La era de los rascacielos en Bogot¨¢

Hasta hace cuatro meses y durante 35 a?os, la torre Colpatria rein¨® como el edificio m¨¢s alto de Colombia. Cincuenta pisos, 196 metros de altura, todo un emblema para los bogotanos y uno de los pocos rascacielos del pa¨ªs. Pero ya no es as¨ª. Desde junio, otra megaconstrucci¨®n la super¨® en altura. Las dos torres del BD Bacat¨¢, una de 67 pisos (240 metros) y la otra de 57, a¨²n en construcci¨®n, empezaron su reinado. Se alzan en pleno centro de Bogot¨¢ y se espera que tras ellas vengan m¨¢s que har¨¢n que la capital colombiana entre a la era de los rascacielos.

Desde 2011 se construye el Bacat¨¢, pero es desde diciembre del a?o pasado, cuando la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ expidi¨® un decreto sobre renovaci¨®n urbana que incentiva las construcciones de altura, que se habla de la llegada de los rascacielos. El decreto defini¨® varias zonas para renovar, buscando aprovechar mejor el espacio, ya que la ciudad ha venido creciendo hacia los extremos y en cambio, en el centro, viven pocos. ¡°Bogot¨¢ tiene ¨¢reas con altas densidades, 600 habitantes por hect¨¢rea, pero otras, como las centrales, que es donde se concentra la oferta de trabajo, no llegamos a 52 habitantes por hect¨¢rea... Queremos estimular la generaci¨®n de residencia en las ¨¢reas de trabajo¡±, explica Gerardo Ardila, secretario de Planeaci¨®n de la Alcald¨ªa.

A muchos entusiasma pensar en una Bogot¨¢ con grandes edificios como Dub¨¢i o Nueva York. Pero a otros les generan dudas. ?Qu¨¦ garant¨ªa tiene la ciudad para ser sostenible en t¨¦rminos de espacio p¨²blico?, se preguntan algunos urbanistas en un video que hace duros cuestionamientos al decreto. ¡°No se concert¨® con la ciudadan¨ªa la pertinencia de construir en alturas en barrios donde tradicionalmente se construyen casas o edificios de poca altura, tampoco se garantiz¨® que las redes de alcantarillado y servicios p¨²blicos domiciliarios fueran las que se necesitan para el proceso de densificaci¨®n que implica la construcci¨®n en alturas¡±, dice Martha Moreno, gerente en Bogot¨¢ de Camacol, gremio de los constructores.

Este sector no se opone a las megaobras, pero cree que la ciudad no est¨¢ preparada y que la nueva norma atenta contra la calidad de vida de los bogotanos. ¡°No garantiza la generaci¨®n de espacio p¨²blico y de la infraestructura urbana que se necesita para atender a la poblaci¨®n (parques, v¨ªas, zonas verdes)¡±, agrega Moreno. Sin embargo, la alcald¨ªa defiende que lo que busca la nueva norma es que estas grandes construcciones le dejen beneficios a la ciudad. ¡°Si al Bacat¨¢ se le aplicar¨¢ el decreto, por su altura tendr¨ªan que haber comprado dos manzanas para entregarlas a la ciudad como espacio p¨²blico¡±, asegura Ardila.

La secretar¨ªa de Planeaci¨®n ha defendido el decreto, divulgando tambi¨¦n un v¨ªdeo que desmiente los se?alamientos del gremio constructor. ¡°Solo aplica para sitios donde ya hay una infraestructura suficiente y con capacidad para crecer¡±, explican. Esto para responder a quienes afirman que los servicios p¨²blicos y las v¨ªas colapsar¨¢n.

Los due?os de grandes lotes est¨¢n obligados a destinar suelo a la ciudad en el mismo lugar del proyecto y construir parques y v¨ªas. Los que no son tan grandes tendr¨¢n que pagar y ese dinero se invertir¨¢ donde falta espacio p¨²blico. ¡°A Camacol le preocupa que este decreto les impone obligaciones y la ciudad va a captar una parte de esas plusval¨ªas. Antes iban todas al bolsillo del constructor y a la ciudad nada¡±, agrega Ardila.

La Alcald¨ªa asegura que en los ¨²ltimos meses han ganado m¨¢s que lo que recogi¨® por plusval¨ªas en los ¨²ltimos 10 a?os. Camacol insiste en que la ciudad pierde con la nueva norma. ¡°Los estudios muestran que atenta contra la sostenibilidad de la actividad constructora que representamos. Si bien en un principio parece un buen negocio, a mediano y largo plazo resulta ser contraproducente con el desarrollo de las ciudades de calidad que promovemos¡±, dicen.