (Hungr¨ªa, Polonia, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia), reacios a las cuotas obligatorias. Y si bien es cierto que Berl¨ªn ha acabado por alinear a su alrededor a Italia y al bloque de pa¨ªses escandinavos y por convencer a Par¨ªs de que tome en consideraci¨®n el mecanismo de las cuotas. Irlanda, el Reino Unido y Dinamarca est¨¢n exentos de aplicar las pol¨ªticas de Interior y Justicia de la UE.?
Francia, pa¨ªs para el que se prev¨¦ un flujo de entre 100.000 y 120.000 solicitudes al a?o en un a?o, exige, al igual que Alemania, que la condici¨®n previa de cualquier acuerdo sobre las cuotas sea la creaci¨®n de ¡°puntos calientes¡± en las puertas del sur de Europa ¡ªItalia y Grecia¡ª que garanticen una identificaci¨®n fiable de los solicitantes de asilo y una criba r¨¢pida de qui¨¦nes tienen derecho a permanecer en Europa y de qui¨¦nes no. Adem¨¢s de la creaci¨®n de la lista de pa¨ªses a los que se pueda expulsar a los migrantes cuya solicitud de asilo sea rechazada.
Italia est¨¢ dispuesta a dar su consentimiento a los puntos calientes (de los cinco previstos en Pozzallo, Agusta, Lampedusa, Trapani y Taranto, tres podr¨ªan entrar en funcionamiento a finales de septiembre) con la presencia de funcionarios de Frontex y de Easo (Oficina Europea de Apoyo al Asilo), pero con dos condiciones. En primer lugar, que antes se ponga en marcha el plan obligatorio de la redistribuci¨®n con cuotas superiores a los 32.000 traslados. En segundo lugar, que previamente hayan arrancado los tr¨¢mites para la revisi¨®n de la Convenci¨®n y la Regulaci¨®n de Dubl¨ªn, que define qu¨¦ pa¨ªs es responsable de tramitar las solicitudes de asilo.
¡°Europa posee mecanismos y dinero para afrontar la crisis¡±
La mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de los europeos. ?Es una carga demasiado pesada para Europa? No, dice Michael M?ller, jefe de la Oficina de la ONU. ¡°Europa posee los mecanismos necesarios y el dinero necesario para afrontar esta crisis¡±. No obstante, M?ller no quiere que se considere solo como un problema europeo. ¡°Es un problema mundial, la solidaridad internacional no est¨¢ a la altura¡±, afirma, y exige que todos los pa¨ªses con capacidad de aceptar refugiados asuman sus responsabilidades: EE UU, Canad¨¢ y Australia, diversos Estados de ?frica, Asia y Am¨¦rica Latina. En su opini¨®n, muchos podr¨ªan hacer m¨¢s, en particular varios pa¨ªses vecinos de Siria: ¡°Aparte de L¨ªbano, Jordania y Turqu¨ªa, hay mucho que mejorar¡±.
Respecto a la respuesta europea cree que ¡°por supuesto, est¨¢ muy bien que Alemania diga que todos los sirios son bienvenidos y que est¨¢ dispuesta a recibir a 800.000 refugiados este a?o¡±, dice M?ller, ¡°pero estar¨ªa todav¨ªa mejor que esa pobre gente no tuviera que atravesar medio mundo para llegar all¨ª¡±. Coincide con muchos otros cr¨ªticos en que se necesitan centros de acogida sobre el terreno, que permitan ordenar los traslados.
Se acerca el invierno y es posible que m¨¢s refugiados traten de huir antes de que el fr¨ªo y el mar turbulento hagan casi imposible llegar a Europa. ¡°Mare Nostrum¡±, dice M?ller, ¡°era mucho m¨¢s eficaz a la hora de rescatar a solicitantes de asilo que el programa europeo actual de fronteras (Frontex)¡±. Por eso pide que se refuerce el n¨²mero de patrulleras en el mar entre ?frica y Europa. Y que se intensifique la lucha contra los traficantes.
¡°Punto caliente¡± es tambi¨¦n la palabra clave de la agenda del gobierno belga de centro-derecha. Pero en un pa¨ªs que ha experimentado en julio algo desconocido hasta la fecha (4.961 solicitantes de asilo, 55% m¨¢s respecto a julio y 192% m¨¢s respecto a agosto 2014, con filas de hasta un millar de personas ante las oficinas de inmigraci¨®n), Theo Francken, miembro del partido nacionalista flamenco, partidario de la reintroducci¨®n de los controles en las fronteras y secretario de Estado para el asilo, cree que ¡°algunos pa¨ªses han obtenido grandes beneficios de las pol¨ªticas agr¨ªcolas comunitarias y de los fondos europeos. Si no se muestran solidarios en esta crisis, pedir¨¦ que esos pa¨ªses pierdan tales beneficios¡±.
Las palabras de Francken y el resentimiento de una parte de Europa, llevan hacia Madrid, que, con sus 6.202 solicitudes de asilo este a?o es de hecho el ¨²nico pa¨ªs mediterr¨¢neo de la Uni¨®n que ha permanecido inmune a las dimensiones materiales de la crisis. El gobierno de Rajoy, hasta hace muy pocas semanas, estaba convencido de que su ofrecimiento de acoger voluntariamente a 2.749 solicitantes de asilo era razonable y s¨®lo despu¨¦s de la reuni¨®n del jefe del Gobierno con Merkel en el castillo de Meseberg y de la petici¨®n de la Comisi¨®n Europea de elevar ese n¨²mero hasta 14.931 ha empezado a hacerse a la idea de que ese n¨²mero obligatoriamente debe aumentar. Fuentes oficiales explican que las quotas contribuyen a crear lo que consideran ¡°un efecto llamada¡±, que invitan a m¨¢s refugiados a venir. Defienden a cambio pol¨ªticas de cooperaci¨®n y repatriaci¨®n con los pa¨ªses de origen que alivien el flujo migratorio y recuerdan que Espa?a ha sido y es "el muro de contenci¨®n" de ?frica Occidental. A¨²n as¨ª, el Gobierno se ha comprometido esta semana aceptar el n¨²emro de refugiados que le pida Bruselas.
El miedo desplaza a la raz¨®n
La solidaridad crece en Europa, pero la xenofobia tambi¨¦n. Gran parte del resentimiento contra los refugiados parece basarse m¨¢s en miedos que en ideas racionales, seg¨²n se deduce de un sondeo realizado por Gallup para la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) que se publicar¨¢ en octubre. Un adelanto refleja que los europeos que piensan que los inmigrantes ¡°roban¡± trabajo a los locales son una minor¨ªa.
En Alemania, por ejemplo, el 61% de la poblaci¨®n piensa que los inmigrantes hacen tareas que nadie m¨¢s quiere hacer, una de las cifras m¨¢s altas de Europa. En Espa?a, el porcentaje se eleva al 54%. Hungr¨ªa es una excepci¨®n. El 23%piensa que roban puestos de trabajo, frente al 14% que dice que hacen tareas que no quiere hacer nadie.
Suiza, pese a no pertenecer a la UE asistir¨¢ tambi¨¦n a la cumbre, donde defender¨¢ una pol¨ªtica de refugiados com¨²n, en la que desea participar. Simonetta Sommaruga, socialista y Consejera Federal responsable del asilo, pide que haya un reparto claro de los refugiados entre los pa¨ªses europeos. La mayor parte del Gobierno helv¨¦tico est¨¢ de acuerdo con Merkel en que, si no se distribuyen mejor los esfuerzos, Schengen corre peligro.
Los resultados de la reuni¨®n del d¨ªa 14, depender¨¢n en buena medida de la capacidad de persuasi¨®n y de los argumentos de Angela Merkel, capaz de dar la vuelta, tras la crisis griega, a la imagen de su Gobierno y de su pa¨ªs ante los ojos de Europa mostrando a Berl¨ªn como el laboratorio de una pol¨ªtica diferente y posible de acogida.
Traducci¨®n de Carlos Gumpert
Con informaci¨®n de Carlo Bonini y Vladimiro Polchi (Repubblica), Jean Jacques M¨¦vel y Jean Marc Leclerc (Figaro), Caroline Zurcher (24 heurs), Simone Schmid (Tages Anzeiger), Ileana Grabitz y? Veronika Vollinger (Die Welt), Ann Charlotte Bersipont (Le soir), Ana Carbajosa (El Pais).
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