El coraje de Angela Merkel
La canciller ha elegido defender a los refugiados pese al riesgo de pagarlo en las urnas
Es el blanco de todas las cr¨ªticas, tanto de sus partidarios como de sus aliados dentro del Gobierno, de la oposici¨®n y de dirigentes de varios l?nder. En la calle las minor¨ªas xen¨®fobas est¨¢n movilizadas; se aprovechan de su postura sobre los refugiados para debilitarla. La extrema derecha gana intenciones de voto y el partido racista Pegida, una suerte de lepenismo alem¨¢n, prev¨¦ organizar en los pr¨®ximos d¨ªas manifestaciones por doquier. En Europa, los Gobiernos que aceptaron, a menudo de modo hip¨®crita y bajo las coacciones impuestas por Alemania, acoger a los refugiados, sienten j¨²bilo por lo que est¨¢ ocurriendo. ?Esta se?ora ha abierto sus brazos y mirad lo que sufre ahora!
Ella, Angela Merkel, sigue defendiendo su elecci¨®n: acoger a los refugiados.
Es que algo topa en la imagen que tenemos de la canciller de hierro. Algo nuevo est¨¢ pasando en Alemania. Tal vez, los valores entren en juego en la estrategia pol¨ªtica. Es dif¨ªcil afirmarlo. Es dif¨ªcil explicarlo. ?C¨®mo podemos entender su perseverancia? El argumento racional que surge de inmediato es funcional: se refiere a los intereses demogr¨¢ficos y econ¨®micos de Alemania. Si bien esto no basta, demuestra, por lo menos, que Angela Merkel sabe ver lejos, situ¨¢ndose as¨ª en la tradici¨®n de los grandes cancilleres alemanes: Conrad Adenauer, que eligi¨®, con el General De Gaulle, la construcci¨®n europea; Willy Brandt, que impuls¨® el deshielo en la Guerra Fr¨ªa con su ostpolitik hacia la URSS y los pa¨ªses del Este; Helmut Schmidt, que cre¨® con Valery Giscard d'Estaing el sistema monetario europeo; Helmut Kohl, que exigi¨® la reunificaci¨®n de Alemania en contra de la opini¨®n de muchos. Todos marcaron historia. Quiz¨¢s, tambi¨¦n lo est¨¦ haciendo Merkel hoy, con el desaf¨ªo humano planteado por los refugiados. Pues, ?qu¨¦ significa su aseveraci¨®n, enunciada de modo tan sorprendente por parte de un dirigente pol¨ªtico? "Si ahora tenemos que empezar a pedir disculpas por mostrar una cara amable en respuesta a situaciones de emergencia, entonces esto no es mi pa¨ªs".
Aqu¨ª no estamos en el terreno de la pol¨ªtica. Estamos en la ¨¦tica. La canciller considera que su pa¨ªs, por ser el m¨¢s rico de Europa, tiene el deber, en situaci¨®n de emergencia, de expresar su solidaridad humana m¨¢s all¨¢ de las leyes, normas e intereses inmediatos. ?De d¨®nde viene esa actitud? Probablemente de algo muy profundo en la biograf¨ªa personal e intelectual de Angela Merkel. Hija de religioso, se impregn¨® en la ¨¦poca en que viv¨ªa en Alemania del Este de la ¨¦tica de la solidaridad frente a la dictadura. Y tampoco acepta que prevalezca hoy, en palabras de J¨¹rgen Habermas, el "chovinismo de la prosperidad".
Puede que lo pague electoralmente. Pero si bien estos ¨²ltimos a?os la hemos criticado, debemos ahora, dada la tragedia vivida por miles de v¨ªctimas de la opresi¨®n, de las guerras civiles y del hambre, reconocer la valent¨ªa de su actitud. La pol¨ªtica siempre gana cuando se nutre de la ¨¦tica.
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