M¨¢s concentraci¨®n econ¨®mica y menos desigualdad en Argentina
El kirchnerismo deja un legado ambiguo en materia de reparto de la riqueza
La pobreza y la corrupci¨®n fueron dos de los temas que dominaron el debate presidencial de hace una semana en Argentina, pero en ese duelo de candidatos a las elecciones del pr¨®ximo d¨ªa 25 casi no se habl¨® de desigualdad, uno de los problemas que m¨¢s aquejan a la econom¨ªa mundial y latinoamericana. Y eso que en los 12 a?os de kirchnerismo se discuti¨® mucho del reparto. Argentina fue el quinto pa¨ªs que m¨¢s redujo la desigualdad de ingresos entre 2000 y 2010, seg¨²n un reciente informe publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, la concentraci¨®n y la extranjerizaci¨®n de la estructura econ¨®mica, que se hab¨ªa producido en los 90, dominados por el neoliberalismo, se profundizaron este siglo, seg¨²n el libro ¡®Restricci¨®n externa. El poder econ¨®mico durante el kirchnerismo¡¯, de los economistas Alejandro Gaggero, Mart¨ªn Schorr y Andr¨¦s Wainer.
El ¨ªndice Gini, que mide con un 1 la m¨¢xima desigualdad de ingresos de la poblaci¨®n y con un cero la mayor equidad posible, baj¨® de 0,538 en 2002, cuando una fuerte devaluaci¨®n del peso empobreci¨® a la mayor¨ªa de los argentinos y enriqueci¨® a unos pocos, un a?o antes de que N¨¦stor Kirchner asumiera el poder, a 0,423 en 2013. El nivel actual sit¨²a a Argentina como el tercer pa¨ªs m¨¢s igualitario dentro de la regi¨®n m¨¢s inequitativa del planeta, Latinoam¨¦rica. Se encuentra solo por detr¨¢s de Venezuela y Uruguay. El kirchnerismo logr¨® bajar la desigualdad al nivel de 1986, es decir, que no ha logrado alcanzar los niveles previos a la ¨²ltima dictadura militar (1976-1983) que instaur¨® una pol¨ªtica de ajuste salarial y apertura econ¨®mica radical.
En un reciente art¨ªculo publicado en el FMI por la investigadora Nora Lustig, de la Universidad de Tulane (EE UU), Nicaragua, Bolivia, Ecuador, El Salvador y Argentina figuran como los pa¨ªses que m¨¢s redujeron en t¨¦rminos porcentuales el ¨ªndice Gini en la primera d¨¦cada del siglo XXI, mientras que fuera de Latinoam¨¦rica este par¨¢metro empeoraba. Lustig atribuye la mejora latinoamericana sobre todo a una ¡°distribuci¨®n m¨¢s igualitaria de los ingresos laborales tanto de los empleados como de los aut¨®nomos¡±, que fue posible por la expansi¨®n del acceso a la educaci¨®n desde los 90, la demanda de empleos en sectores agr¨ªcolas beneficiados por la bonanza de precios de las materias primas y la pol¨ªtica de aumento del salario m¨ªnimo en pa¨ªses como Argentina y Brasil. En menor medida, la desigualdad se acot¨® en la regi¨®n porque casi todos los pa¨ªses crearon ayudas a las familias pobres que se comprometieran a enviar a sus hijos a la escuela y a los controles m¨¦dicos, seg¨²n la economista de Tulane.
La extranjerizaci¨®n de la econom¨ªa es mayor que a finales del siglo XX, pero se ha moderado un poco
Pero una cosa es la distribuci¨®n de ingresos entre las personas, que se mide con encuestas que suelen dejar sin sondear a los m¨¢s ricos, y otra es la participaci¨®n en el PIB de la elite empresarial, en parte no residente en el pa¨ªs. ¡°Durante la ¨²ltima d¨¦cada, el modelo neodesarrollista consigui¨® expandir hasta cierto punto las fuerzas productivas y alent¨® una t¨ªmida redistribuci¨®n de los ingresos, pero no se modificaron las condiciones estructurales que atenazan nuestra econom¨ªa nacional, causando devaluaciones monetarias, inflaci¨®n y el renovado protagonismo del capital financiero¡±, advierten Gaggero, Schorr y Wainer sobre la etapa kirchnerista. Entre 1993 y 2001, las 500 mayores empresas en Argentina concentraban el 14,3% del PIB, mientras que entre 2002 y 2012 la participaci¨®n se elev¨® al 21,5%.
Las compa?¨ªas extranjeras pasaron de controlar el 39% de la facturaci¨®n de las 500 m¨¢s grandes de Argentina entre 1991 y 2001 al 58% entre 2002 y 2012. No obstante, la nacionalizaci¨®n de empresas que comenz¨® Kirchner y se ahond¨® en el Gobierno de su esposa, Cristina Fern¨¢ndez (desde 2007), baj¨® esa participaci¨®n al 53% en 2012, el a?o en que expropi¨® el 51% de YPF a Repsol.
Gaggero, Schorr y Wainer atribuyen la mayor concentraci¨®n econ¨®mica al efecto redistributivo de la devaluaci¨®n de 2002 a favor de la elite empresarial y en contra de los asalariados, la constituci¨®n de oligopolios, la fusi¨®n de empresas dentro de grupos mayores, las diversas medidas para alentar la inversi¨®n, la escasa pol¨ªtica antimonopolios y la inserci¨®n de las firmas l¨ªderes en sectores favorecidos por la bonanza de las materias primas y la pol¨ªtica de protecci¨®n comercial de Argentina, como el petr¨®leo, la miner¨ªa, la alimentaci¨®n, la metalurgia, la qu¨ªmica, los autom¨®viles y la electr¨®nica. Tambi¨¦n mencionan las empresas de industrias ¡°que se beneficiaron del efecto riqueza que trajo aparejado el crecimiento econ¨®mico¡±, sobre todo en los primeros ocho a?os de kirchnerismo, como la telefon¨ªa m¨®vil, la televisi¨®n por cable, la medicina privada, los supermercados y la venta de electrodom¨¦sticos. En muchos de todos estos sectores predomina el capital extranjero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.