Calamaro: ¡°En Argentina no se perdona a los neutros"
El cantante y compositor argentino cree que que kirchneristas y opositores ¡°se desacreditan mutuamente y se consideran traidores o est¨²pidos¡±
El cantante y compositor Andr¨¦s Calamaro se ha metido en la campa?a de las elecciones argentinas del pr¨®ximo d¨ªa 25 para apoyar al candidato kirchnerista a gobernador de la provincia de Buenos Aires, An¨ªbal Fern¨¢ndez, pero critica el antagonismo de su pa¨ªs: ¡°No se perdona a los neutros, considerados tibios¡±. Con su vida repartida entre Buenos Aires, Madrid y sus giras como solista, el exl¨ªder de Los Rodr¨ªguez, que contest¨® a EL PA?S mediante correo electr¨®nico, analiza la situaci¨®n pol¨ªtica y social argentina.
Pregunta. ?C¨®mo ve a Argentina antes de las elecciones?
Respuesta. Despu¨¦s de la crisis social y financiera de diciembre de 2001, or¨¢culos pol¨ªticos pudieron haber vaticinado 50 a?os de gobiernos peronistas considerando el profundo desgaste de la gesti¨®n de una alianza liderada por un presidente de la Uni¨®n C¨ªvica Radical. El peronismo, lo dijo el propio Juan Domingo Per¨®n, no es ¡°de derecha ni de izquierda, sino todo lo contrario¡±. Despu¨¦s del apogeo y ca¨ªda del justicialismo (peronismo) de los 90, el intento opositor cay¨® en desgracia en aquel infame diciembre. Ya son m¨¢s de 12 a?os del justicialismo en el gobierno. La dinast¨ªa K super¨® los hist¨®ricos a?os de la primera presidencia de Per¨®n (1946-1955) y las pr¨®ximas elecciones podr¨ªan consagrar gobiernos continuadores de esta saga. Todos los presidenciables se confiesan peronistas aunque, a mi modesto entender, ninguno es un peronista de raza. L¨®gicamente, hay que considerar la participaci¨®n durante todo el ciclo K de Daniel Scioli, pero Sergio Massa fue ministro de N¨¦stor K y, recientemente, Mauricio Macri descubri¨® una estatua de Per¨®n en la ciudad, para sorpresa de no pocos que lo consideran como la m¨¢s seria alternativa para romper un signo que parece un destino hist¨®rico. El pa¨ªs se encuentra dividido seg¨²n el panorama que presenta la prensa y los generadores de opini¨®n porte?os, pero nada asegura que sea posible detener la marcha de la historia. Para bien o para mal. Incluso para las dos cosas al mismo tiempo.
P. ?Y c¨®mo ve a la sociedad?
R. Somos una sociedad que confronta barbarie y alegr¨ªa. A tenor de nuestra fama de egoc¨¦ntricos, nost¨¢lgicos y charlatanes, cultivamos una extra?a gracia que persiste a¨²n a pesar de las dificultades, quiz¨¢s sea una forma de soportar las contrariedades sin perder un sentido del humor folkl¨®rico, con afiladas bromas que atentan contra el honor de los pr¨®jimos. Quiz¨¢s perdimos cierto signo iconoclasta y cosmopolita, para traducirnos en chauvinistas balomp¨¦dicos, un fen¨®meno social que nos mantiene sedados, unidos y enfrentados, pero ofrece una razonable distracci¨®n para conservar un equilibrio que puede romperse en un instante.
P. Algunos ven la Argentina del pasado con nostalgia.
R. Seg¨²n mi experiencia personal, no todo tiempo pasado fue mejor. En mi adolescencia no celebr¨¢bamos las libertades y la diversidad de hoy en d¨ªa. Por lo general, esa clase de comentarios ¡®retro¡¯ echa la vista sobre momentos con menores ¨ªndices delincuenciales, pero el mundo es diferente de lo que era hace 40 a?os. Argentina fue una econom¨ªa prometedora en el mundo, se daban las condiciones interiores y universales para exportar producci¨®n agropecuaria, pero estamos hablando de a?os anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Existe una sensaci¨®n de destino desperdiciado, casi una maldici¨®n argentina. Quiz¨¢s no aprendemos de nuestros errores porque son funcionales al beneficio de unos pocos.
P. ?El kirchnerismo deja una sociedad dividida?
R. Las divisiones sociales existen en todo el mundo, en algunos pa¨ªses la brecha es inabarcable. Los lunes estamos divididos por el futbol. Pero hay que aceptar que la sociedad argentina se ha dividido en el llano de la filiaci¨®n pol¨ªtica. Revivi¨® la sensaci¨®n antiperonista, en algunos sectores con una fuerza in¨¦dita en los ¨²ltimos 50 a?os. Ambos bandos enfrentados se desacreditan mutuamente y se consideran traidores o est¨²pidos. Hay ¨¢mbitos en donde se imponen las simpat¨ªas organizadas y otros en donde ser poco menos que neutral equivale a ser un apestado pol¨ªtico. En algunos pa¨ªses es muy peligroso ser opositor al Gobierno y manifestarlo. Sin embargo, en Argentina, hay sectores en donde oponerse sistem¨¢ticamente al gobierno es un estatus y no se perdona a los neutros, considerados tibios.
P. La pobreza se redujo desde 2002 pero est¨¢ en niveles muy altos si se compara con el pasado argentino. ?Le preocupa?
R. Los caser¨ªos marginales se multiplican en poblaci¨®n y tama?o. El dinero no alcanza y la pobreza amenaza a los trabajadores y los humildes. Es razonable suponer que arrastramos la decrepitud de la industria desde hace quiz¨¢s 40 a?os. Muchas familias hacen grandes esfuerzos para llegar a fin de mes con la comida en la mesa.
P. ?Le preocupa que se hable de ¡®mexicanizaci¨®n¡¯ de Argentina?
R. No entiendo el boom del narcotr¨¢fico como prioridad electoralista ni como tema recurrente en las tertulias, aunque cualquier factor que colabore con la escalada de violencia es preocupante. El estallido social del consumo no es ninguna novedad, creci¨® exponencialmente en las d¨¦cadas de los 80 y 90. Compararnos con M¨¦xico es imprudente o apresurado. M¨¦xico est¨¢ sufriendo mucha violencia, depresi¨®n general, asesinato, incluso m¨¢s all¨¢ del margen de influencia del hampa narco. Es posible que Argentina sea un im¨¢n para el lavado de ¡®narcod¨®lares¡¯, pero no me constan las proporciones, creo que cuando se habla de narcos en Argentina nadie sabe muy bien de qu¨¦ est¨¢ hablando. Son ideas que se instalan desde los medios de comunicaci¨®n, de afuera hacia adentro.
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