El Papa llega a Cuba para apoyar el acercamiento a EE UU
Francisco pide a La Habana "libertad y medios" para que la Iglesia siga acompa?ando el proceso de normalizaci¨®n de relaciones con Estados Unidos
Nada m¨¢s pisar el aeropuerto de La Habana, el papa Francisco recuper¨® aquella frase ya m¨ªtica pronunciada por Juan Pablo II en su viaje de 1998: ¡°Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba¡±. Ahora que ese objetivo varado durante medio siglo parece m¨¢s cercano que nunca, Jorge Mario Bergoglio pidi¨® al presidente Ra¨²l Castro ¡°libertad y medios¡± para que la Iglesia siga acompa?ando el proceso de apertura y de acercamiento a Estados Unidos.
En su primer discurso, aunque breve, el Papa hil¨® muy fino para, sin propiciar t¨ªtulos estridentes, situar ya en el tablero los conceptos de libertad, dignidad, exilio, justicia, paz, reconciliaci¨®n¡ Despu¨¦s de pedir a Ra¨²l Castro que trasladase a su hermano Fidel su ¡°consideraci¨®n y respeto¡±, Bergoglio se apoy¨® en textos de Jos¨¦ Mart¨ª ¡ªno hay mejor cu?a que la de la misma madera¡ª para advertir de que la cultura del ¡°di¨¢logo y el encuentro¡± debe imponerse ¡°sobre el sistema, muerto para siempre, de dinast¨ªa y de grupos¡±.
Si a estas palabras se unen las pronunciadas unas horas antes, durante un encuentro con estudiantes de Nueva York y La Habana, sobre los l¨ªderes que se convierten en tiranos, no es dif¨ªcil inferir que Francisco, adem¨¢s de reclamar el fin del bloqueo como espera y necesita el Gobierno cubano, tambi¨¦n lanzar¨¢ destellos de advertencia a un r¨¦gimen que no ha cambiado de apellido desde hace m¨¢s de medio siglo. ¡°Un buen l¨ªder¡±, explic¨® el Papa a preguntas de un joven, ¡°es aquel que es capaz de generar otros l¨ªderes. Si un l¨ªder quiere sostener el liderazgo, es un tirano. Los l¨ªderes de hoy en d¨ªa no estar¨¢n ma?ana. Si no siembran la semilla del liderazgo en otros, no tienen valor. Son dictadores¡±.
No es dif¨ªcil prever que en un pa¨ªs donde no existe libertad de prensa, cada palabra que el papa Francisco pronuncie en La Habana, Holgu¨ªn o Santiago ser¨¢ analizada bajo el microscopio de la suspicacia. El gobierno de Cuba tiene la esperanza de que Jorge Mario Bergoglio, en quien m¨¢s que un l¨ªder religioso ve a un poderoso aliado diplom¨¢tico, se manifieste de forma rotunda contra el bloqueo de EE UU sin inmiscuirse ¡ªo al menos no de forma expl¨ªcita¡ª en asuntos de pol¨ªtica interna. Es casi cuesti¨®n de inercia.
No hay que olvidar que el precio que la Iglesia cubana ha tenido que pagar para mantener los puentes abiertos haya sido en muchas ocasiones el del silencio condescendiente. La de no romper bajo ning¨²n concepto las comunicaciones con Cuba ha sido la l¨ªnea invariable del Vaticano desde Juan XXIII ¡ªque mont¨® en c¨®lera al enterarse de que la Iglesia cubana puso pies en polvorosa por temor a las represalia de los barbudos y orden¨® que los curas regresaran¡ª hasta ahora, y Francisco no va a cambiarla. Pero tambi¨¦n es previsible que, ahora que Cuba pide y recibe, Bergoglio incentive su disposici¨®n a hacer concesiones. El papa argentino est¨¢ dispuesto a rentabilizar la baza que le otorgaron Barack Obama y Ra¨²l Castro al reconocerle p¨²blicamente el pasado diciembre su contribuci¨®n al di¨¢logo.
Francisco pide en La Habana "libertad y medios" para que la Iglesia siga acompa?ando el proceso de acercamiento a EE UU
Ra¨²l Castro por su parte agradeci¨® al Papa su apoyo en el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con Estados Unidos, un "primer paso en el proceso hacia la normalizaci¨®n de los v¨ªnculos entre ambos pa¨ªses que requerir¨¢ resolver problemas y reparar injusticias".
"El bloqueo, que provoca da?os humanos y privaciones a las familias cubanas, es cruel, inmoral e ilegal, debe cesar", afirm¨® Castro en su discurso de bienvenida a Francisco. Adem¨¢s del fin del embargo, el mandatario cubano tambi¨¦n demand¨® la devoluci¨®n del "territorio que usurpa la base naval de Guant¨¢namo", "justos reclamos", que seg¨²n dijo, son compartidos por los pueblos y la inmensa mayor¨ªa de los gobiernos del mundo".
En su discurso en el aeropuerto de La Habana, el Papa tuvo un recuerdo, casi subliminal, para la disidencia y el exilio: ¡°Quisiera que mi saludo llegase especialmente a todas aquellas personas que, por diversos motivos, no podr¨¦ encontrar y a todos los cubanos dispersos por el mundo¡±. Durante el vuelo, el Papa cont¨® que hab¨ªa encontrado a la familia de refugiados sirios que han sido acogidos en el Vaticano y que su rostro, en el que estaban reunidos todos los sufrimientos de la guerra y la huida, le hab¨ªa impresionado. De ah¨ª que pidiera a los periodistas que reflexionaran sobre la importancia de la paz: ¡°Yo os agradezco todo aquello que hag¨¢is en vuestro trabajo para hacer puentes. Peque?os puentes, peque?os, pero un peque?o puente, otro, otro, hacen un gran puente hacia la paz¡±.
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