Gustavo Petro: ¡°La guerra en Colombia ha adormecido a la izquierda¡±
El alcalde de Bogot¨¢, que tendr¨¢ sucesor el pr¨®ximo domingo, defiende su criticada gesti¨®n al frente del consistorio El ansiado metro para la ciudad no se ha construido por "un problema de sectarismo pol¨ªtico" del presidente Juan Manuel Santos
Gustavo Petro tendr¨¢ el pr¨®ximo domingo un sucesor en la Alcald¨ªa de Bogot¨¢. Este exguerrillero del M-19 de 55 a?os, exmiembro del Polo Democr¨¢tico, partido de izquierda que abandon¨® para formar parte del movimiento Progresistas, fue uno de los senadores mejor valorados de la historia reciente de Colombia, especialmente por sus investigaciones sobre el paramilitarismo y su relaci¨®n con el expresidente Uribe. Sin embargo, su trayectoria pol¨ªtica en el Congreso no ha impedido que su gesti¨®n al frente del consistorio haya sido muy criticada. Hasta tal punto que fue destituido e inhabilitado despu¨¦s de que el Ministerio P¨²blico encontrase fallos en el sistema de limpieza que plante¨® para la capital.
Durante casi hora y media el regidor defiende en su despacho sus medidas con una solemne convicci¨®n que se transmite en su tono pausado. En su discurso casi no aparece la autocr¨ªtica. Cada uno de los objetivos que no ha logrado es, en su opini¨®n, porque ha habido un obst¨¢culo, ya sea la oposici¨®n, la ¨¦lite o un juez, que lo ha impedido. Y para remachar estos ataques acompa?a sus argumentos con un golpe con el pie. Ante la proximidad de las elecciones, cree que las encuestas, que dan como ganador a Enrique Pe?alosa, al que derrot¨® hace cuatro a?os, no son del todo reales y recalca que esta semana se decidir¨¢ el voto de los indecisos.
El alcalde considera que defender el empoderamiento de las clases populares y su enfrentamiento con una parte de la derecha y de la ¨¦lite bogotana (que no esconde), han da?ado su imagen. No obstante, las cr¨ªticas contra su gesti¨®n ¨Cque no provienen exclusivamente de esa clase alta que se?ala- y la de sus dos predecesores, Lucho Garz¨®n y Samuel Moreno, marcadas por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, ponen en duda si la izquierda, cuya nueva candidata es Clara L¨®pez, seguir¨¢ al frente de la capital colombiana despu¨¦s de 12 a?os.
Pregunta. ?Qu¨¦ balance hace de su gesti¨®n?
Respuesta. Nos propusimos tres metas: superar la segregaci¨®n social, adaptar la ciudad al cambio clim¨¢tico y fortalecer el poder p¨²blico despu¨¦s de dos d¨¦cadas de pol¨ªtica econ¨®mica neoliberal. No se puede superar la segregaci¨®n social sin un equilibrio entre la ciudad y la naturaleza. Justicia social y justicia ambiental van de la mano.
P. ?Cu¨¢l cree que es su mayor legado?
R. Bogot¨¢ es una ciudad que est¨¢ a punto de acabar con la pobreza extrema: tiene una tasa del 0,9% (seg¨²n indicadores de la ONU). Han salido de la pobreza 450.000 personas. Mucho m¨¢s cr¨ªtico ha sido el tema del cambio clim¨¢tico. Implica un cambio pol¨ªtico y social, de cultura, que aunque est¨¢ asociado a cada individuo, en realidad provoca una transformaci¨®n en las relaciones de poder de una ciudad.
P. Su papel como senador fue muy valorado. Como alcalde su gesti¨®n ha sido muy criticada. ?C¨®mo ha sido ese tr¨¢nsito?
R. Nunca tuve reconocimiento, a m¨ª lo que quer¨ªan eran matarme. Yo estaba luchando contra Uribe, y la mayor parte de la poblaci¨®n estaba con ¨¦l por su imagen de pacificador. La gente no conoc¨ªa la situaci¨®n de derechos humanos que sufr¨ªan millones de personas porque los medios de comunicaci¨®n lo ocultaban. Por esta raz¨®n, el senador que realiz¨® la tarea de mostrarle a la opini¨®n p¨²blica qu¨¦ pasaba, qu¨¦ era el paramilitarismo y cu¨¢l era el papel del presidente de la Rep¨²blica en su formaci¨®n, se volvi¨® muy impopular. Mi labor se reconoce hoy. La experiencia como alcalde ser¨¢ similar.
P. ?Se siente frustrado?
R. Es un proceso. Ahora llegan unas elecciones que van a ser una forma de medir mi gesti¨®n. El domingo se sabr¨¢ si la poblaci¨®n quiere que contin¨²en o no estas medidas. Cuando pase el tiempo los esfuerzos ser¨¢n valorados.
P. Usted sab¨ªa que se deber¨ªan enfrentar a una ¨¦lite, ?por qu¨¦ decidi¨® confrontarse y no negociar con ella?
R. Cuando se vive en una sociedad con gobiernos que han contemplado el asesinato de 200.000 personas, cuyos autores se sientan a hacer leyes, se puede plantear la palabra concertaci¨®n y una pose de socialdem¨®crata. Yo quise una ruptura. Mostrarle a la gente otra opci¨®n. No me interesa que me inviten a los clubes privados, un puesto en una gran empresa,¡ Me interesa construir una sociedad m¨¢s igualitaria y m¨¢s democr¨¢tica.
P. ?Incluso si esa postura es a costa de no conseguir sacar adelante medidas que podr¨ªan haber favorecido a las clases populares?
R. Una pol¨ªtica p¨²blica como la de otorgar vivienda para v¨ªctimas de la violencia se ha detenido por un juez. ?Fui derrotado o esta discusi¨®n seguir¨¢ y llegar¨¢ el d¨ªa que se acaben los estratos en la ciudad? La forma de superar la pobreza es incluir a las capas m¨¢s humildes en las transacciones econ¨®micas que genera una ciudad.
P. ?No siente que deber¨ªa haber negociado m¨¢s?
R. Creo que es sobre la base de la ruptura que se puede negociar. No solo en Bogot¨¢, en Colombia. Concertamos con Santos, dejamos de pensar lo que pensamos para acabar la guerra.
P. ?Qui¨¦n cree que puede ser su mejor sucesor?
R. No puedo decirles. Aqu¨ª hay una norma que proh¨ªbe hacerlo y el procurador est¨¢ esperando para procesarme como por quinta vez y destituirme. ?l est¨¢ buscando sacarme de la contienda del 18 [las elecciones presidenciales].
P. Pacho Santos, el candidato del partido de Uribe, el Centro Democr¨¢tico, parte en ¨²ltimo lugar en las encuestas. ?Cree realmente que es su candidato?
R. No, hay un plan B.
P. ?Ese plan B implicar¨ªa al candidato que va primero en las encuestas, Enrique Pe?alosa?
R. Quien va adelante depende del gusto de cada encuesta.
P. Usted le ha dado su apoyo a Clara L¨®pez¡
R. El movimiento pol¨ªtico al que pertenezco ha dado el apoyo a Clara L¨®pez.
P. ?Si despu¨¦s de tres gobiernos de izquierda no gana Clara L¨®pez ser¨¢ culpa suya o se tratar¨¢ de un voto de castigo?
R. El primer Gobierno de izquierda concert¨® y no hizo rupturas. El segundo no fue de izquierda, fue de corrupci¨®n. Y este ha sido un Gobierno de izquierda que ha querido hacer ruptura, y por eso recibe este embate. Veremos el resultado el domingo.
P. Clara L¨®pez dio su apoyo a Santos para lograr la reelecci¨®n. ?Cree que al presidente o el candidato de su partido, Rafael Pardo, deber¨ªa haber tenido un gesto con ella?
R. No he visto la misma generosidad que tuvimos nosotros. Y no lo digo tanto en t¨¦rminos de candidatos, como con el metro. Santos pudo dar un mensaje muy claro de: ¡°Vamos a hacer el metro¡± ?Por qu¨¦ no lo hizo? Por un problema de sectarismo pol¨ªtico. Era darle a la Administraci¨®n de Bogot¨¢ Humana [el programa de Gobierno de Petro] la marca hist¨®rica de que fue la que logr¨®, por fin, destrabar el metro para una ciudad de ocho millones de habitantes.
P. ?Espera alg¨²n gesto de aqu¨ª al domingo?
R. El domingo puede ocurrir cualquier cosa. Esta semana es cuando empieza a decantarse la toma de decisiones del 25% del electorado. Ah¨ª empieza a valer Bogot¨¢ Humana, no hace un mes o dos meses.
P. ?C¨®mo ha sido su relaci¨®n con el Gobierno de Santos?
R. El Gobierno de Santos no es homog¨¦neo. Una cosa es el presidente, otra el vicepresidente. En t¨¦rminos de paz, por ejemplo, no se escucha al vicepresidente hablando de este tema. Tiene aspiraciones presidenciales y ve en la alcald¨ªa a su rival. Hemos tenido secciones del Ejecutivo con las que hemos trabajado bien y otras adversas.
P. ?C¨®mo valora la figura del presidente y su apuesta por la paz?
R. Veo al presidente Santos como al cl¨¢sico pol¨ªtico bogotano de la ¨¦lite, que olfatea y cambia. Unos lo llaman oportunismo, otros lo pueden considerar buena pol¨ªtica. Ese pragmatismo hoy puede ser positivo porque el mundo va a sufrir un cambio de paradigma. Una parte de la oligarqu¨ªa colombiana, y ah¨ª entra Santos, sabe que tiene que haber una ruptura con Uribe si quiere seguir articulado con el mundo. Y Santos entiende que lo que le har¨ªa pasar a la historia es acabar la guerra. Ah¨ª se encuentra con nosotros. Si la guerra acaba, la derecha pierde su popularidad.
P. Desde su experiencia como exguerrillero, ?qu¨¦ condicionantes se tienen que dar para que los miembros de las FARC puedan aspirar a participar en pol¨ªtica?
R. El contexto hist¨®rico marca diferencias. El origen de las FARC est¨¢ en un campesinado rural que del liberalismo transita al estalinismo, ?d¨®nde est¨¢ el criterio democr¨¢tico ah¨ª? El tema de discusi¨®n no es la democracia, al 99,9% de los combatientes les importa un comino participar en las elecciones. Puede haber un n¨²cleo, sobre todo en la dirigencia, a la que s¨ª le importe, lo cual podr¨ªa provocar un riesgo: la separaci¨®n con sus bases, el mayor temor del proceso de paz. El inter¨¦s de la mayor¨ªa de los combatientes es la tierra, el n¨²cleo de donde salieron, y el poder que hay ah¨ª. Si ven que van a perder las relaciones de poder en el entorno rural donde nacieron, se arman de nuevo.
P. ?Qu¨¦ futuro tiene la izquierda en Colombia?
R. Si la guerra acaba, ese conservadurismo de la sociedad colombiana cede. La sociedad empieza a mirarse a s¨ª misma, a sus problemas. La guerra ha sido un adormecedor de la conflictividad social.
P. ?Un adormecedor de la izquierda?
R. S¨ª, claro. Desde todo punto de vista, incluso el ideol¨®gico. Los fusiles no generan inteligencia.
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